Crisis de Caja Bancaria: reservas se agotarían antes y piden a instituciones financieras que adelanten los aportes

Situación empeoró y buscan solución de corto plazo además de reforma; las reservas cayeron más de un tercio en seis meses.

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Caja Bancaria
Caja de Jubilaciones y Pensiones Bancarias.
Foto: Juan Manuel Ramos

Redacción El País
La crisis de la Caja Bancaria se aceleró en los últimos meses al punto que las reservas se agotarían hacia comienzos del tercer trimestre de este año (previamente se estimaba entre octubre y noviembre) y se generaría un problema en el pago de las pasividades si no hace nada antes. De hecho, el directorio de la Caja solicitó por carta a las instituciones financieras adelantar los aportes que realizan, confirmaron a El País varias fuentes del sector financiero.

Las fuentes estimaron que las reservas de la Caja Bancaria (que se han venido utilizando ante el déficit operativo que tiene) se agotarán a comienzos del tercer trimestre y se necesitaría una inyección de capital para poder hacer frente al pago de pasividades. En febrero pasado, El País publicó en base a fuentes del gobierno que las reservas se agotarían entre octubre y noviembre.

Pero, el proceso de deterioro de las finanzas del instituto previsional ha sido de una velocidad “mucho mayor”, admitió uno de los informantes.

A fin de febrero pasado (según el último informe de gestión divulgado por la Caja Bancaria) las reservas totalizaban $ 2.133 millones, cuando a fin de 2022 eran $ 2.428 millones y a fin de agosto de 2022 eran $ 3.612 millones.

A mediados de marzo pasado, el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres señalaba en el Parlamento que si no se hacia nada “en un tiempo bastante pronto tendremos problemas para el cobro de las jubilaciones” en la Caja Bancaria y la Profesional.

“Estamos evaluando todas las posibilidades que hay para tratar de impedir, y lo vamos a lograr, la cesación de pagos, que es imposible, en la Caja Bancaria”, alertaba en esa ocasión el director de Seguridad Social del MTSS, Daniel García Zeballos.

En una comunicación a sus afiliados de febrero pasado, AEBU admitía que el déficit de la Caja Bancaria había llegado a una “situación extrema” debido al “incremento del presupuesto de pasividades, retraso cambiario y la rentabilidad negativa de las inversiones”. Esto obligaba a “tomar medidas de forma urgente para cerrar 2023 cumpliendo con sus obligaciones”, añadia.

Pero, en los últimos meses la situación crítica de la Caja Bancaria recrudeció, indicaron las fuentes. Por ello, la semana pasada el directorio de la Caja Bancaria solicitó a todas las instituciones aportantes (bancos, administradoras de crédito, cooperativas de ahorro y crédito, transportadoras de valores, etcétera) que adelanten los aportes al antepenúltimo día hábil del mes previo, en vez de pagarlo el octavo día hábil del mes en curso (o el día 20 del mes en algunos casos) como ocurre actualmente. Esa solicitud es a partir de junio, por lo que en dicho mes, las instituciones deberían volcar los aportes dos veces: el octavo día hábil (o el 20 de junio) y nuevamente el antepenúltimo día hábil (correspondiente al mes de cargo julio).

Esta solicitud de adelanto de aportes es por el lapso de “seis meses”, según dice la carta. Es decir, en julio recibirían el antepenúltimo día hábil los aportes correspondientes a agosto y así sucesivamente.

Con eso se paliaría la situación de cortísimo plazo sin afectar el pago de pasividades y a la espera de que se apruebe un proyecto de ley de reforma de la caja. Sin embargo, según las fuentes consultadas, las instituciones financieras todavía no respondieron si accederán al pedido de la Caja Bancaria.

El directorio de la caja tomó otra medida recientemente ante la crítica situación financiera que fue la “dejar sin efecto el otorgamiento de préstamos sociales como la renovación de los mismos” desde el 1° de mayo.

Al tiempo que están abocados a resolver el problema urgente para no afectar el pago de pasividades bancarias, gobierno, instituciones financieras y el sindiciato financiero AEBU negocian una reforma de la Caja Bancaria para hacerla viable en el tiempo.

Fuentes de las instituciones financieras señalaron a El País que no hay disposición a seguir aumentando los aportes a la Caja Bancaria para que en 10 años otra vez haya que hacer una reforma y por eso piden soluciones de fondo.

La Caja tenía a fin de febrero 18.180 activos y 19.538 pasivos, además de ese descalce, paga las jubilaciones promedio más altas de todos los regímenes.

Actualmente, los bancos, empresas de intermediación financiera, el Banco de Seguros del Estado (BSE) y las aseguradoras privadas pagan un aporte patronal de 25,5% (cuando en el régimen general es de 7,5%), mientras que administradoras de crédito, cooperativas de ahorro y crédito, transportadoras de valores entre otros, pagan el 7,5%. A eso se suma una Prestación Complementaria Patronal (PCP) que grava activos bancarios, de administradoras de crédito y aseguradoras del 2,5 por 10.000. Otras instituciones tienen una PCP menor.

El sindicato bancario ha reiterado que una forma de mejorar la situación de la Caja Bancaria es aumentar la PCP.

Las fuentes indicaron que el gobierno no está de acuerdo con aumentar en forma lineal la PCP (que en los hechos las instituciones la terminan trasladando al costo del crédito y de las primas de seguro) por entender que es un incremento de impuestos, un camino que no quiere recorrer.

Adicionalmente, como en los próximos años aumentará en forma más acelerada la cantidad de personas que se jubilen por el régimen de AFAP, elevar la PCP supondría afectar la renta vitalicia (que paga el BSE con lo acumulado en la AFAP) del régimen general para financiar jubilaciones de un grupo de personas (como son los bancarios).

Entonces, ¿por dónde pasan las soluciones? Lo que está encima de la mesa es un aumento de la edad mínima de jubilación a 65 años de edad y una transición más rápida al régimen general (que en otras instituciones) como prevé la reforma jubilatoria recientemente aprobada, entre otras medidas.

Inversión Forestal

En una comparecencia en el Parlamento, el 15 de febrero pasado, el asesor de la Caja Bancaria Julio Pose señalaba que la institución “tiene un patrimonio forestal del cual puede disponer por resoluciones propias, buscando liquidez y contemplando todo lo que está en juego.

Hay un emprendimiento forestal (un aserradero), sobre todo en Paysandú, con un pueblo que se creó a partir de él, con una cuestión social muy importante, ya que se brindan 300 puestos de trabajo; hay que contemplar todo eso, pero hay forma de conseguir liquidez”.

Las fuentes consultadas señalaron que no es tan sencillo, debido a que las platanciones no son del tipo que demanda la industria de la celulosa (en auge en el país), por lo que es difícil de vender ese activo, además del tema “social” que implica el aserradero.

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