El cuidado y la organización de nuestros gastos es un punto clave a la hora de mantener una estabilidad económica, tanto para los jóvenes como para los adultos. Saber qué hábitos son los que uno debe tomar para no generar gastos innecesarios, identificar buenas oportunidades de inversión y generar (si se puede) ahorros mensualmente son algunas señales de que vamos por la senda correcta en el mundo del dinero, para luego evitar contratiempos y no caer en deudas.
Por ello, en este Finanzas de Bolsillo analizaremos cuáles son las opciones para no tener sobresaltos y llegar a fin de mes con la conciencia y el bolsillo tranquilo de que no encontraremos contratiempos a la hora de pagar cuentas.
Marcela Romero, coordinadora del programa de planificación financiera de Beca Advisors, dijo a El País que la planificación financiera debería ser un tema de conversación desde temprana edad, ya que luego se tornará en un tema personal y tener una correcta organización de nuestros gastos significa “tomar el control de lo que queremos para nuestra futura calidad de vida”.
En ese sentido, destacó que la disciplina y el autocontrol son puntos claves a mejorar individualmente para comenzar a tomar consciencia de nuestros gastos. “Ese es el primer paso para llegar a fin de mes y empezar a ahorrar. Tener una herramienta de control que nos permita visualizar los gastos que hacemos durante el mes es clave para ver dónde están las oportunidades de optimizar nuestros gastos”, explicó.
Ignacio Arechavaleta, director de banca minorista de Itaú, dijo a El País que para tener una buena estabilidad financiera lo primordial es identificar los distintos tipos de gastos: fijos, variables y ocasionales. Los primeros son aquellos que debemos pagar sí o sí todos los meses y generalmente tienen un mismo monto (alquiler, salud, educación); los gastos variables son aquellos también solemos pagar todos los meses pero el monto varía según nuestro consumo (supermercado, nafta, luz); y por último están los gastos ocasionales que no son estrictamente necesarios y se pueden recortar.
“Conocer nuestro presupuesto, establecer metas de ahorro, priorizar los gastos fijos y variables y planificar y moderar los ocasionales nos ayudará a alcanzar una relación saludable con nuestro dinero”, agregó.
Por su parte, Martín Ortiz, asesor de inversiones en Maiorano Inversiones, sostuvo que el primer hábito que se debe tomar a la hora de tener una estabilidad financiera es llevar un control de lo que gastamos.
“Por un lado están los gastos que son necesarios para vivir. En segundo lugar podríamos incluir el entretenimiento y el confort que es lo que deberíamos revisar para luego poder ajustarlo. En tercer lugar debería estar el ahorro. Alguien dijo alguna vez que luego de determinado nivel de ingresos podemos dividir a las personas en tres grupos: los que ahorran, los que piensan que no pueden ahorrar y los que piensan que no tienen por qué ahorrar. En un mundo tan incierto todos deberíamos ahorrar por más que no tengamos un objetivo concreto”, aseguró.
En relación a los gastos que deberíamos controlar y ajustar (confort, entretenimiento, salidas, “gastos hormiga”), Ortiz señaló que debemos tomar conciencia de por qué gastamos innecesariamente, ya que las razones pueden ser muy variadas, pero a la vez es necesario conocerlas para poder actuar sobre ellas y cambiar nuestros hábitos de consumo.
“La competencia y el desarrollo de los medios de pago ponen a nuestra disposición programas de fidelización, descuentos y promociones. Podemos sacar mucho provecho de ellos pero también son un incentivo para gastar innecesariamente”, dijo.
A su vez, otro método que indicó Ortiz para controlar y ajustar nuestra economía es el pago de la tarjeta de crédito. En ese marco, dijo que pagar el mínimo de la tarjeta de crédito es un error común que comete mucha gente, ya que eso solo nos permite que la institución financiera nos mantenga la línea de crédito pero genera altos intereses.
El ahorro obviamente es otro punto caliente para contar con un “colchón” por si ocurre algún contratiempo a fin de mes o si hay que sacar dinero del bolsillo ante una situación en particular. Romero dijo que para “gastar en la calidad de vida que deseo tener en el futuro” se hace a través del ahorro, así que primero hay que ahorrar para después gastar lo que nos sobró de nuestros ingresos. Sin dudas que este ítem depende mucho de los ingresos y obligaciones de cada individuo, pero “aunque sea poco hay que ahorrar siempre”.
Ahora, en relación al dinero que intentaremos guardar mensualmente, ¿qué tan clave es contar con un ahorro para emergencias? Según Romero, cada vez que hablamos de finanzas estamos hablando de dinero en el futuro, por lo que hay incertidumbre respecto a los eventos que puedan venir, por lo que tener un fondo de reserva (o parte de los ahorros invertidos en instrumentos que pueda vender fácilmente sin perder valor) nos evita tener que tomar decisiones apresuradas que en general son malas (como tomar endeudamiento caro o perder valor en ventas de mis inversiones estratégicas). En tanto, Ortiz afirmó lo dicho por Romero, destacando que lo ideal sería que dicho fondo de reserva cubra entre tres y seis meses de nuestros gastos mensuales.
“Lo recomendable sería que nuestro fondo de emergencia esté invertido en instrumentos de alta calidad crediticia, de corto plazo y con alta liquidez. La mejor opción son las Letras de Regulación Monetaria en pesos que emite el Banco Central (BCU) que cumple con esas tres características y a su vez nos genera una rentabilidad que hoy está en el entorno de 11% anual”, explicó el asesor de inversiones de Maiorano Inversiones.
Consultado sobre si invertir es otra forma de aumentar y hacer rendir nuestro capital, Arechavaleta afirmó que existen inversiones para todos los plazos y perfiles de riesgos. Por ello, es clave definir nuestro perfil de riesgo y nuestro horizonte temporal. “La inversión no debería ser una fuente de incomodidad para el inversor”, aseguró.
No, pero mientras su uso sea de forma ordenada
Según Victoria Izuibejeres, responsable de la disciplina de productos de inversión de Itaú, puede resultar en un arma de doble filo y hay que hacer uso responsable de ellas. Destacó que puede servir para el control de nuestros gastos si se utiliza de forma ordenada, sin mencionar los beneficios que tiene su uso por la posibilidad de hacer pagos en cuotas y acceder a productos con descuentos. “Puede ser incluso un producto a favor de nuestras metas de generación de ingresos, si a través de su uso se genera un mayor control de gastos personales”, agregó.
Gastón Becker, analista de inversiones de Gletir, aseguró que si no somos conscientes de cuánto gastamos puede ser “nuestra peor enemiga”, ya que es clave conocer nuestra capacidad de pago y el límite de crédito que podemos pedir. “El saldo de la tarjeta de crédito es dinero que le pedimos prestado al banco y como tal, si no podemos hacer frente a nuestras obligaciones, las consecuencias pueden ser graves”, dijo. Por ello, recomienda llevar de manera discriminada los gastos que hacemos y establecerse a sí mismo un límite mensual. En tanto, Romero dijo que la tarjeta de crédito “es una amiga”, ya que “el dinero pierde valor con el paso del tiempo, así que me ayuda a ganarle unos días a la inflación a través del pago diferido”.
¿Qué hago si tengo deudas y no puedo pagar?
Si caímos ante deudas por tomar mala decisiones financieras que afectaron nuestra economía, existen alternativas para incrementar nuestros excedentes mensuales por fuera del sueldo y generar dinero para pagar las mismas, aunque esto puede llevar un tiempo, dependiendo de las exigencias y deudas que cada uno presente. Además de utilizar nuestros ahorros para pagar deudas, uno puede optar por un trabajo extra (dependiendo de su carga horaria), o se puede emprender (una de las más elegidas por los jóvenes).
La tecnología y sus pros en la economía individual
La tecnología presenta opciones si quiero cuidar mi patrimonio y no tirarlo por la borda. Una forma efectiva de lograrlo es crear una planilla de Excel con el detalle de nuestros ingresos y gastos. Además, allí también se pueden agregar, si se desea, los estados de cuenta del banco de manera mensual, por lo que uno puede calcular los gastos que realizó cada mes para así intentar disminuirlos para el próximo. Otra manera de no caer en malas conductas financieras es utilizar apps para la organización de finanzas. Permiten visualizar tendencias, facilitan la carga de datos y brindan información sobre el comportamiento financiero personal para así poder mejorarlo.