FINANZAS DE BOLSILLO
Es importante saber cómo funcionan los monederos digitales y elegir el que se acomode a las necesidades personales.
Una vez que se adquiere una criptomoneda, sin importar cuál sea, una pregunta válida es dónde se guarda. En este Finanzas de Bolsillo veremos qué son las billeteras virtuales, qué tipos existen y cuáles son las principales recomendaciones a la hora de usarlas.
El fundador de la Cámara Fintech de Uruguay, Sebastián Olivera, explicó a El País que “las criptomonedas se suelen almacenar en una billetera virtual, que podría definirse como una cuenta bancaria virtual que permite a las personas guardar, recibir y enviar criptomonedas, pagar bienes o servicios. Otra forma de verlo, es entender las billeteras digitales como un programa informático para realizar transacciones con nuestras monedas digitales”.
Las billeteras, es decir, los programas funcionan con “claves criptográficas de acceso conocidas como ‘llaves’”, indicó. Hay dos: una es la llave pública, que es un “código alfanumérico (que sería como el número de cuenta bancaria) que representan las coordenadas para operar con una cuenta particular”.
La otra es una “llave privada, que contiene las claves de acceso a la billetera”. En el sistema tradicional sería como las contraseñas de “acceso a mi cuenta bancaria”.
LAS 4 FORMAS.
Olivera dijo que hay “cuatro formas de guardar criptomonedas”. Una es la “billetera caliente” (en inglés, hot wallet). El usuario tiene las claves de acceso a una “cuenta” y, al usarla, tiene una “experiencia de transaccionalidad más sencilla y rápida”.
Al mismo tiempo advirtió que, como se conecta a internet, “está expuesta a las contingencias de seguridad propias de la red”.
Otra opción es el hardware o “billetera fría” (en inglés, cold wallet) que, a diferencia de la “caliente”, no necesitan de internet. Olivera contó que pueden asimilarse a un dispositivo USB. Las llaves se almacenan localmente en un dispositivo y se pueden perder de manera física.
La tercera opción es la “billetera de papel” (en inglés, paper wallet). El experto comentó que “no son más que hojas de papel con las claves impresas”. Advirtió que, “por un tema de seguridad, no son las más recomendables”. ¿El motivo? Si se pierde el papel, se pierde la criptomoneda.
Por último está el “monedero software” (en inglés, hardware wallet). “Mayormente son instalados en un dispositivo en dónde se guardan y encriptan”. Los “problemas de seguridad” con estas billeteras “están más relacionados a la pérdida o sustracción del dispositivo”.
RECOMENDACIONES. Olivera brindó una serie de consejos para aquellos que desean adentrarse en el mundo de las billeteras virtuales.
Primero habló sobre las precauciones asociadas a los riesgos generales de cualquier inversión. No se recomienda “asumir riesgos que estén fuera de nuestro perfil o posibilidades, por ejemplo”, apostar a un “activo porque es una moda o porque todo el mundo lo hace”.
El experto habló sobre la importancia de “informarse sobre lo que se está invirtiendo, el régimen legal y garantías; y sobre quiénes son los mejores proveedores del servicio de inversión”.
En segundo lugar se refirió a las precauciones relacionadas específicamente al mercado de criptomonedas. Aconsejó “elegir un monedero acorde a nuestro perfil, y que cumpla validaciones mínimas en cuanto a seguridad, reconocimiento de mercado y respaldo”.
Al mismo tiempo evitar “principalmente promociones que ofrecen tasas de retorno ‘milagrosas’ o solicitudes de compartir las claves privadas con terceros”.
También recomendó mirar las reseñas que se encuentran en internet de las billeteras en sitios como Turisplot y Google Reviews y “validar los comentarios de soporte al usuario”. En esos lugares, por lo general, los “usuarios exponen las mayores fallas del servicio de las billeteras”.
Otro consejo que brindó es “invertir pequeños importes para ‘entrenarse’ en la utilización de la billetera sin exponerse a riesgos de grandes pérdidas, o pagar demasiadas comisiones”. Además, utilizar “conexiones seguras y mantener un protocolo seguro de almacenamiento de claves”.
Asimismo, recordó que hay que ser “consciente de que las criptomonedas tienen un gran componente de variabilidad elevada, por lo que su valuación varía de forma significativa”. También comentó que “no están respaldadas por los gobiernos, por lo que los fondos de garantía no aplican sobre este tipo de inversiones. Y en los casos que haya garantías, pueden ser limitadas a ciertos importes en dinero”.
En esa línea, recomendó “verificar el régimen legal aplicable en cada región, en especial en dónde se reside. Al tratarse de ‘nuevos activos’, los reguladores de diferentes países enfrentan la regulación de estos de formas muy diferentes. Y no es únicamente un tema de regulación sobre la legalidad, sino que debe considerarse la fiscalidad y los costos de operación”.
El avance del Bitcoin como moneda de curso legal
El Salvador aprobó en junio la Ley Bitcoin, que permite el curso legal de dicha criptomoneda. El país se convirtió en el primero del mundo en reconocerlo como una moneda legal de intercambio.
En setiembre la legislación entró en vigor y, a partir de ese momento, los agentes económicos están obligados a aceptar la criptomoneda y todos los precios de los productos y servicios deben expresarse en dólares y bitcoins. [EN BASE A EFE]
El CEO de Infuy, Alejandro Narancio, había explicado a El País en septiembre que es necesario retirar los tokens de las exchanges —plataformas de intercambios de criptomonedas— para poder ser dueños de ellos. Entonces, la “mejor práctica” es adquirirlas y hacer el retiro a la billetera personal. En el sistema tradicional vendría a ser como el número de cuenta bancaria.
Las “billeteras calientes” (en inglés, hot wallets), uno de los lugares donde se pueden guardar las criptomonedas, tienen como característica principal que necesitan de internet. Por lo tanto, son vulnerables a todo lo que sucede en ese mundo.
Por eso, al navegar por la red hay que tener una serie de precauciones. El director de ESET Uruguay, José Luis López, brindó una serie de recomendaciones para evitar ser víctimas de un ciberdeliencuente o un ciberataque.
Uno de los consejos que brindó fue pensar bien y desconfiar antes de hacer clic en un enlace que llega a nuestras manos pero que no se solicitó. Además, tener el antivirus, el sistema operativo y las aplicaciones actualizadas.
También advirtió que hay que cuidarse de los códigos maliciosos que pueden infectar el equipo. Los que están detrás de esas operaciones muchas veces no actúan de inmediato, sino que te monitorean y, cuando ven que pueden sacar un beneficio, actúan. López contó que el scraping de datos para conseguir información está en aumento.
Por último, aconsejó no ingresar a sitios donde hay que identificarse (poner usuario y contraseña) cuando se está conectado a una red wifi pública o, por ejemplo, en la de un vecino.