FINANZAS DE BOLSILLO
Saber elegir el que mejor se acomoda a las necesidades propias y prestar atención a la hora de firmar el contrato.
Los eventos climáticos, como los granizos, las inundaciones y los ciclones, a veces generan daños en las viviendas y los vehículos. Frente al riesgo de que haya una afectación, está la opción de contratar un seguro. El mercado es amplio y la clave está en saber elegir el que mejor se acomoda a las necesidades de cada uno. Además, como sucede con otros contratos que se firman a lo largo de la vida, es importante conocer con exactitud qué dice para después no llevarse sorpresas.
Antes que nada, ¿qué es un seguro? “Es un contrato por el cual se transfiere el riesgo de que ocurra un siniestro desde una persona física o institución a una aseguradora, a cambio del pago de una prima. Es decir, la parte tomadora se obliga a pagar cierto importe (la prima) a cambio de que, si ocurre un siniestro especificado en el contrato, la aseguradora cubra el daño mediante un pago o lo restituya”, define el Banco Central (BCU) en su portal Usuario Financiero.
El integrante de la Asociación Uruguaya de Empresas Aseguradoras y gerente de suscripción y siniestros de Sancor Seguros, Felipe Rodríguez, explicó a El País que los “paquetes que existen para asegurar tu casa o auto tienen incorporados daños de la naturaleza porque son parte de las cosas que típicamente te pueden llegar a ocurrir. Por lo general, las coberturas que existen en el mercado están preparadas para poder dar una solución a si se cae un árbol, hay vientos fuertes o el auto se te inunda. Después tendrás que ver las peculiaridades de cada producto que exista para ver si tiene límites o exclusiones” a estos eventos climáticos.
Rodríguez señaló que “estamos envueltos en un montón de eventos inciertos que nos pueden llegar a generar daños”. Entonces, “lo primero es lograr identificar a qué riesgo estoy sujeto. Y, a partir de ese análisis, ver cuáles quiero asumir y cuáles transferir. Algunos los acepto, otros los intento minimizar con acciones y otros, que pueden ser inevitables aunque trate de hacer todo lo que pueda, como los daños de la naturaleza”, los puedo transferir.
Conceptos clave
La cobertura “es el riesgo que cubre el seguro contratado con todas sus limitaciones, delimitaciones y exclusiones”. Y, el riesgo, es la “posibilidad de la ocurrencia de un evento, futuro e incierto, que tenga como consecuencia una pérdida”, dice el BCU.
Prestar atención.
Como sucede a la hora de tomar un crédito o iniciar un vínculo laboral, es sustancial conocer bien el contrato que se firma. Rodríguez entiende “importante contar con un buen asesoramiento que indique específicamente cuál es el riesgo en el que pensás y ver si el producto que ofrecen lo cubre ”. Es que, “dentro de la inmensa gama de productos que hay, algunos tienen una cobertura más potente y otros, con costos más reducidos, coberturas más limitadas”.
En esa línea, el Banco de Seguros del Estado indicó a El País que, además de leer con detenimiento la póliza para “identificar que las coberturas que sean de interés de la persona estén amparadas y no figuren entre las exclusiones”, hay que recordar que algunas se pueden contratar de forma adicional. Además, hay que “prestar atención a si existen límites de cobertura”.
También recomendó mirar que los “capitales contratados sean suficientes respecto al valor de los bienes que se aseguran”. Y, en caso de que existan deducibles, “que sean accesibles y de conocimiento por la persona asegurada”.
Pero, ¿qué es el deducible? “Es la cantidad o porcentaje establecido en el contrato de seguro que corre siempre por cuenta de la persona asegurada, por lo que en caso de ocurrencia del siniestro la aseguradora indemnizará por encima de esa cifra o porcentaje”, indica el BCU.
Por su parte, el director de seguros de Seguros Sura, Juan Artagaveytia, señaló que, en el caso del auto, “están los riesgos básicos, en los que todo el mundo piensa cuando asegura un auto. Estos son choque, hurto e incendio”. Pero también están las “particularidades como una inundación”. Entonces, “hay pólizas que tienen un alcance muy importante” y cubren la inundación “bajo cualquier circunstancia”. Sin embargo, hay otras “pólizas que tienen limitaciones” y solo cubren “si el auto estaba parado o estacionado”. Estos detalles “son los que tenemos que afinar bien, por lo menos para valorar el riesgo que percibo, lo que estoy dispuesto a invertir en la cobertura y elegir la póliza que realmente contemple mi expectativa”.
A su entender, en los seguros para el hogar sucede lo mismo. Hay algunos alcances que están muy claros, como el robo, pero después hay particularidades que está bueno definirlas. Dio como ejemplo las inundaciones que hubo en enero de este año en algunas zonas del país. En ese caso, si la inundación no estaba solicitada de manera expresa, no estaba cubierta.
Asegurar una casa o un auto no es lo mismo. En el caso del vehículo, según explicó Rodríguez, hay que declarar cuál es, su modelo y el año de fabricación. Al momento del siniestro, se toma el valor en el mercado del bien.
Con las viviendas la situación es diferente. Hay dos modalidades de contratación. Una opción es establecer el valor que se quiere asegurar, sea de la casa en sí misma o el contenido que hay dentro de ella. La otra es contratar un paquete “en el que están cubiertas pérdidas por determinado evento hasta un valor. Entonces, en esa modalidad se debería evaluar si, con esa suma máxima que estás contratando, te sentís cómodo ante el evento que querés cubrir y crees que tus pérdidas van a estar dentro del rango”.
¿Qué mirar antes de poner la firma?
El País le preguntó al BSE cuáles son las precauciones que hay que tomar a la hora de contratar un seguro. La aseguradora respondió que hay que “tener claro los riesgos que se encuentran excluidos en los contratos”, además de “valuar de forma correcta mis bienes y que ese capital quede reflejado en la póliza de seguros”.
También hay que “tener en cuenta la relación entre el deducible y el bien asegurado para evitar que algún bien quede sin cobertura”. Otro punto es “verificar si se cumplen con las condiciones de asegurabilidad estipuladas por la empresa aseguradora”. Por último, indicó “completar debidamente los formularios requeridos con información fehaciente”.
Unas de las ventajas de contratar un seguro
“El principio básico de la transferencia del riesgo consiste en que se opta por pagar un importe pequeño comparado con la posibilidad de tener que enfrentar una pérdida mucho mayor. O sea que, en vez de arriesgarse a perder una gran cantidad, es preferible pagar de forma voluntaria una cifra menor (el costo del seguro), para acotar de esta forma la pérdida”, señala el BCU a través de su portal Usuario Financiero.
Rodríguez indicó que se debe evaluar si conviene “contratar un seguro que tiene determinado costo cierto, que puedo identificar, versus ese riesgo incierto en cuanto a la ocurrencia y el alcance”. Para tomar una decisión, uno se debería preguntar: “Si ese riesgo incierto se llega a materializar, ¿tengo el patrimonio para cubrirlo?, ¿qué tipo de perjuicio me genera?”.
¿Sube la cantidad de seguros contratados después de un evento climático que genera un impacto?
La ciudad de Dolores, en el departamento de Soriano, sufrió en abril de 2016 un tornado que dejó daños materiales de todo tipo, además de personas que perdieron la vida y otras heridas. El integrante de la Asociación Uruguaya de Empresas Aseguradoras, Felipe Rodríguez, contó que, sin embargo, en ese entonces “gran parte de la sociedad no estaba asegurada” y, después del evento, las personas tampoco se volcaron de manera masiva a contratar seguros.
Por su parte, el director de seguros de Seguros Sura, Juan Artagaveytia, comentó que, tras el tornado, no hubo un pedido masivo de consultas y que la “penetración de seguros no cambió radicalmente”.
Por otra parte, en enero hubo lluvias intensas en Maldonado y Canelones, y también un temporal grande en Piriápolis. Al director de Seguros Sura también le “sorprendió no haber recibido pedidos de incorporación de la inundación a la cobertura de forma masiva”. Artagaveytia dijo que “la percepción desde la industria es que falta concientización. Cuando miramos el porcentaje de la industria de seguros respecto al Producto Interno Bruto (PIB) del país, es muy bajo frente a países desarrollados y es más bajo frente a América Latina”.