ARGENTINA
Para el director ejecutivo de la consultora Econviews, el mercado financiero argentino está “castigado y atrasado, en una situación crítica”.
La gran grieta a nivel político que existe en Argentina, influye mucho en la situación económica actual, Alberto Fernández es un presidente “muy débil, desdibujado y que ha ido perdiendo mucho protagonismo, pasando desapercibido” y eso ha generado que el poder se centre en la vicepresidenta Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien en este momento está “a la defensiva” por sus causas judiciales avanzadas.
Eso fue lo que planteó el economista argentino y director ejecutivo de la consultora de ese país Econviews, Miguel Kiguel ayer en un evento organizado por Inversiones SURA en el Piso 40 del World Trade Center.
Para el economista, el mercado financiero argentino está “castigado y atrasado, en una situación crítica”. Además, cree que en 2023 el gobierno va a tener la presión de hacer políticas expansivas, y si hay algún tipo de ajuste o mejora en la inflación, debería ocurrir este año.
Kiguel repasó el invierno difícil que transitó Argentina, ya que en el mes de julio estuvieron tres ministros de Economía. “Martín Guzmán se fue con una actuación bastante mediocre, no logró mejorar la economía. Después llegó Silvina Batakis, pero no tenía una proyección macroeconómica. Finalmente entró Sergio Massa, un ministro de tendencia liberal en lo económico y político. Es ambicioso y obviamente quiere ser presidente”.
A su vez, dijo que Massa tomó el cargo con una brecha cambiaria muy alta, ya que la diferencia entre el tipo de cambio oficial y los paralelos es de un 120%. En tanto, opinó que el gobierno no quiere devaluar la moneda y eso es lo que Argentina necesita en este momento.
“Tenemos un déficit fiscal primario cercano al 3,5% del Producto, una inflación cercana al 100%, 40% de pobreza y problemas en el Fondo Monetario Internacional, todo eso recibe Massa”, expresó.
También indicó que para fin de año Argentina tendrá una inflación del 95%. “Se necesita un nuevo modelo y paradigma para terminar con la inflación y que Argentina pueda desarrollar su potencial, pero eso no va a ser fácil, la gente tiene que entender que eso lleva tiempo”, afirmó el economista.
“El nuevo gobierno deberá aprender del pasado e ir despacio para mantener la cohesión social. Se necesita alguien que entienda la visión Argentina. De todas formas, Uruguay tendrá un vecino complicado por muchos años más”, sentenció.