Consejos útiles para poder seguir potenciando nuestro presente financiero y evitar deudas innecesarias

Existen reglas de dinero diseñadas para desafiar el manejo diario de la economía individual de cada persona, con el fin de fomentar un presente financiero estable a corto y largo plazo.

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Ahorros, rentabilidad.

La Nación/GDA
Seguramente que todos estamos familiarizados con las reglas clásicas: no gastar más de lo que se gana, evitar deudas innecesarias, y así sucesivamente. Estas máximas son como viejos amigos que nos acompañan a lo largo de nuestra vida financiera, recordándonos constantemente los pilares fundamentales de una gestión responsable del dinero. Sin embargo, ¿qué sucede cuando exploramos terrenos menos transitados, donde las reglas convencionales se desdibujan y la innovación financiera toma la delantera? ¿Qué pasa si hay otras perspectivas que aún no hemos considerado? ¿Y si el camino hacia la estabilidad financiera va más allá de las enseñanzas convencionales? En este Finanzas de Bolsillo, nos aventuramos a descubrir reglas de dinero no muy conocidas, que es probable que nunca hayas escuchado, diseñadas para desafiar tu pensamiento convencional y abrir la puerta a nuevas posibilidades en la gestión de tu economía doméstica que podrían agregar un valor inesperado a tu vida financiera.

Regla del delay

Esta regla financiera persigue combatir las compras impulsivas y fomentar la toma de decisiones reflexiva en cuanto a gastos se refiere. La esencia de esta regla es simple pero poderosa: antes de realizar una compra significativa, esperá 48 horas. Esta regla es especialmente útil para evitar compras impulsivas que, a menudo, resultan en gastos innecesarios y contribuyen al desequilibrio presupuestario. En la era de las compras online y entrega en el día, la regla del delay de 48 horas actúa como una pausa estratégica entre el impulso inicial de comprar algo y la ejecución de la transacción. Esta espera no solo proporciona tiempo para reflexionar sobre la necesidad real del producto o servicio, sino que también disminuye la influencia de factores emocionales en la toma de decisiones financieras. Durante estas 48 horas, se alienta a revisar y cuestionar la urgencia de la compra. ¿Realmente necesitás este artículo ahora mismo, o es posible esperar un poco más? ¿Existen alternativas más económicas o mejores ofertas disponibles? Estas preguntas permiten evaluar la verdadera importancia de la adquisición. Además, este “modus operandi” fomenta la planificación financiera a corto y largo plazo. Al implementar esta pausa, se abre la puerta a la posibilidad de asignar esos fondos a objetivos financieros más significativos, como el ahorro, la inversión o la reducción de deudas.

Deudas pequeñas

A primera vista, las pequeñas deudas pueden parecer insignificantes en comparación con compromisos financieros más grandes. Sin embargo, “El Poder de las Pequeñas Deudas” destaca cómo estas sumas aparentemente pequeñas pueden tener un impacto sustancial en las finanzas personales si no se manejan adecuadamente, al resaltar la importancia de abordar y saldar las pequeñas deudas tan pronto como sea posible. A menudo, las deudas de menor cuantía pueden pasar desapercibidas, ya que la atención se centra en pasivos más considerables. No obstante, ignorar estas pequeñas obligaciones financieras puede llevar a consecuencias más amplias, como intereses acumulativos y deterioro del historial crediticio.

Ahorro por goteo

Esta regla financiera aborda la idea de ahorro a través de pequeñas cantidades acumulativas, similar a cómo las gotas de café pueden llenar una taza muy de a poco. “El Efecto Cafetería: Ahorro por Goteo” se centra en la premisa de que pequeñas acciones consistentes pueden generar ahorros significativos a largo plazo, y promueve la conciencia de los gastos diarios y la identificación de oportunidades para ahorrar de manera incremental. En lugar de centrarse solo en recortes grandes, se alienta a examinar los hábitos cotidianos de gasto (también conocidos como “gastos hormiga”), identificando áreas donde pequeños ajustes pueden generar ahorros a lo largo del tiempo. Un ejemplo práctico podría ser renunciar al café que tomamos en un bar todos los días y en su lugar optar por hacer café en casa. Aunque el ahorro diario puede parecer mínimo, la acumulación semanal, mensual y anual revela una suma significativa que podría destinarse a metas financieras más sustanciales, como el ahorro para emergencias, inversiones o la reducción de deudas. Al tomar decisiones conscientes respecto a gastos cotidianos, se establece un patrón de ahorro sostenible que, con el tiempo, puede marcar una gran diferencia en el bienestar financiero general.

Innovación personal

Esta regla financiera introduce la noción del “Fondo de Innovación Personal” como una estrategia creativa para fomentar el desarrollo personal y profesional mediante inversiones en uno mismo. El concepto sugiere la creación de un fondo específico destinado a la educación, formación, experiencias y herramientas que impulsen el crecimiento individual. A diferencia de las inversiones tradicionales, este fondo se centra en el desarrollo personal y en adquirir habilidades que potencien las oportunidades a largo plazo.

Desafío financiero

El "Día del Desafío Financiero” es una regla que busca incorporar una perspectiva innovadora en la gestión diaria de las finanzas personales. La idea es asignar un día específico del mes para enfrentar desafíos financieros diseñados para impulsar la creatividad, la disciplina y una mayor conciencia en la toma de decisiones económicas. Cada mes, en el “Día del Desafío Financiero”, te propondrás metas específicas y desafiantes que van más allá de la rutina financiera tradicional. Estos desafíos pueden variar según tus objetivos personales, pero algunos ejemplos incluyen: Compras esenciales únicamente: Limitá tus compras a artículos esenciales durante ese día, evaluando la verdadera necesidad de cada gasto. Renegociación de contratos: Dedicá tiempo a renegociar tarifas, contratos o servicios para obtener mejores condiciones. Día sin compras: Desafiate a vos mismo a pasar un día completo sin realizar ningun tipo de compra, incluso las más pequeñas que se te puedan ocurrir.

El efectivo y la tecnología como soporte

La tecnología presenta opciones si uno desea cuidar sus ahorros y no tirarlos por la borda. Una forma efectiva de lograrlo es crear una planilla de Excel con el detalle de nuestros ingresos y gastos. Además, allí también se pueden agregar, si se desea, los estados de cuenta del banco de manera mensual, por lo que uno puede calcular los gastos que realizó cada mes para así intentar disminuirlos para el próximo y así ahorrar un poco más. Otra manera de no caer en malas conductas financieras y perder dinero es utilizar apps para la organización de finanzas. Permiten visualizar tendencias, facilitan la carga de datos y brindan información sobre el comportamiento financiero personal para así poder mejorarlo.

Por otro lado, aunque tal vez pueda sonar poco convencional, optar por llevar únicamente dinero en efectivo puede resultar en un menor gasto. Investigaciones han revelado que las personas tienden a gastar más cuando utilizan tarjetas de crédito.

En esta línea, un estudio denominado ‘Efectos del mecanismo de pago en el comportamiento de gasto: El papel del ensayo y la inmediatez de los pagos’, llegó a la conclusión de que el gasto pasado influye en cómo se gasta en el futuro, pero también el método de pago desempeña un rol importante.

En este caso, las tarjetas de crédito no son percibidas como dinero real, y como el pago no es inmediato, las personas suelen subestimar el impacto de sus compras. Otra estrategia para economizar consiste en no almacenar los datos de pago en el navegador. Aunque esto puede resultar menos conveniente, puede tener el beneficio de hacerlo reflexionar antes de realizar una compra.

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