Redacción El País
La Caja de Jubilaciones y Pensiones Bancarias (CJPB) obtuvo el oxígeno que necesitaba para poder asegurar el pago de las pasividades, algo que estaba en duda porque las estimaciones indicaban que en agosto se quedaría sin reservas.
La solución llegó a través de los bancos estatales, quienes aceptaron el pedido del directorio de la CJPB (que había adelantado El País el pasado 31 de mayo) de adelantar el pago de aportes.
¿Cómo es esto? El directorio de la Caja Bancaria había solicitado a todas las instituciones aportantes (bancos, administradoras de crédito, cooperativas de ahorro y crédito, transportadoras de valores, etcétera) que adelanten los aportes al antepenúltimo día hábil del mes previo, en vez de pagarlo el octavo día hábil del mes en curso (o el día 20 del mes en algunos casos) como ocurre actualmente. Esa solicitud era a partir de junio, por lo que en este mes, las instituciones volcarían los aportes dos veces: el octavo día hábil (o el 20 de junio) y nuevamente el antepenúltimo día hábil (correspondiente al mes de cargo julio).
Los bancos privados supeditaron aceptar el pedido de la CJPB a que se alcance una soloución global. Los bancos del Estado sí adelantarán los aportes desde este mes.*
Así los estatales (Banco de la República, Banco Hipotecario, Banco de Seguros del Estado) pagaron ya los aportes correspondientes a junio el pasado 12 y el próximo 28 pagarán los aportes correspondientes a julio. El 27 de julio pagarán los correspondientes a agosto y así sucesivamente.
Con eso se logra paliar la situación de agotamiento de las reservas y de tener dinero para afrontar el pago de pasividades.
Así lo señaló el Consejo del Sector Financiero Oficial del sindicato financiero AEBU en un comunicado. “Los bancos oficiales aprobaron adelantar el aporte patronal solicitado” por la CJPB, “lo que posibilita que existan fondos para cumplir con sus obligaciones hasta finales de 2023”, afirmó el comunicado.
“Si bien esto no resuelve el problema general, alivia presiones en la mesa de negociación”, agregó.
Los bancos pagan un aporte patronal casi cuatro veces mayor al del régimen general (25,25% del salario versus 7,5%). Además, abonan la Prestación Complementaria Patronal (PCP) que grava activos bancarios, de administradoras de crédito y aseguradoras del 2,5 por 10.000 (0,025%).
A esta medida, se suma que la CJPB había resuelto dejar sin efecto los préstamos sociales y su renovación desde el pasado 1° de mayo.
Fuentes del sector financiero confirmaron a El País que sin el adelanto de aportes por parte de los bancos y la aseguradora estatal, la CJPB habría tenido dificultades para pagar las pasividades en septiembre.
Si bien este “parche” de corto plazo, permite a la institución seguir haciendo frente a sus obligaciones hasta fin de año, se requiere una reforma de manera urgente, agregaron.
Para ello, una mesa de trabajo entre gobierno, bancos y AEBU trabaja contra reloj, ya que el proyecto de ley que surja de allí debe aprobarse por el Poder Legislativo un año antes de las elecciones generales (es decir, a fin de octubre) como máximo debido a disposiciones constitucionales.
Esta mesa de negociación viene con fuertes diferencias entre los bancos privados y AEBU. El comunicado del Consejo del Sector Financiero Oficial del sindicato señaló en el comunicado que la Asociación de Bancos Privados (ABPU) “continúa en una actitud que no coopera en la búsqueda de una salida”.
Por esa razón, el sindicato indicó que esta semana “procederá a profundizar las medidas” que venía tomando.
En ese sentido, habrá corte de horas extras, guardias y cambios de horario en todos los bancos oficiales (esto ya se venía aplicando en los bancos privados), paros sorpresivos en los sectores que faltan y “afectación de actividades centrales del sistema financiero”, señaló el texto.
AEBU insiste en que la solución es aumentar la PCP (la ley de reforma de la Caja Bancaria de 2008 establece que puede ir hasta un máximo de 4 por 10.000 -0,04%-). Sin embargo, el gobierno y la ABPU se niegan. Incluso, la ABPU sostiene que aún aumentando la PCP no sería suficiente para paliar la crisis de la Caja Bancaria que necesita de unos US$ 600 millones.
Los bancos privados -a través de ABPU- están dispuestos a poner más dinero, pero a cambio quieren que la solución sea de largo plazo. Esto implica que los trabajadores y jubilados bancarios deban también hacer su aporte.
Así, el gobierno propone un aumento inmediato a 65 años en la edad mínima para jubilarse (actualmente es 60 años), ajustes paramétricos que según AEBU harían bajar “hasta un 20% a las nuevas jubilaciones”. Esto último no afectaría a aquellos que ya tienen causal jubilatoria.
La Caja Bancaria paga actualmente las jubilaciones más altas de todo el sistema en promedio, en el orden de $ 120.000 nominales, según indicó semanas atrás el diario El Observador. Incluso, hay jubilaciones (por regímenes anteriores de la Caja) que rondan los $ 500.000 mensuales, aseguraron fuentes del sector financiero a El País.
A todo esto, la ABPU quiere discutir los beneficios que tienen los trabajadores del sector, algo a lo que AEBU se niega.
Entre ellos, está el subsidio por enfermedad: a diferencia de los trabajadores de otros sectores que perciben el 70% de su salario con un tope de $ 55.869, el subsidio por enfermedad de los bancarios cubre el 100% del salario.
Otro es la prima por antigüedad, por la que a medida que se acumulan años de antigüedad los trabajadores ascienden en la escala salarial, sin importar el mérito, hasta cierto tope. Así, hay trabajadores cobrando más de $ 100.000 por mes por rubros atados a la antigüedad.
*Aclaración: El artículo tuvo una modificación debido a una imprecisión sobre la respuesta de los bancos privados. A los lectores e involucrados, las disculpas del caso.
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