Recuperación
Dueños de pubs y boliches dicen estar a un 80% de la facturación precovid.
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"El estar con vida, para mí ya es un triunfo”, dijo el dueño de un pub y es que, si bien la facturación aún no alcanza completamente los niveles anteriores a la pandemia de covid-19, los cambios de tendencias en los que salen, el aumento de costos y la refinanciación de cuentas para “mantenerse a flote”, aún pesan en el sector de los bolicheros y dueños de bares.
A comienzo del año pasado, algunos dueños de boliches y pubs aseguraban estar facturando un 30% de las noches prepandemia. Algunos temían no poder mantenerse abiertos, mientras que otros tenían esperanzas de que la vuelta sería aún mejor.
Por ejemplo, las restricciones del aforo, el recorte de horas -en donde se llegó a cerrar a las 0 horas-, el miedo de salir, la baja en el consumo de las personas, entre otros, son los motivos que se encontraban para la caída en su facturación.
A medida del cese de las restricciones y el levantamiento de la emergencia sanitaria, diferentes voces del sector señalaron que hubo una notoria recuperación.
“Nos recuperamos porque estamos facturando mejor, seguro todos tenemos más utilidad. Lo que sí venimos con todo lo que renegociamos, el IVA y otras cuentas que se recontra financiaron. Se financiaron a dos años. Nos dieron préstamos a dos años que es lo que estamos pagando hoy. Mejoró, por suerte, y estamos pudiendo pagar las cuentas”, dijo a El País el cofundador de Inmigrantes, Carlos Sarli.
En este sentido, en cuanto a los niveles de facturación actuales con respecto a los vistos previos a la pandemia, señaló que está “muy cerca” de los mismos, rondando así el 80% de la misma.
“Capáz que en la temporada de verano, cuando empiece el calor, ando en el mismo porcentaje que andaba antes. Si veo a mi bar de afuera, trabaja como trabajaba antes”, agregó, sin embargo destacó que las diferencias se encuentran en algunas franjas horarias, en las que antes “tenía gente ”y “ahora hay menos o capáz que la gente llegaba más temprano y se iba más tarde”.
“Ahora estoy lleno pero no hasta las tres de la mañana, a la una y media o dos, la gente ya se empieza a ir. Si bien al ojo no se ve, yo lo veo en la facturación”, afirmó.
Por otra parte, fuentes del sector destacaron en esta línea que al realizar eventos o querer atraer clientes a la oferta nocturna, una excusa que se repite es “que están engripados. Eso en otras temporadas no pasaba. Eso afecta el bolsillo, porque la gente gasta más en salud. Cuando el bolsillo se ve afectado, lo que primero desecha la gente es el lujo y salir es un lujo”.
Asimismo, Sarli sostuvo que “cuando la gente no tenía mucho para gastar, gastaba en los bares”, mientras que ahora la oferta de turismo o la adquisición de bienes durables, como los autos, llevan nuevamente a pensar proactivamente en el ahorro, bajando el gasto promedio por persona en un bar.
En esta línea, señaló que lo que una persona consume en promedio en una noche está entre $ 700 y $ 800, mientras que también hay personas que “salen con $ 300”.
En tanto, uno de los dueños del complejo Plaza Mateo -en donde se encuentra Volvé Mi Negra-, Alejandro Cardoso, sostuvo que hubo un cambio en la tendencia de consumo relacionada al “carpe diem” (aprovechar el momento), en donde los consumidores tienen en cuenta que, con todo lo vivido, “mañana no sabemos si estamos”.
En este sentido, destacó que hay una diferenciación entre lo “caro y lo costoso”, en donde hay personas que gastan más dependiendo de la “experiencia”.
Refinanciación y costos
Entre los costos que tienen estas empresas, se han sumado las cuotas de los financiamientos que tuvieron que hacer para mantenerse a flote.
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?En este sentido, Sarli señaló que algunos pagos a la Dirección General Impositiva (DGI) o al Banco de Previsión Social (BPS) fueron refinanciados a dos años. “Generamos deuda, deuda, pagamos el mínimo para no tener consecuencias legales y cuando abrió una financiación nos presentamos y toda esa deuda la hicieron a un porcentaje bajo de interés a 2 años”.
Asimismo, destacó que aún les queda un año para terminar de pagar este refinanciamiento.
Por otro lado, los costos de las materias primas que utilizan también se han visto afectados, en donde la harina aumentó un 20% y el salmón un 30%.
En este sentido, dijo que “son pocos los que pueden trasladar el aumento a los precios”, ya que se necesita de “un cliente muy fiel para que no te repercuta, porque en el mercado hay mucha competencia. Increíblemente siguen abriendo un montón de comercios, entonces no podés subir los precios”. Sin embargo, dijo que esto les lleva a tener que ser más creativos, en donde se invierte más en el costo de producción que en una materia prima cara.
Se "perfeccionó" la oferta nocturna
Entre los problemas suscitados por la pandemia que mencionaban algunos empresarios de la noche, se repetía que se le había “sacado” la “esencia” a los bailes, ya que habían tenido que empezar a funcionar como un bar, en donde no se podía estar parado o tener espectáculos públicos.
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?Sin embargo, habiéndose levantado la emergencia sanitaria, el “efecto champagne” pronosticado para el turismo, algunos dueños de boliches señalan que ocurrió en la noche. Las personas empezaron a salir con más ímpetu, al menos en los días más “tradicionales.”
Cardoso señaló que se vio el deseo por salir de las personas, lo cual ahora el desafío se encuentra en mantener esas “ganas”.
Del mismo modo, agregó que ese “cambio de identidad” sufrido por los bailes, al trabajar como pubs, permitió que se haya “perfeccionado” la oferta nocturna, ya que ahora algunos bailes, cuentan con la conjunción de lo que ofrece un bar y un baile, permitiendo nuevas experiencias.
En este sentido, señaló que previo a la pandemia, la experiencia del bar funcionaba hasta determinada hora y luego “se corrían las mesas y se bailaba como se podía”, mientras que ahora esta combinación permite una nueva apuesta en los servicios, donde los clientes llegan antes para tener el servicio de pub y luego también contar con una oferta de baile “que sorprenda”.
Por otra parte, los empresarios señalaron que hubo un corrimiento horario en donde las personas se acostumbraron a salir antes y hacer reservas, mientras que antes uno podía “dormir hasta las dos de la mañana e ir al baile a las cuatro de la mañana”, cosa que hoy en día llevaría a que la persona vea difícil la posibilidad de entrar al boliche.
Los cambios culturales en los clientes
Según Sarli, hubo algunos cambios “culturales”en el consumo y comportamiento de los clientes.
Por ejemplo, señaló que un cambio que “de a poquito se va a ir corrigiendo”, es que la gente “recorría los bares o se iba de un barrio a otro”. En el caso del bar Inmigrantes, sostuvo que contaban con “mucho público de Carrasco y Malvín, que venía especialmente porque habían cosas y la pandemia fomentó que se quedaran mucho en su barrio, que no salgan mucho de ahí. También en Carrasco se abrieron bares que antes no habían”.
A su vez, señaló que en relación a la oferta cultural, también se vio limitada debido a que las bandas de música no tenían donde ensayar y por este motivo se separaban.
En tanto, esta oferta recién se está comenzando a corregir nuevamente, según Sarli, lo que les ha permitido cerrar las propuestas de los viernes y sábados hasta diciembre. Sin embargo, recordó que previo a la pandemia, esta oferta cubría aún más días.