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Economía en año electoral: más consumo por menor fuga de dinero a Argentina, posibles récords y efecto negativo, según CPA

La consultora CPA Ferrere realizó un análisis para clientes. La inflación seguiría dentro de la meta del gobierno de entre 3% y 6% este año, cerrando en 5,2% en 2024.

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Alfonso Capurro
Alfonso Capurro: el socio de CPA Ferrere disertó ayer.
Foto: Juan Manuel Ramos

Redacción El País
En 2024 la economía uruguaya tendrá un crecimiento gracias al “rebote” de la actividad (al revertirse el efecto negativo de la sequía y la parada de la refinería de Ancap) y al impulso del consumo (por la suba de salarios y la menor fuga de divisas hacia Argentina por corrección de la brecha cambiaria). Ese fue parte del análisis para clientes que realizó laconsultora CPA Ferrere a través del socio Alfonso Capurro y del gerente de Análisis Económico, Nicolás Cichevski.

No obstante, matizaron que hay riesgos y desafíos como un “deterioro” de la ecuación para el sector exportador y un “equilibrio frágil” en Argentina.

“El 2024 será un buen año para la economía uruguaya, sobre todo un buen año para el consumo privado”, sostuvo Capurro. Este estará impulsado por el crecimiento del empleo, el aumento del salario real y el fuerte aumento de los salarios en dólares (debido al billete verde “planchado”), explicó.

La economía estuvo estancada en 2023 (CPA pronosticó un crecimiento de 0,1%, los datos oficiales se conocerán la semana próxima) y rebotará 3,6% este año, para pasar a un crecimiento en el potencial, de 2,5%, en 2025.

La consultora espera que se revierta la fuga de consumo hacia Argentina al achicarse la brecha cambiaria. Es un “shock positivo” para la economía uruguaya que llega un semestre antes de lo esperado.

“El gasto de uruguayos en Argentina el año pasado fue de US$ 1.250 millones, casi US$ 600 millones más que en 2022. Estimamos que esos US$ 600 millones de gasto en exceso, este año volverían a la economía uruguaya”, señaló Capurro.

El poder de compra de los salarios crecería 3% este año y eso con un dólar planchado “suele estar asociado con aumento de ventas en rubros de consumo durable como automóviles, vestimenta o electrodomésticos, sectores que podrían tener un año récord en 2024”, pronosticó Capurro.

Pero, hay un sector que pagará el precio del dólar “planchado” (no superaría los $ 40 a fin de año, según CPA): el exportador, que tendrá un aumento de los costos de producción en dólares, agravado por un proceso de caída de precios de exportación. “Hay un deterioro en la ecuación del negocio de los sectores exportadores”, indicó el socio de CPA Ferrere.

Luego de un aumento transitorio durante la pandemia, los precios de exportación de Uruguay están actualmente en el mismo nivel que en 2019, pero con costos de producción 25% más altos, añadió.

CPA estimó que el Tipo de Cambio Real está 15% por debajo de lo que indicarían los fundamentos de la economía.

Capurro planteó que hay un nuevo equilibrio con deterioro de la rentabilidad y de la competitividad para el sector exportador, un equilibrio que si no se corrige podría afectar el dinamismo de la inversión y empleo de cara al 2025.

La inflación seguiría dentro de la meta del gobierno de entre 3% y 6% este año, cerrando en 5,2% en 2024, pero rebotando hacia 6,7% a fin de 2025.

Capurro afirmó que el Banco Central tiene poco margen para bajar tasas (actualmente en 9%) porque las expectativas de inflación a 24 meses están por fuera de la meta.

Banco Central del Uruguay
Banco Central del Uruguay.
Foto: Gianni Schiaffarino

Déficit

En cuanto a la situación fiscal, será la primera vez que el país tenga un año electoral con regla fiscal con tres pilares, que hasta ahora se han cumplido durante cuatro años seguidos.

“Será una prueba de madurez para el marco fiscal, en un contexto en el que tendremos poca holgura para absorber shocks, por lo que hay riesgo de incumplimiento en los tres pilares de la regla en 2024”, afirmó Capurro (que además integra el Consejo Fiscal Asesor).

Es una “prueba” y es una “oportunidad” para romper con la regularidad histórica, que muestra que en Uruguay en los años electorales hay un deterioro fiscal de 0,5% a 1% del Producto Interno Bruto (PIB), concluyó.

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