El apriete monetario dispuesto por el gobierno de Javier Milei pone en riesgo esperado rebote de la economía

Analistas advierten que el cierre de las canillas de emisión puesto en marcha en Argentina amenaza la recuperación económica e incrementa incertidumbre sobre cumplimiento de vencimientos de deuda.

Compartir esta noticia
Javier Milei.
Apuesta. El presidente Javier Milei y su ministro de Economía van por todo en busca de profundizar la baja de la inflación del país.
Foto: Marcos Brindicci/AFP.

Gustavo Stok/Buenos Aires
La segunda etapa del plan económico del presidente Javier Milei abre expectativas contrapuestas en Argentina. El anunciado cierre de todas las fuentes de emisión monetaria con el objetivo de ponerle un techo a la cantidad de pesos que circulan en la economía promete, por un lado, restarle impulso tanto al alza de la inflación como de los dólares paralelos.

Sin embargo, junto a esas perspectivas favorables, también asoman nuevos riesgos. Además de que la dureza de la política monetaria amenaza con ahogar la esperada recuperación de la actividad económica en el segundo semestre, la fase dos del plan económico, en la que no se priorizará la acumulación de reservas en el Banco Central, incrementa las incertidumbres en torno a la capacidad de pago que tendrá Argentina para afrontar el desafiante calendario de vencimientos de deuda hasta fines del año entrante.

“El Banco Central definió mantener fija la base monetaria y eso acelera el proceso que el gobierno definió como de escasez del peso. Según esa visión, dado que la economía va a crecer, la cantidad de pesos será cada vez menor. Con ese esquema, se espera que la inflación continúe con su tendencia a la desaceleración dado que la tasa de interés subirá, lo que es contractivo, y con la escasez de pesos habrá poco lubricante para que la economía funcione. El gobierno trata de bajar la inflación a lo que dé”, dijo a El País Fernando Baer, economista asociado de Quantum Finanzas, en Buenos Aires.

Luis Caputo
Luis Caputo, Ministro de Economía de Argentina
Foto: Emiliano Lasalvia/AFP.

Frente a los múltiples desafíos que tiene por delante la economía argentina, el gobierno de Javier Milei decidió priorizar la consolidación de la tendencia a la baja que viene registrando la inflación, el principal activo que la administración tiene para exhibir en lo que va del mandato.

En esa línea, la apuesta pasa por avanzar en el proceso al que Milei denomina “dolarización endógena”. Esto es, que parte de la población ponga a circular sus dólares ahorrados para hacerse de pesos que serán cada vez más escasos. Ese objetivo fue expresado con crudeza por el ministro de Economía, Luis Caputo, la semana pasada, cuando sugirió que “los argentinos deberán vender dólares para pagar impuestos”.

Archivada la promesa de implementar una dolarización clásica, el nuevo objetivo del gobierno de Milei pasa por restringir la cantidad de pesos.

Con esa meta, Caputo apuró el cierre de las cuatro canillas de emisión monetaria. Ya con el superávit fiscal alcanzado por el fortísimo ajuste del gasto público el gobierno había logrado cerrar el grifo de la emisión de pesos que se destinaba a financiar el rojo de las cuentas públicas.

Otra fuente de emisión quedó cancelada el lunes pasado con el traspaso al Tesoro de la deuda que estaba en manos del Banco Central y que pagaba altos intereses.

A eso se sumó en los últimos días un acuerdo con un grupo de bancos para cerrar otra posible fuente de emisión de pesos derivada de los seguros de liquidez -los llamados puts- que tienen los bonos licitados por el Tesoro.

Por ese seguro, los bonistas pueden venderle al Banco Central los títulos públicos en su poder en cualquier momento y al precio pactado originalmente. Dado que ese esquema implicaba el riesgo de una fuerte emisión de pesos en caso de tener que hacer frente a una venta masiva de bonos, el Banco Central llegó a un acuerdo para recomprarles a los bancos el 78% del stock de puts que tenían en sus carteras.

Cerradas esas tres canillas, la última que quedaba abierta era la emisión de pesos destinada a la compra de divisas que los exportadores tienen la obligación de liquidar en el mercado oficial de cambios.

Para cancelar también ese grifo, el gobierno anunció que esterilizará los pesos emitidos por el Banco Central mediante la venta de las divisas adquiridas en los mercados del dólar Contado con Liquidación y dólar MEP, los tipos de cambio paralelos.

Si bien el objetivo declarado de esa medida es reabsorber los pesos emitidos para mantener congelada la base monetaria, la decisión del gobierno también apunta a agregar mayor oferta en los dólares paralelos para ponerle techo a esas cotizaciones y, con eso, desinflar las expectativas de devaluación del tipo de cambio oficial.

“La clave de la desaceleración de la inflación en los últimos meses ha sido el creciente atraso cambiario. Sin embargo, el ritmo de minidevaluaciones del tipo de cambio oficial al 2% mensual, muy por debajo de la inflación, ya había provocado un ensanchamiento de la brecha superior al 50% con los dólares paralelos. En ese sentido, la posibilidad de que ahora el gobierno actúe discrecionalmente y en un esquema bastante opaco sobre los dólares paralelos tendrá impacto en la reducción de la brecha”, dijo a El País Pablo Repetto, jefe de Research de Aurum Valores, en Buenos Aires.

Efectos colaterales

Con el fuerte apretón monetario, el gobierno argentino apunta a mantener controlado al mercado cambiario y continuar con la tendencia descendente de la inflación. No obstante, la agudización de la escasez de pesos también amenaza con provocar otros efectos.

Entre ellos asoma el riesgo de que se postergue el esperado rebote de la economía. En junio, todavía buena parte de los indicadores continuaron en terreno negativo.

Por caso, la actividad manufacturera de las pymes se derrumbó 20,4% anual y descendió 3,1% con respecto a mayo, según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). En ese mismo mes, el consumo masivo cayó 12,5% interanual y promedió una retracción del 8,5% en la primera mitad del año, según la consultora Scentia.

A ese escenario de caída en la economía real se agregan ahora mayores incertidumbres en torno a la solvencia de Argentina para afrontar sus compromisos. Con el anuncio de que el Banco Central volcará a los mercados de los dólares paralelos gran parte de las divisas que adquirirá en el mercado de cambios, el gobierno admite implícitamente que no acumulará una cantidad significativa de reservas a lo largo de los próximos meses.

En un contexto en que las reservas netas del Banco Central son negativas -más pasivos que activos- en casi US$ 6.000 millones, se acrecientan las dudas sobre la real capacidad de Argentina para afrontar un calendario de vencimientos de deuda que toma mayor intensidad en 2025.

De hecho, esas incertidumbres quedaron reflejadas durante las últimas semanas con una fuerte caída de los bonos de deuda soberana y el alza del índice riesgo país hasta casi los 1.600 puntos básicos.

“El gobierno está priorizando bajar la inflación con medidas de corto plazo y para eso dejó en un segundo plano el objetivo de acumulación de reservas en el Banco Central. Ese orden de prioridades tiene efecto sobre el riesgo país y la deuda dado que el año próximo vencerán unos US$ 19.000 millones.

La poca acumulación de reservas, sumada a la perspectiva de que esa tendencia no cambiará con el actual nivel del tipo de cambio y este esquema del cepo, es un problema mucho más serio que todos los otros temas que el gobierno intenta resolver.

A eso se suma que el proceso de dolarización endógena al que apunta el gobierno puede ocurrir muy lentamente y eso podría llevar a un ajuste extremadamente recesivo”, dijo Repetto a El País.

además

El blue y los financieros cierran operaciones semanales a la baja

La Nación/GDA
El dólar blue y los financieros cerraron la semana en calma, con bajas de hasta 11 pesos argentinos. En los últimos días, el Banco Central (BCRA) dio a conocer una serie de noticias que buscó descomprimir la brecha cambiaria en la denominada “Fase 2”″ del plan económico, que incluye intervenciones en el mercado financiero, la eliminación de los pasivos remunerados y la confirmación de que mantendrá fija la base monetaria amplia en los niveles de finales de abril.

En las calles de la City porteña, el dólar blue se vendió en cuevas y arbolitos a $ 1.435, unos $ 10 menos que el cierre del jueves (-0,7%). Sin embargo, la cotización informal se posicionó $ 115 más arriba que los financieros (+8,7%), ya que no cuenta con la misma oferta de divisas.

Es que el dólar MEP terminó el día a $ 1.323,15, lo que representó una caída de $ 9,6 frente al cierre anterior (-0,7%). El mismo movimiento se observó en el contado con liquidación, que cerró la rueda en las pantallas del mercado de capitales a $1317,85, unos $11,7 menos que el jueves (-0,9%).

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

premium

Te puede interesar