Hidrógeno verde
El país busca “potenciar la infraestructura” de la industria nacional del hidrógeno para aprovechar el “potencial” que tiene de colocarse como productor y exportador de este combustible.
Argentina se reafirma en la necesidad de “potenciar la infraestructura” de la industria nacional del hidrógeno para aprovechar el “potencial” que el país tiene de colocarse “en el mapa global de productores y exportadores” de este combustible, y busca para ello financiación europea.
“Desde el punto de vista del financiamiento, es muy pertinente encontrar recursos que permitan desarrollar la infraestructura necesaria para alcanzar ese potencial”, explicó el Director Nacional de Proyectos con Financiamiento Externo Bilateral de la Secretaría de Asuntos Estratégicos de Argentina, Matías Mana, en una entrevista con EFE en Madrid.
Mana viajó esta semana a Luxemburgo, Alemania, Francia y España para captar financiación europea.
Pese a que el objetivo del Gobierno argentino es producir hidrógeno verde, el director reconoció que “se considerará trabajar particularmente” con el hidrógeno azul.
La diferencia consiste en el origen de su producción: en el caso del verde son energías renovables como la eólica o la solar, y en el del azul, gas natural.
Tras un encuentro con el Banco Europeo de Inversiones y con la Agencia Francesa de Desarrollo, se acordó una inversión de 100 millones de euros, por parte de cada una de estas entidades, para un proyecto de transmisión eléctrica.
El objetivo es “mejorar” la infraestructura necesaria para “potenciar el desarrollo de proyectos de generación de energías renovables”.
En este sentido, Mana precisó que “gran parte de estas líneas” se ubican en zonas con un “alto potencial” de generación de energía solar y eólica como la Patagonia y el noreste argentino.
Incluso, se podría lograr que localidades como Villa La Angostura (Patagonia) “puedan prescindir de los combustibles (fósiles) para la generación de la energía eléctrica que necesitan”.
Este proyecto, según matizó, “no es un accidente”, sino que va en línea con la Estrategia Nacional del Hidrógeno 2022-2050 del Gobierno nacional, al permitir “interconectar esta generación de energías renovables”, que esperan culminar “en el corto plazo”.
Aunque países como Alemania, Japón, Corea o Australia ya mostraron interés por la industria de este combustible en el país, Mana insistió en la importancia de generar un marco regulatorio que permita la inversión directa y privada en el sector, y agregó que la previsión es terminar de definirlo antes de que finalice el año.
Para el director, la estrategia "tiene que tener como foco principal la exportación de la producción del hidrógeno” porque “en términos de consumo interno, en Argentina no es sustentable”.