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¿Cómo generar hábitos y objetivos de ahorro para no caer en tentaciones de gasto?

Resulta clave saber diferenciar algunas prácticas simples que te ayudarán a cuidar tu capital.

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Ahorros, rentabilidad.

El ahorro es el cimiento fundamental para tener unas finanzas personales saludables. De no tenerlo, podemos vernos comprometidos ante algunas situaciones en la vida cotidiana, apagando incendios financieros que pueden afectar nuestra capacidad de ahorro y proyección económica a futuro.

Por ello, en este Finanzas de Bolsillo, analizaremos cómo podemos dar nuestros primeros pasos en el proceso del ahorro y qué tipo de objetivos podemos perseguir para evitar caer en problemas financieros y, en consecuencia, no generar ahorros, lo cual puede llevar al estrés financiero.

El primer paso es comprender la importancia del hábito del ahorro. En este contexto, es clave comprender cómo funcionan los hábitos, ya que los mismos pueden influir significativamente en nuestra capacidad para ahorrar dinero de manera constante.

En este caso, Alessandra Crosignani, licenciada en Economía y fundadora de Concientizado, sostuvo que el ahorro es fundamental para el éxito financiero a largo plazo. Lo importante, según ella, es “encontrar la forma de lograr el hábito” para “ahorrarle trabajo al cerebro y automatizarlo”. Siguiendo esta línea, dijo que lo indicado es separar, para los objetivos financieros que uno tenga en mente, el 20% de todos los ingresos percibidos. Si el porcentaje en cuestión es alto (depende de los ingresos de cada uno), la economista igual recomendó comenzar a realizar el hábito de todas formas, aunque el porcentaje a separar sea menor que el indicado.

“Si se está empezando con esta práctica, ya se programa y se automatiza para no tener que pensarlo cada vez que se está a inicio de mes o se recibe un ingreso extra. A medida que el crece, es importante invisibilizarlo para no caer en la tentación de consumirlo, ya que ese dinero fue apartado para un objetivo determinado, o más de uno. En función del objetivo que se tenga, ese dinero podrá generar más dinero si lo hacemos crecer al invertir de forma regular”, explicó.

Siguiendo esta línea, Rodrigo Álvarez, creador del podcast Neurona Financiera, sostuvo que separar una parte de tu sueldo “te ayuda a asegurar” que siempre estarás ahorrando algo cada mes, independientemente de lo que suceda en tu vida cotidiana. Además, dijo que este método “fomenta la consistencia”, ya que al hacer del ahorro una “acción automática”, eliminas “la tentación o el riesgo” de gastar ese dinero en otras cosas por lo que, con el tiempo, esta práctica puede hacer crecer tu fondo de ahorros “significativamente”.

Por su parte, Marcela Romero, coordinadora del programa de Planificación Financiera en BECA Advisors, indicó que enfocarnos en los hábitos de ahorro personales es “fundamental” ya que “nos ayuda a construir una base financiera sólida y a prepararnos para imprevistos futuros”.

Una práctica a utilizar para seguir el camino del ahorro es realizar presupuestos. Álvarez destacó que realizar presupuestos es una “herramienta fundamental para intensificar el hábito del ahorro, ya que al realizarlo, estás planificando de manera proactiva como asignar tus ingresos de forma que priorices tus objetivos financieros, incluído el ahorro, en este caso.

Agregó además que el presupuesto te da una “visión clara” de tus ingresos y gastos. Además, saber exactamente “a donde va cada peso” permite identificar áreas donde uno puede reducir gastos y aumentar el ahorro. Permite también, según Álvarez, establecer límites en categorías de gastos variables, como por ejemplo salidas, comidas fuera de casa y entretenimiento, con el fin de no gastar más de lo que en realidad podes costear.

“Un presupuesto bien elaborado es mucho más que un simple seguimiento de dónde va el dinero. Es una estrategia integral que refuerza la disciplina financiera, fomenta una mejor toma de decisiones de gasto y, en última instancia, incrementa tu capacidad de ahorro”, afirmó.

Alternativas para seguir el camino del ahorro

En la mayoría de los casos, en la etapa de la juventud uno se pregunta qué otro tipo de alternativas pueden existir para seguir aumentando el capital personal y en consecuencia nuestros ahorros (por fuera del trabajo, claro está). En ese marco, existen varias fuentes alternativas para incorporar a nuestras vidas. Algunos ejemplos pueden ser los pasivos financieros (plazos fijos, bonos, stablecoins), ingresos pasivos monitoreados (emprendimientos propios que no demanden demasiado tiempo en el mediano plazo, que puedan ser automatizados y se puedan monitorear), ingresos pasivos propietarios (alquiler de propiedades, cocheras, maquinaria) e ingresos pasivos patentados (regalías por la creación de franquicias, autoría de libros). Teniendo sobre la mesa todas estas posibilidades, si se logra adoptar al menos dos de ellas uno ya estaría logrando diversificar bastante sus fuentes de ingreso, reduciendo el riesgo económico si alguna de ellas no llega a resultar como se esperaba y aumentando así nuestra capacidad de ahorro.

A su vez, existen gastos que es necesario evitar independientemente del contexto en que nos encontremos. Algunos ejemplos pueden ser los gastos hormiga (comidas fuera de casa, cafés, golosinas, cigarrillos), los gastos diferidos y los gastos derivados (si compro o adopto una mascota, por ejemplo, debo también agregar el costo mensual de su comida, veterinario y otros ítems más).

Los objetivos a perseguir gracias al ahorro pueden ser variados. Además, tener un propósito definido y un rumbo claro nos ayuda a mantener estable nuestra actividad financiera. Uno de los objetivos, por ejemplo, puede ser el ahorro para emergencias.

Crosignani explicó, en este caso, que el ahorro para emergencias consiste en “armar un fondo de reserva” el cual permite “comprar tranquilidad”.

“Al ser un punto tan sensible, se transforma en un objetivo financiero obligatorio. Otorga tranquilidad cuando uno se queda sin trabajo, ayuda ante un quebranto de salud y auxilia ante un posible endeudamiento, porque las cuentas hay que pagarlas igual, y cuando se sale corriendo a buscar un préstamo existe la posibilidad de sufrir con altas tasas de interés y condiciones que no sean las más convenientes. A su vez, también permite elegir mejor, porque la carga de angustia y estrés es menor cuando se cuenta con este alivio financiero, lo que permite tomar decisiones más óptimas. El monto sugerido es calcular el costo de vida del grupo familiar y multiplicarlo por seis, esa será la suma del fondo de reserva a reunir”, explicó.

Otro punto clave para el objetivo del ahorro puede ser obtener seguridad financiera. En este caso, el monto debe equivaler a más de un año y medio de ingresos. De conseguirlo, se traduce en mayor flexibilidad y capacidad de aprovechar oportunidades de inversión, por ejemplo.

En este caso, Romero dijo que para generarlo se deben pensar metas de ahorro (ya sea a corto, mediano y claro plazo), y que “cuanto mejor podamos cuantificarlas y visualizarlas” se facilitará el proceso de mantener un presupuesto disciplinado para poder luego ir aumentando gradualmente nuestros aportes de ahorro.

Por su parte, Crosignani destacó también que el ahorro para poder contar con seguridad financiera para luego pensar en objetivos de mediano y largo plazo se logran con planes trazados, automatizaciones en funcionamiento, encuentros financieros periódicos -el propio individuo realiza su gestión financiera personal y controla sus métricas- y revisiones trimestrales, semestrales y anuales de dichos objetivos.

Tarjeta de crédito: ¿amiga o enemiga?

Según Álvarez, las tarjetas de crédito son herramientas financieras poderosas que, si se usan correctamente, pueden ser muy beneficiosas para el ahorro y la gestión financiera. Sin embargo, también pueden representar riesgos y conducir a deudas si no se manejan con cuidado.

Está claro que pueden ofrecer beneficios ya que muchas ofrecen puntos, millas aéreas o devoluciones en efectivo en compras específicas. “Usar tu tarjeta de crédito para gastos regulares y luego pagar el saldo completo cada mes puede acumular recompensas sin incurrir en intereses”, dijo Álvarez.

A su vez, un uso responsable de la tarjeta de crédito puede ayudar a construir o mejorar tu puntuación de crédito. En este caso, Álvarez aseguró que esto es “crucial” si uno planea solicitar un préstamo hipotecario o un préstamo para automóvil en el futuro.

De todas formas, la tarjeta de crédito puede jugar en contra, por ejemplo, si no pagas el saldo completo cada mes, ya que los intereses pueden acumularse rápidamente. “Las tasas de interés de las tarjetas de crédito son generalmente altas, lo que puede llevar a una deuda significativa”, aseguró Álvarez.

También nos puede llevar a gastos impulsivos, ya que, según Álvarez, “es fácil gastar más de lo que puedes permitirte cuando no estás usando dinero en efectivo”, lo que puede llevarte “a un ciclo de endeudamiento y dificultades financieras”.

A su vez, algunas tarjetas de crédito tienen cuotas anuales, tasas por transacciones en el extranjero y otras tarifas que pueden sumar gastos significativos si no se manejan con cuidado.

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