Según datos de la Memoria Anual 2023 de la Universidad Tecnológica (UTEC), el 90% de los egresados trabajan en áreas vinculadas a sus estudios, mientras que a partir del “Estudio retrospectivo de oferta formativa y empleo en UTEC” al que accedió El País, el 55% de los estudiantes se encuentran insertos en el mercado laboral.

La UTEC inició sus actividades en el interior del país en 2014 y en la actualidad opera en 235 localidades (ver aparte).

En 2017 se inauguró la carrera de ingeniero en logística, donde Ramiro Madruga (37 años), oriundo de Rivera, cursó y egresó. Según comentó, trabajaba en una barraca de venta de insumos para nutrición animal que además, contaba con una empresa de transporte internacional y se inspiró en ese trabajo a la hora de elegir la carrera.

Uno de sus principales objetivos es profesionalizar la actividad agropecuaria. “La logística permite reducir costos, lo que mejora la cadena de suministro de un producto”, destacó de su profesión y agregó que una de las metas fundamentales de la carrera es mejorar la sostenibilidad a través de la innovación.

El estudio —cuyo periodo de análisis se situó entre 2020 y 2023— arrojó que a medida que los estudiantes avanzan en sus carreras, tienden a trabajar más y cada vez están más vinculados a su área de formación. En 2023, la cifra de estudiantes que trabajan en áreas de estudio alcanzó el 69%, mientras que en 2020 se encontró en 48%.

Uno de los casos, es el de la duraznense Paola Curbelo (32 años), quien cursó y se recibió de tecnóloga en Agua y Desarrollo Sostenible. Actualmente trabaja en la Dirección de Medioambiente de la Intendencia de Durazno y este año comenzó un posgrado en saneamiento a partir del convenio entre la UTEC y el instituto IHE Delft.

Curbelo contó a El País que la carrera está orientada a abordar la problemática del uso racional y sostenible de recursos hídricos y tratamiento de efluentes en el sector agropecuario y agroindustrial. A futuro, la joven planea trabajar de forma independiente vinculada al desarrollo de las pymes.

Por otro lado, Agustina Etchissure (23 años), es de Flores y vive en Durazno hace 14 años, donde se destacó como la primera tecnóloga en Ingeniería Agroambiental de la UTEC.

Uno de los principales aspectos que resaltó la estudiante fue que pudo cursar la carrera en el interior sin atravesar la dificultad que le hubiese generado separarse de su familia. En la actualidad, está cursando tres materias del último semestre para titularse como ingeniera agroambiental.

La mayoría de la oferta brindada por UTEC se basa en disminuir el impacto medioambiental e introducir a los jóvenes al mercado laboral mediante actividades prácticas.

En ese sentido, Etchissure y Curbelo destacaron las salidas y proyectos de campo a los que apunta la universidad. Según mencionaron, en gran parte de las carreras existe una unidad curricular llamada “proyecto integrador”, basado en aplicar los conocimientos del aula a las problemáticas de la actividad práctica.

La oferta estudiantil de la UTEC es de las más recientes de Uruguay, por lo que, según explicó Etchissure, muchos elementos de la carrera se fueron concretando y organizando durante el transcurso del año.

A pesar de que destacaron el profesionalismo que adquirieron, el cambio a la actividad práctica fue una de las principales incertidumbres y desafíos que tuvieron que atravesar durante la carrera gracias a su falta de experiencia.

“La UTEC está enfocada a lo que probablemente encuentres en el mercado”, dijo Madruga.

Sin embargo, este no fue el único cambio que tuvieron que sobrepasar ya que estudiar y trabajar implica un esfuerzo por administrar los tiempos de mejor manera. Este fue uno de los aspectos resaltados por Madruga, quien logró adaptarse a los horarios laborales, académicos y familiares, mientras planea realizar una maestría en supply chain (cadena de suministros) y culminar la tesis de la carrera de agronomía.

A partir de un informe realizado por el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) en 2023, seis de cada diez jóvenes entre 18 y 25 años están desempleados. Además, la informalidad laboral en Uruguay es la más alta de la región, con un 22%, según información del Instituto Nacional de Estadística (INE), donde se observó que las franjas etarias que presentan mayor informalidad son los jóvenes menores de 25 años (34%). Uno de los principales motivos de esta problemática es la falta de culminación de los estudios y la calidad de su formación, lo que limita aún más su inserción en el mercado de trabajo.

A propósito, los indicadores de UTEC arrojaron que la tasa de desvinculación acumulada fue del 18% en 2023. De estos, el 51% fue de forma inicial (durante el primer semestre), el 34% temprana (dentro de la primera mitad de la carrera) y el 15% fue tardía (luego de la segunda mitad).

Además, se estima que los estudiantes comienzan a transitar la experiencia laboral vinculada a su formación a partir del segundo año de carrera.