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¿Cuáles son las mejores estrategias que puedo aplicar con mi dinero según la etapa de la vida en la que me encuentro?

Con el paso del tiempo, tus finanzas personales responden a tres etapas para poder alcanzar el máximo potencial de tus ahorros y tu capital.

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Dinero
Ahorrar dinero.
Foto: Freepik.

Hoy vamos a adentrarnos en una idea fundamental para mejorar tus finanzas personales, no solo desde lo teórico sino también desde lo práctico.

A través de esta perspectiva, vas a poder entender mejor de qué hablamos cuando mencionamos finanzas personales, y al mismo tiempo, te servirá como un GPS para evaluar en qué etapa te encontrás y cómo llegar al estadio deseado.

Las finanzas personales tienen su propia biología, que puede ir en paralelo o no con la vida de una persona. Para trazar un paralelismo, resumiremos los estadios de la vida en tres: infancia, adultez y tercera edad. De la misma manera, la biología de tus finanzas personales consta de tres etapas: compartimientos estancos, interacción de flujos y capital, y libertad financiera.

Hoy aprenderemos qué caracteriza a cada una de estas tres etapas y los pasos a seguir para avanzar a través de las mismas. Para ello, en este Finanzas de Bolsillo profundizaremos en dos grandes pilares de tu economía personal: el flujo y el capital. Comencemos entonces estudiando las características principales de la primera etapa de la biología de tus finanzas personales.

La primera etapa es la de compartimentos estancos. Si tenés ingresos por los cuales tenés que trabajar pero no tenés ahorros (o peor aún, tenés deudas o patrimonio neto negativo), aún no entraste en esta primera etapa de la biología de tus finanzas personales, sino que, estás en una etapa embrionaria o anterior.

La biología de tus finanzas personales comienza con una primera etapa que, al igual que las siguientes, podemos clasificar en función de tu relación con los flujos y el capital. Es importante entender que una persona en edad adulta puede nunca haber entrado en esta primera etapa, encontrándose en un estadio embrionario en lo relativo a sus finanzas personales. Llamamos a esta etapa “compartimentos estancos” porque tanto el flujo como el capital existen, pero corren por caminos separados, sin interactuar entre ellos.

Definimos como flujo los ingresos mensuales que una persona posee, y como capital (también llamado activos o patrimonio) sus ahorros. Una característica clave de esta primera etapa es que los flujos originados pertenecen al campo de los flujos o ingresos activos. Esto significa que debés trabajar para generar estos ingresos: si trabajas más, ganarás más, pero si por algún motivo no podés trabajar, esos flujos dejan de generarse.

Por otro lado, entendemos por capital el ahorro que una persona puede tener, originado por un excedente acumulado entre sus ingresos y sus gastos, herencia o cualquier otra forma de generación de capital. En esta primera etapa de compartimentos estancos, ese capital se encuentra o bien “debajo del colchón” o bien invertido a una tasa que solo sirve para mantener su poder adquisitivo en el tiempo, pero no genera ingresos reales.

Podemos decir entonces que ese capital corresponde a un “ahorro de emergencia” o a un “ahorro para consumo” (ahorro con el objetivo de cambiar el auto, refaccionar la vivienda, etc.). Para catalogarlo como ahorro de emergencia, debería ser igual a seis meses de ingresos; superando ese monto, pasaría a ser capital ocioso. Entonces, si tenés ingresos por los cuales tenés que trabajar y, al mismo tiempo, tenés ahorros que no te generan ingresos extras a tus ingresos laborales, entonces felicitaciones, se puede decir que te encontrás de lleno en esta primera etapa. Para poder pasar a la etapa siguiente, vas a tener que lograr que tu flujo y el capital comiencen a dialogar, a interactuar.

La segunda etapa se basa en la interacción de flujos y capital. Aquí, tus flujos totales están compuestos tanto por ingresos activos como por ingresos pasivos, originados por inversiones financieras, monitoreadas, propietarios o patentadas.

Otros beneficios del ahorro constante

Existen diversos beneficios que se presentan en la palma de la mano si uno logra seguir un camino adecuado y sin sobresaltos para conseguir ahorros a través de nuestro capital personal. Uno de ellos es la reserva de emergencia, ya que el ahorro proporciona un colchón financiero en caso de emergencias inesperadas, como gastos médicos o reparaciones urgentes, evitando recurrir a deudas costosas.

El logro de metas también ayuda a alcanzar objetivos a largo plazo, como por ejemplo comprar una casa, financiar la educación o jubilarse cómodamente, proporcionando los recursos necesarios para cumplir estas aspiraciones. Otro beneficio es la estabilidad financiera. El ahorro brinda seguridad y estabilidad económica al crear una base financiera sólida, reduciendo el estrés causado por la incertidumbre financiera. La inversión y crecimiento es otro beneficio clave, ya que los ahorros pueden convertirse en capital para inversiones productivas, estimulando el crecimiento económico al financiar proyectos y emprendimientos.

Por último, el ahorro nos puede ayudar a enfrentar situaciones económicas difíciles (tales como perder un empleo, la inflación, el estancamiento o la recesión económica, la devaluación y la pobreza), ya que provee recursos para superar recesiones y mantener el nivel de vida en tiempos de adversidad, por lo que resulta más que importante poner en práctica esta serie de recomendaciones a futuro.

Desmenucemos cada uno de estos conceptos: Ingresos Pasivos Financieros (IP Financieros): Se generan cuando invertimos dinero en algún tipo de activo financiero que tenga flujos de fondos positivos durante su vida útil, como ser: Plazos Fijos, Bonos, Obligaciones Negociables, Cheques de Pago Diferido, Cauciones Bursátiles, Fondos Comunes de Inversión de Renta Fija, etc. Ingresos Pasivos Patentados (IP Patentados): Se trata de generar “algo” que tenga cierta utilidad para un grupo numeroso de personas y luego patentarlo para cobrar regalías cada vez que se utilice. Ejemplos: Libros, ebooks, franquicias, apps para celulares, etc. Ingresos Pasivos Monitoreados (IP Monitoreados): derivan de la creación de un negocio que no requiere nuestra presencia física ni dedicación total, sino que basta con una dedicación parcial para monitorear la generación y la concreción de los ingresos.

Lo importante es que no somos nosotros los que llevamos adelante el negocio, sino que está automatizado, delegado o tercerizado. Ingresos Pasivos Propietarios (IP Propietarios): Se generan cuando una persona dueña de un bien o propiedad decide ceder la explotación o uso y cobrar un importe por ello. Algunos ejemplos son propiedades inmobiliarias, galpones, autos que se alquilan para ser usados como taxis o remises, o cocheras.

En esta etapa, los ingresos totales tienen una composición de ingresos activos y pasivos, con las siguientes características: generalmente, los ingresos activos (aquellos por los que tenés que trabajar) son más altos que los pasivos (aquellos que se generan sin tu presencia activa). Además, los ingresos pasivos todavía no alcanzan a cubrir los gastos totales de la persona. Si te encontrás en esta etapa, has adquirido cultura financiera y ya conocés de primera mano el “gustito” de los ingresos pasivos como liberadores de tiempo. Pero vamos por más, es momento de pasar a la última etapa de la biología de las finanzas personales: la de la libertad económica.

En este último nivel, los ingresos pasivos que generan tus activos adquiridos son iguales o superiores a tus gastos totales (fijos más variables). Si alcanzaste esta etapa, sos consciente de que ya no necesitás el ingreso de tu empleo en relación de dependencia o como cuentapropista para vivir. Más allá de que el salto no siempre sea sencillo y sientas que es mejor continuar trabajando para fortalecer aún más tus ahorros, lya no tenés que seguir poniendo el cuerpo para generar ingresos como en las etapas anteriores. [La Nación/GDA]

La importancia de la tecnología emergente y el cuidado de datos

La tecnología presenta opciones si quiero cuidar mi capital de manera segura. Una forma efectiva de lograrlo es crear una planilla de Excel con el detalle de nuestros ingresos y gastos. Además, allí también se pueden agregar, si se desea, los estados de cuenta del banco de manera mensual, por lo que uno puede calcular los gastos que realizó cada mes para así intentar disminuirlos para el próximo y así ahorrar un poco más. Otra manera de no caer en malas conductas financieras y perder dinero es utilizar apps para la organización de finanzas. Permiten visualizar tendencias, facilitan la carga de datos y brindan información sobre el comportamiento financiero personal para así poder mejorarlo.

Por otro lado, aunque tal vez pueda sonar poco convencional, optar por llevar únicamente dinero en efectivo puede resultar en un menor gasto. Investigaciones han revelado que las personas tienden a gastar más cuando utilizan tarjetas de crédito.

En esta línea, un estudio denominado ‘Efectos del mecanismo de pago en el comportamiento de gasto: El papel del ensayo y la inmediatez de los pagos’, llegó a la conclusión de que el gasto pasado influye en cómo se gasta en el futuro, pero también el método de pago desempeña un rol importante.

En este caso, las tarjetas de crédito no son percibidas como dinero real, y como el pago no es inmediato, las personas suelen subestimar el impacto de sus compras.

Otra estrategia para economizar consiste en no almacenar los datos de pago en el navegador. Aunque esto puede resultar menos conveniente, puede tener el beneficio de hacerlo reflexionar antes de realizar una compra.

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