Con información de EFE
Las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) concluyeron en Washington tras cinco días en los que se ha expandido un mensaje de pesimismo por la incertidumbre global y en las que el gran protagonista ausente ha sido el candidato republicano, Donald Trump, y su posible victoria electoral. La delegación uruguaya, encabezada por la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, mantuvo varias reuniones y presentó un balance ante los otros países miembros del FMI.
"¿Cómo cambiarán las relaciones entre Estados Unidos, las multilaterales y el mundo, si Trump gana el próximo 5 de noviembre?" ha sido la pregunta más comentada -o evitada- estos días en los pasillos y tribunas de las sedes del FMI y el BM, en las que se han reunido las principales autoridades económicas mundiales.
Desde ambas instituciones se replicó la misma respuesta en las sucesivas conferencias de prensa que se llevaron a cabo con economistas y ejecutivos: "no comentamos sobre elecciones específicas o posiciones políticas", apuntaba el miércoles Vitor Gaspar, director del Departamento de Asuntos Fiscales del FMI, en una rueda de prensa.
Un día antes, el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, hacía lo propio en la rueda de prensa sobre las últimas perspectivas económicas globales: "No comentamos sobre elecciones específicas o posiciones políticas".
Como un mantra, todos y cada uno de los economistas cuestionados repitieron la misma frase, que no evitó que los periodistas, especialmente los estadounidenses, continuaran preguntando por una cuestión que tiene en vilo al mundo, las posibles repercusiones para el comercio global que podría tener una victoria de Trump, amante del proteccionismo.
La última en ser cuestionada fue la directora gerente, Kristalina Georgieva, en una rueda de prensa: "Los debates en las reuniones fueron sobre los problemas que enfrentamos colectivamente, sobre cómo abordarlos. El sentimiento de los miembros es que las elecciones son para el pueblo estadounidense", afirmaba la economista búlgara a la pregunta de si se ha hablado del tema en los encuentros ministeriales.
A su lado, el ministro de Finanzas de Arabia Saudí, Mohammed Aljadaan, auxiliaba a una Georgieva no muy cómoda con la pregunta: "la institución ha existido durante las últimas ocho décadas, ha trabajado con múltiples administraciones de ambos lados y se ha logrado tener una muy buena relación con todos, así que solo debemos asegurarnos de que esta continúa", apuntaba el también presidente del Comité Monetario y Financiero Internacional (IMFC, en inglés) del FMI.
Si hay un concepto que enerva al fondo y en general a las instituciones de Bretton Woods es el proteccionismo y la imposición de aranceles.
Entre sus propuestas de campaña, el expresidente Trump (2017-2021) prometió iniciar una cruenta guerra comercial con China y también aseguró que impondrá un arancel generalizado del 10% o del 20% a todas las importaciones que ingresen a Estados Unidos.
Aunque en el FMI y en el BM han apostado por mantenerse al margen y repetir el mencionado mantra, en todos los foros ha habido un mensaje directo contrario a los deseos del republicano: un mundo más fragmentado pierde y los conflictos y guerras comerciales son responsables, en gran parte, del pobre crecimiento global a medio plazo y de los riesgos futuros.
El FMI, explicaba Gourinchas, está "muy preocupado" por "una escalada de las tensiones comerciales entre diferentes regiones, ya sea Estados Unidos, la Unión Europea o China".
"Estas medidas que distorsionan el comercio podrían reflejar decisiones de países egoístas, pero podrían ser en última instancia perjudiciales no solo para la economía global, sino también para los países que quieren implementarlas", apuntaba.
Trump, quien se enfrentará en las urnas contra la vicepresidenta Kamala Harris, ha criticado frecuentemente a las instituciones multilaterales y sus iniciativas, por ejemplo, en materia de cambio climático.
El 'Proyecto 2025', un programa de gobierno elaborado por grupos ultraconservadores por si el republicano regresa a la Casa Blanca -del que ha intentado distanciarse durante toda la campaña-, contiene, entre otras propuestas, que Estados Unidos se retire del FMI y el BM.
Desde las instituciones se resisten a barajar siquiera esta opción. El presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, apuntaba la semana pasada en una conferencia de prensa que no había ningún motivo para pensar que eso pudiera suceder y pedía, tajantemente, que se deje de especular.
La delegación uruguaya
Encabezada por Arbeleche, la delegación uruguaya en las reuniones del FMI y el BM estuvo integrada por: el presidente del Banco Central (BCU), Washington Ribeiro; la directora de Política Económica del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Marcela Bensión; el director de la Unidad de Gestión de Deuda del MEF, Herman Kamil; la directora de Organismos Multilaterales del MEF, Valerie Stahl; el gerente de Política Económica y Mercados del BCU, Adolfo Sarmiento y la abogada del BCU, Debora Sztarcsevsky.
Asimismo, formaron parte de las reuniones, la representante uruguaya ante el FMI, Inés Bustillo y el representante ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Santiago Cat.
Según el comunicado del MEF, la ministra mantuvo encuentros con representantes de organismos internacionales, entre ellos con el presidente del BID, Ilan Goldfjan, y con la presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Nadia Calviño.
Arbeleche disertó ante inversores de mercados emergentes en una actividad organizada por el banco de inversiones J.P. Morgan, y también brindó una conferencia en el Itaú Latam Day del banco brasileño, apuntó el comunicado.
Los jerarcas del MEF y del BCU también mantuvieron reuniones con las agencias calificadoras Fitch, Moody´s y Standard & Poor's, añadió.
"Tanto la ministra, como los distintos integrantes de la delegación uruguaya, expusieron sobre las acciones de política y avances legislativos durante esta administración, destacándose las iniciativas y logros vinculados a la institucionalidad fiscal, la reducción de la inflación, la reforma de la seguridad social, las estrategias en innovación y digitalización, la creación de puestos de trabajo, la baja de la carga tributaria, la recuperación salarial, la inversión récord en infraestructura, la apertura de nuevos mercados para las exportaciones uruguayas, así como el financiamiento soberano sostenible", concluyó el comunicado.