El CEO de la International Trademark Association (INTA), el abogado Etienne Sanz de Acedo, visitó Uruguay el pasado jueves y viernes, para intercambiar posiciones sobre asuntos de marcas empresariales con las autoridades uruguayas, en especial con la ministra de Industria, Energía y Minas (MIEM), Elisa Facio, además de representantes del Instituto Nacional de Propiedad Intelectual (INPI) y candidatos a la Presidencia de la República.
En ese marco, en diálogo con El País, destacó los avances de Uruguay en esta materia, sobre todo al adherirse recientemente al Tratado de Cooperación de Patentes (PCT).
El ejecutivo venía de Argentina, donde -al igual que en Uruguay- ofreció el apoyo de la organización que representa para impulsar la importancia de la propiedad intelectual como motor de la innovación, el empleo, el desarrollo económico y el bienestar social.
Sanz de Acedo destacó, en relación a América Latina, que la falsificación y piratería siguen siendo un “grandísimo problema”. Advirtió que “afecta a las empresas, a los emprendedores, destruye puestos de trabajo, impide a los estados cobrar impuestos, pero más que todo tiene un riesgo directo en la salud de los consumidores”.
Otro foco de trabajo de la INTA es el impacto del desarrollo tecnológico -con el blockchain y la inteligencia artificial-, en la propiedad intelectual en lo que tiene que ver con los derechos de los creadores (de aplicaciones) y la privacidad de datos, entre otros frentes. “Nos estamos focalizando más en la economía de lo intangible, en el valor económico que tiene la propiedad intelectual”, dijo el ejecutivo.
“Es muy importante evaluar y hablar sobre cómo la propiedad intelectual puede ayudar a los proyectos de desarrollo de la sostenibilidad y del medio ambiente. Quizás esto sea más a nivel de patentes, de secretos empresariales, pero también es de marcas”, acotó.
El tema del etiquetado en los alimentos es, asimismo, otra cuestión relevante para la INTA que ha venido abordando desde hace un tiempo. Varios gobiernos han decidido limitar el uso de las marcas en el empaquetado de los productos o servicios -en las góndolas de los comercios- bajo el argumento de proteger a los consumidores y la salud pública. “Nosotros (la INTA) creemos que, si bien es muy importante proteger la salud pública -y somos los primeros en defenderla-, la solución no está en reducir las marcas del empaquetado, sino en informar mejor al consumidor en las notas que acompañan a los productos”, opinó.
A su entender, las marcas deberían permanecer en las etiquetas, porque cumplen una función de información al consumidor. “Además, cuando se retiran las marcas se están facilitando más falsificación de productos”, apuntó.
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