El 2023 va llegando a su fin. En ese marco, muchas operaciones y emisiones dentro del mercado de valores local se van cerrando, abriendo paso al análisis en relación a cómo se movió el mismo (en un contexto de inflación y estabilidad de tasas a nivel internacional), cuáles fueron las opciones de inversión más destacadas, cuáles no obtuvieron mucho rédito y las perspectivas para 2024.
Guzmán Telesca, analista financiero de Gletir Corredor de Bolsa, dijo a El País que, en términos generales (y en un contexto macro global volátil) Uruguay se mantuvo “competitivo y demandado, tanto en dólares como en moneda local”. Asimismo, indicó que se lograron costos de financiamiento “relativamente baratos en coherencia con el menor spread de Latinoamérica”.
A nivel de la emisión de títulos de deuda -obligaciones negociables- Telesca sostuvo que Conaprole continúa con sus emisiones trimestrales en dólares por montos cercanos a los US$ 5 millones. En ese sentido, dijo que esta empresa sigue siendo un “jugador recurrente desde hace ya más de 20 años orientado a los inversores minoristas”. Además, este año se sumaron las notas de crédito hipotecarias en Unidades Indexadas (UI) del banco HSBC por US$ 20 millones, una serie más del programa del HSBC que “viene emitiendo hace años con buena demanda de inversores institucionales”, según Telesca.
“Complementario a estas emisiones, encontramos los fideicomisos financieros de Cutcsa con el objetivo de compra de vehículos eléctricos en UI por un monto total de $ 150 millones y de Eucalyptus del Sur por US$ 55.500.000 (fideicomiso forestal con las AFAP como inversores).
Así se conformó, según Telesca, el abanico de emisiones de títulos de deuda que ofreció el mercado local en lo que va de este 2023.
En cuanto al comportamiento de los títulos de deuda pública, dijo que se deben contemplar “tres grandes variables” que se dieron durante este año.
En lo que refiere a las Letras de Regulación Monetaria, las tasas de interés a nivel general cayeron, respondiendo, según Telesca, al “menor sesgo contractivo de la política monetaria que inició el Banco Central del Uruguay (de máximos en 11,5% a 9,25% actualmente) tras un shock desinflacionario muy relevante (el último dato es de 4,96%)”.
“A su vez, la demanda externa por estos instrumentos aumentó notoriamente, señal de una mayor preferencia tanto por el riesgo país, así como por la moneda local”, agregó.
En segundo lugar, explicó que el spread de financiamiento de Uruguay respecto a Estados Unidos no solo es “el menor en Latinoamérica”, sino que es “uno de los registros más bajos a nivel histórico”, sumado a que “se ubica actualmente en los 80 puntos básicos de diferencia con el bono del tesoro americano”.
Por último, manifestó que los activos soberanos de mediano plazo obtuvieron un “comportamiento dispar”, aunque con “tendencias positivas” para el inversor. Respecto a los rendimientos de largo plazo medidos en pesos uruguayos, hubo una “ganancia de capital relevante”, que se desprende de la baja de tasas, tanto a nivel local como regional.
“Respecto a las UI, el comportamiento general fue de neutral a positivo, dado que la inflación se desaceleró y las tasas tuvieron una leve tendencia a la caída”, agregó Telesca.
Consultado sobre cómo se comportó el mercado en comparación al 2022, Alan Babic, asesor financiero en Balanz Uruguay, dijo que los precios en general de los bonos globales de Uruguay en dólares disminuyeron con respecto al 2022 debido al “esquema de tasas altas en Estados Unidos”. En ese marco, los bonos que más variación tuvieron fueron los bonos con vencimientos más largos ya que tienen “mayor volatilidad”. Un ejemplo que dio Babic fue el Bono Global 2050, ya que a finales de diciembre de 2022 tenía un precio de 100,1% y un rendimiento anual de 5,09%, mientras que al 4 de diciembre de 2023 costaba 95,65% con un retorno anual de 5,41%.
Por su parte, Telesca destacó que se reabrió el “bono verde” (indexado a metas ambientales) emitido en 2022, obteniendo así una “gran demanda de inversores extranjeros, reafirmando a Uruguay como un país líder en temas relacionados a la protección del medio ambiente”.
En cuanto a las opciones de inversión más destacadas en el mercado, Gabriel Genta, economista y encargado de Mercado de Capitales en Gletir, dijo que la opción más destacada del año fue el mercado de money market (son aquellas inversiones con horizonte temporal a un año) y allí se encuentran “por excelencia” Treasuries (instrumentos de deuda de corto plazo emitidos por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos) que rindieron -en promedio- un 5%.
“Luego de una década de rendimientos de corto plazo cercano al 0% (producto de la política monetaria expansiva del gobierno estadounidense y la inexistencia de inflación), una opción poco volátil con un rendimiento ‘libre de riesgo’ en esos niveles generó disrupciones, principalmente porque el inversor promedio optaba por plazos más largos o por créditos menos seguros en un intento de buscar un nivel de rendimientos que, hoy por hoy, se logran invirtiendo directamente en bonos del tesoro estadounidense. Esto generó una ola de inversiones hacia los instrumentos de money market”, explicó Genta.
En tanto, consultado sobre las opciones de inversión que no obtuvieron mucho rédito, Babic señaló que “veníamos de un 2022 malo para las acciones, por lo que en 2023 se fue mucho más cauto con inversiones en renta variable”.
“Teniendo en cuenta los buenos rendimientos en renta fija, no se volvió tan necesario invertir en el mercado accionario, ya que prácticamente sin riesgo un inversor se podía asegurar ganar un 5% anual”, agregó el asesor financiero de Balanz Uruguay.
En relación a las perspectivas para el año entrante, Genta dijo que durante 2022 y 2023 la inflación “encontró su techo y comenzó a disminuir”.
En esa línea, opinó que la “gran pregunta” que queda para resolver durante el 2024 es si los nuevos niveles de equilibrio para Estados Unidos en 2024 son los prepandemia (entre 1% y 1,5%) o estamos frente a una nueva realidad donde “difícilmente volvamos a ver inflación cercana al 2% promedio”.