ENTREVISTA A ALEJANDRO RUIBAL
El empresario dialogó con El País sobre la importancia de la construcción como generadora de empleo y enfatizó en la necesidad de conseguir más inversión.
Alejandro Ruibal es el vicepresidente Comercial y de Operaciones en Saceem, la empresa constructora que participa de la segunda planta de celulosa de UPM y a través del consorcio Grupo Vía Central del Ferrocarril Central y el viaducto del Puerto de Montevideo.
Son las obras más relevantes del único sector que creció en 2020. El empresario dialogó con El País sobre la importancia de la construcción como generadora de empleo y enfatizó en la necesidad de conseguir más inversión para aumentar la productividad del país y el crecimiento de la economía. Manifestó su apoyo al gobierno y dijo que plantearon propuestas para el día después de la pandemia.
-La economía uruguaya tuvo en 2020 la mayor caída desde 2002. Todos los sectores de la actividad cayeron frente a 2019 con excepción de la construcción. ¿A qué se lo adjudica?
-La construcción venía en caída desde 2015 a 2019, no venía con un buen desempeño. En 2020 jugaron muchas cosas. En ese crecimiento tuvo una influencia muy grande el proyecto (de la segunda planta de celulosa de) UPM y el del Ferrocarril Central, en particular esos dos son los que justificaron el crecimiento. En el marco de ese proyecto grande (la construcción) pegó un impulso que es lo que ayudó a tener una variación positiva. También influyó que la actividad prácticamente no se detuvo por la pandemia, más allá de un período de dos semanas de licencia extraordinaria que se negoció con el sindicato, el gobierno y las empresas para frenar esas dos semanas. Pero luego, se retomó la actividad con protocolos y eso permitió que se trabajara fuerte en 2020 en los proyectos activos.
-El gobierno prorrogó el plazo de ejecución de obras del Ferrocarril Central. El contrato original establecía que las vías del tren debían estar operativas para septiembre de 2022 y ese plazo se amplió hasta el 24 de mayo de 2023. ¿Qué fue lo que pasó?
-Eso responde a un planteo que le hicimos (desde el consorcio Grupo Vía Central) sobre finales del año pasado al cliente, el Ministerio de Transporte y Obras Públicas, de ajustar el cronograma de la obra a la realidad del atraso de las expropiaciones, ese es el principal argumento. No fue una negociación sino un diálogo constructivo para buscar una solución que pasaba por una extensión porque había que conseguir más plazo para poder avanzar en la obra y terminarla. Se hizo un planteo, que fue aceptado también por UPM. Eso es lo que justificó la extensión del plazo. No diría que fue un atraso, es una extensión del plazo. Fue un atraso frente a un cronograma inicial previsto.
-¿Cuál es el estado actual de la obra?
-Tomando en cuenta este nuevo cronograma estamos bien. La obra está funcionando. Es un proyecto al que le faltan más de dos años de trabajo. Es una obra muy grande, afortunadamente una de las más grandes que hay por delante.
-¿Cómo evalúa las medidas que ha tomado el gobierno para incentivar la inversión privada en el sector?
-El gobierno hizo bien en priorizar todo lo que tiene que ver con enfrentar la pandemia. Eso lo digo como ciudadano y como empresario, no tengo la menor duda de que hizo lo correcto en atacarla por todos los lados. Estamos en un momento delicado y es entendible que eso muchas veces genere distracciones de recursos porque hay que enfrentar lo que hay que enfrentar y punto. No tengo más que palabras de apoyo. El gobierno había iniciado con algunas medidas como por ejemplo para reactivar la construcción de viviendas desarrolladas, con un nuevo régimen y con algunas exoneraciones que creo que están dando sus frutos. En general, creo que el gobierno se ha tenido que concentrar mucho en los efectos de la pandemia. Para lo que es obra pública, estamos esperando la Rendición de Cuentas de este año porque es entendible que las prioridades del gobierno eran otras y las comparto. Estamos esperando eso para el día después de la pandemia.
-El país enfrenta un momento complejo en términos del mercado laboral, con una tasa de desempleo en el entorno del 11% ¿Cómo evalúa el rol que ha tenido la construcción?
-Las obras grandes han permitido mantener el nivel de empleo en la construcción. Estamos en aproximadamente 44.000 trabajadores registrados en el Banco de Previsión Social. Se ha estabilizado en ese valor desde hace un par de años y hemos logrado mantenerlo. Lo que rescato es lo útil que es la construcción para generar empleo, en particular en estas situaciones. Más allá de los empleos directos, es importante todo lo que derrama la construcción cuando se empieza a ejecutar una obra. En este sector cada dólar que se invierte se multiplica por cuatro en el resto de la economía, en todos los encadenamientos que tiene la construcción. Más aún cuando se realiza una obra en el interior del país, se mueve alojamiento, comercios, estaciones de servicio, todo. Por eso es clave la inversión. Hoy en día lo que debemos mirar entre todos es cómo hacer para invertir más porque el país la necesita permanentemente, privada y pública, de donde se pueda.
-¿Cuál cree que es el camino para lograrlo?
-A nivel de inversión pública Uruguay tiene la prioridad de la salud, atender los efectos de la pandemia y está bien. En paralelo hay que ir mirando cómo se puede ir atacando el tema del empleo. La inversión es clave para eso. ¿El país tiene plata ilimitada para invertir? No. Hay que cuidar las cuentas y el grado inversor. Lo sabemos, lo respetamos y lo compartimos. De cualquier manera hay que hacer un esfuerzo y buscar una manera, porque cuando uno invierte, en infraestructura en particular, eso se devuelve a la economía, no solo por lo que derrama instantáneamente sino porque en el largo plazo mejorás la productividad de la economía.
-Mucho se ha hablado de los diferentes instrumentos para generar inversión, contratos con modalidad de Participación Público Privada (PPP) o contratos Crema ¿Por dónde ve que se puede lograr más inversión?
-No importa si el gato es blanco o negro, lo importante es que cace ratones. Hay que buscar el mecanismo adecuado. Hay un menú de herramientas y nunca hay una única que te resuelva un problema. Las PPP fueron una herramienta sub utilizada, con muchos problemas, trabas, costos. Los contratos Crema ya existían y ahora se les está dando un impulso, todavía no hemos generado ninguno. Están las concesiones que es un mecanismo importante, sin privatizar el servicio, manteniendo el Estado la propiedad perfectamente se podrían concesionar más cosas y los privados pasar a operar y aportar lo que sabemos hacer. Todas las herramientas para fomentar la inversión son bienvenidas. Los actores privados jugamos con las reglas que nos marcan, no somos los que legislamos. Hay que ver la manera de bajar el gasto corriente y transformarlo en inversión.
-¿Cómo se ve “el día después” desde el sector?
-Se puede generar un plan de infraestructura pos pandemia que sea de rápida implementación, con una gobernanza moderna.
-¿Le hicieron una propuesta formal al gobierno?
-Sí. La Cámara (de la Construcción) presentó un plan de infraestructura, lo manejó el presidente, sé que está a consideración y se están tomando algunas de esas ideas. No le podemos marcar la agenda al gobierno en medio de una pandemia pero podemos aportar razonamientos y lo estamos haciendo.
-¿Qué perspectivas manejan para este año y el próximo?
-Venimos con una serie de proyectos importantes que nos dan una buena actividad para este año y el que viene de la mano del proyecto del Ferrocarril Central y también de otros proyectos. Tenemos actividad en Uruguay y a nivel internacional como en Paraguay, Perú y Chile. Estamos claramente esperando los proyectos que se van a ejecutar acá y mirando con buenos ojos todo lo que tenga que ver con concesiones y contratos Crema. Estamos con un poco de niebla, hay que dejar que se limpie para ver cómo se despeja esto y a qué ritmo lo hace. Dependemos de la inversión y no la inventamos nosotros. No quiero adelantarme. Soy optimista en cuanto a que después de esto Uruguay va a salir bien, vamos a sufrir un golpe pero creo que hay un mundo después de todo esto. Lo que pasa es que todavía no lo tenemos muy claro y es muy difícil cuantificarlo y ponerle fechas. Nadie puede hacerlo.