Si estamos diciendo que nuestro país no crece a una tasa razonable desde hace lustros y lustros, hoy estamos en un porcentaje de 1% más o menos y el panorama luce intrincado hacia adelante, estamos en un problema.
El Ministro Oddone ha puesto énfasis en el tema y se abocará a ello.
También ha hecho hincapié en los temas de educación, donde se han intentado revertir situaciones de antaño y se ha buscado que el “estudiar” tenga un significado para el alumno, para el día de mañana convertirse en alguien que le sirva a la sociedad, pero a la postre, siempre deja un gusto a insatisfacción y así estamos calificados a nivel latinoamericano.
Y si bien la seguridad se roba las miradas de la ciudadanía, no hay civilización en un país donde no se puede vivir en paz, no debemos desdeñar la citada educación, ya dicho, como un eslabón de la cadena que es perentorio seguir mejorando.
Tanto que se refieren a políticas de ESTADO; la seguridad como la educación deberían formar parte de ese estatus que trascienda a los partidos políticos.
Claro, ante objetivos de tanta grandilocuencia, escribimos sobre la promoción privada en vivienda y lucimos como un tema menor en el conglomerado de postulados.
Y eso que hablamos de vivienda, un bien que poseerla no solamente afinca a una persona con su ciudad y su país y concomitantemente a su entorno (no es un axioma, pero es una posibilidad), sino que además quien posee una vivienda a título que sea, ayuda a la dignidad de dicha persona o familia.
Dirán que los promotores privados apuntan a un target superior y demás, pero también trabajamos en el plan ENTRE TODOS del Ministerio de Vivienda, donde los deciles son más bajos y estamos procurando, enfatizar aún más nuestro vínculo con dicha cartera de Estado.
Excelente acogida inicial hemos tenido con la jerarquía del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial. El diálogo se inició y fue virtuoso, sin llegar a definiciones.
Pero qué sucede con toda la parafernalia de obstáculos que se presentan a la hora de invertir??
Sucede que dichos contratiempos paralizan, crean la duda de la inversión, surge la alternativa igualmente válida de enviar su dinero a otro destino, como puede ser bonos soberanos, acciones, aspectos bursátiles en general, que no demandan tanto esfuerzo intelectual, físico y económico en forma conjunta.
NO PUEDE NI DEBE SUCEDER. Es atentar contra un verdadero círculo virtuoso que se podría constituir en un abanico de buenas posibilidades.
Sucede que hasta se naturaliza el PESAR, la DESVENTURA del organismo que sea, la falta de empatía que también sucede, con el agregado de algún funcionario que con su “sellito” estaría permitiendo que el andamiaje se mueva pero a su vez, con su inercia, desidia o hasta mala fe, impide la inversión de marras y como hemos mencionado N veces, los inversores que no son del metier y están co-invirtiendo con el promotor que competa (y yendo a nuestra tarea), se va con sus petates a otro destino, no sé si más seguro, pero sí rápido y que le reditúa con más fluidez.
Será cambiar la cabeza del funcionario público? Está claro que, SIN la colaboración de éstos, no habrá reforma sustancial del Estado, por más buena voluntad que se exhiba.
Y entre tantas razones, esperemos no seguir creciendo a tasas ridículas e inmersos en una mediocridad que el nuevo gobierno intentará mermar, con temas de una cursilería supina que por ahí venden cantos de sirena a la población, pero que no nos permitirá resurgir hacia un país desarrollado, anhelo de vieja data.
Los promotores privados que invierten miles de millones de dólares en el país, desde antiquísimos tiempos LO PADECEN, coadyuvado a su vez, con un errático precio del dólar.
Necesariamente hagamos hincapié en los temas que le cambien la vida a la gente y no en sandeces de circunstancia. La esperanza en el gobierno, está enhiesta.