SITUACIÓN
Desde la Unvenu apoyarán alternativa electrónica para evitar tarjetas.
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Ante los ajustes del precio de combustiblesen el último tiempo, los estacioneros se quejan de una situación de “asfixia” por los aranceles que se les cobra en los pagos a través de tarjetas de débito y crédito y buscan alternativas de pagos en transferencias electrónicas. A su vez, la Unión de Vendedores de Nafta del Uruguay (Unvenu) destacó las diferencias con otros países en el mercado de combustibles.
Hace ya dos meses que las estaciones de servicio en Maldonado no aceptan pagos con tarjetas de débito ni crédito, señaló a El País Santiago Abásolo, estacionero de San Carlos, “porque es muy costoso” y porque no están teniendo forma de pagar el servicio de estas transacciones, el cual “impacta directamente en la utilidad del negocio”.
“El problema que tenemos los estacioneros más que el porcentaje, es que nosotros vendemos un producto tarifado en la compra y en la venta. Cualquier otro rubro puede transferir ese costo al precio, nosotros no”, afirmó.
En este sentido, el gerente general de la Unvenu, Federico De Castro, explicó que un 40% del combustible que se vende en Uruguay, es a través de tarjetas de crédito o débito, mientras que un porcentaje “minúsculo” es en otros instrumentos de dinero electrónico.
“Si vos contabilizás lo que se vende en la estación, pero por surtidor sacando las ventas mayoristas, ese porcentaje del 40% trepa al 60% y pico y, a su vez, si hacés otras aperturas y decís Montevideo zona sur, ese porcentaje te va al 80% y pico. El litoral o arriba con Brasil que hay un descuento del Imesi, ese porcentaje es ‘no se vende un litro de nafta sin tarjeta’”, aseguró.
Por este motivo, afirmó que la preocupación de los estacioneros se basa en los aranceles. Sin embargo, el arancel por pago con tarjeta de crédito es de 1,25% (más IVA) y el de de débito es de apenas 1,04% (más IVA), según los datos del Banco Central (BCU).
Según indicó De Castro, desde inicios del año pasado el combustible en promedio subió 50% (60,87% gasoil y 38,61% en naftas), generando un aumento en lo que perciben los emisores de las tarjetas por el arancel, ya que este es sobre el total del precio. De todas maneras, el porcentaje no varió.
Por este motivo, el gerente general de la Unvenu afirmó que ya se venía trabajando desde el gobierno anterior del Frente Amplio, “en voz baja”. En tanto, apoyarán el lanzamiento de la billetera virtual del Banco República (BROU), Tuapp, lo cual implicaría un costo menor al de las tarjetas. En tanto, espera que otros bancos también dispongan de billeteras electrónicas.
Si bien el costo del pago con tarjeta es claro, hay otro que pocas veces se tiene en cuenta y es el costo para un comercio que tiene el uso de efectivo. Un estudio del BCU estimó que el costo de usar efectivo es de aproximadamente 0,61% del Producto Interno Bruto (PIB), esto equivale a unos US$ 366 millones. De ese costo, 64% lo paga el comercio (en transporte, seguridad, líquidez, tiempo y otros).
Varios de esos costos (que muchas veces no se ven) son mitigados cuando se utilizan medios electrónicos para cobrar.
PPI
Ante la posibilidad de un nuevo aumento en los precios de los combustibles (ver nota aparte), De Castro señaló que destacó los puntos que encuentra positivos y aquellos negativos de la utilización del Precio de Paridad de Importación (PPI) para determinar los ajustes de los combustibles..
“Que estemos hablando del PPI, que siempre estuvo y siempre lo calculó la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea), es un gran mérito. Que se haya fortalecido la Ursea como organismo regulador técnico y ahora económico, es otro gran mérito. Que mantengamos precio único en todo el país, por lo menos hasta ahora, eso es también un gran acierto de este gobierno”, afirmó.
En tanto, destacó que le gustaría que se pudiese acceder al informe que hace Ancap y que el gobierno toma en cuenta también para el ajuste, pero que no es público.
Del mismo modo, señaló que hay “oportunidades de mejora”. Para De Castro, por ejemplo, falta un “fondo de estabilización” que permita mitigar las “subas y bajas de precios”, lo cual ve como un “error de diseño”.
Agregó que hay una situación “que rompe los ojos”, que es la inclusión de la tasa consular en el cálculo del PPI.
“La tasa consular en realidad está bien que la Ursea lo tome, porque cuando vos importás derivados de petróleo hay que pagar tasa consular. Pero cuando importás petróleo, qué es lo que importa Ancap, no hay que pagarla”, afirmó.
Este cambio sería “administrativo”, lo cual mejoraría el cálculo, en donde “hoy son entre US$ 40 millones y US$ 50 millones que están supuestamente ingresando en Ancap, que no deberían”, dijo De Castro.
En tanto, destacó que no le gusta el aumento cada 30 días y vio como “otro cambio negativo en el cálculo de PPI”, la exhortación a la Ursea de “tomar valores reales de Alur y no los valores de eficiencia como se hacía antes”, sacándole “los incentivos a Ancap y a Alur, para bajar los precios”.
Sin subsidio
De Castro dijo que en Latinoamérica “el precio de combustible es político” y que al hacer comparaciones se debe tener en cuenta los subsidios que se dan en otros países.
Destacó que Brasil, Chile, Perú, entre otros, subsidian el precio del combustible, mientras que en Uruguay no y, además, con este”subsidiamos otras cosas”, como el supergás, el fideicomiso del boleto y otros.
Sobre la cantidad de estaciones per capita, dijo que Uruguay cuenta con una estación de servicio cada 7.173 personas, solo por debajo de Paraguay y Brasil (una estación cada 3.677 y 5.282 respectivamente).
En tanto, según el promedio de litros vendido por estación en mayo, Uruguay es el cuarto país con menos litros vendidos (320.000), quedando encima de Paraguay (150.000), Brasil (190.000) y Colombia (210.000).
¿Razonable e Injusto?
Según De Castro, se está discutiendo si se debe mantener el precio único de combustibles, por lo que afirmó que “pague más barato el combustible un montevideano porque está cerca de La Tablada, que lo que paga el de Tacuarembó, desde el punto de vista económico es lo que corresponde, pero me parece injusto. Prefiero el sistema actual que todo pagamos lo mismo, sino estamos yendo en contra de la descentralización, que está en todos los programas de gobierno de todos los partidos políticos. Atentar contra el precio único en Uruguay es ir contra la descentralización en la que tanto nos abanderamos. Que el taxista en Tacuarembó tenga costos más altos que el taxista de Montevideo está mal”, aunque destacó que “desde el punto de vista económico es razonable, porque es más caro llegar ahí con el combustible”.