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El Banco Mundial ve enorme potencial para América Latina, pero hay sombras que complican

El organismo ve oportunidades debido a la relocalización de empresas y las tendencias verdes.

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Edificio del Banco Mundial en Washington DC.
Foto: iStock

América Latina y el Caribe tienen un “enorme potencial”, según el Banco Mundial (BM), pero los “nuevos vientos en contra” provocados por la caída en los precios de las materias primas, la suba en las tasas de interés en los países desarrollados y la incierta recuperación de China podrían ensombrecer de nuevo las perspectivas de la región.

De acuerdo al informe presentado ayer por el economista jefe para América Latina y el Caribe del BM, William Maloney, el organismo estima que el Producto Interno Bruto (PIB) regional crecerá 1,4% en 2023, una tasa inferior a la anticipada en enero.

Asimismo, se espera un crecimiento de la actividad de 2,4% para 2024 y 2025, las que considera “demasiado bajas” para lograr progresos significativos en la reducción de la pobreza y disipar las tensiones sociales.

Con respecto a Uruguay, el informe del BM titulado “El potencial de la integración, oportunidades en una economía mundial cambiante”, prevé un crecimiento de 1,8% para 2023, de 2,8% para 2024 y de 2,4% para 2025.

Al ser consultado Maloney sobre el impacto de la sequía en la actividad, señaló que cada vez se hace más importante en Uruguay, Brasil y Argentina, resaltando el foco que hace el BM sobre el cambio climático, la necesidad de mitigar el aumento de las temperaturas y de hacer que los países “se vuelvan más resilientes a estos eventos extremos”.

No obstante, el informe señala que para impulsar el crecimiento en la región, los países deben preservar su resiliencia y aprovechar las oportunidades que ofrecen las tendencias de la economía mundial hacia la relocalización de empresas y la industria verde.

A pesar de las crisis ocasionadas por la guerra en Ucrania y las incertidumbres de la economía global, según Maloney, la región las ha logrado “sobrellevar” con un éxito relativo, alcanzando cierta “normalidad macro”. Tanto la pobreza como el empleo han regresado mayormente a los niveles previos a la pandemia, mientras que el BM espera que la inflación promedio, excluyendo Argentina, caiga a 5% en 2023, luego de alcanzar 7,9% en 2022.

Sin embargo, los desequilibrios fiscales siguen siendo elevados, con un promedio estimado en 2,7% del PIB en 2023, lo que erosiona aún más el espacio fiscal ya de por sí reducido; y se espera que el nivel de endeudamiento llegue al 64,7% del PIB este año, levemente por debajo del 66,3% alcanzado en 2022.

No obstante, el organismo ve potencial en la región tanto en sus “áreas tradicionales de ventaja comparativa” como en ámbitos nuevos que surgen de la economía verde.

“El desafío sigue siendo el de movilizar inversiones y conocimientos para aprovechar estas oportunidades y construir economías diversificadas y dinámicas”, señala el informe.

Asimismo, destaca que en los últimos 20 años, la región no aprovechó los beneficios de una mayor integración a la economía mundial en términos de economías de escala, transferencia de conocimientos y tecnología, y capital. De esta forma, la exposición al comercio en general se estancó y la inversión extranjera directa disminuyó en la mayoría de los países, incluso cuando la relocalización de la producción de las empresas se ha vuelto más común.

En este sentido, Maloney dijo que, además de tener que encontrar formas de ganar atractivo y aprovechar la tendencia hacia la relocalización de empresas, deben “aprovechar la extraordinaria ventaja comparativa de la región en la producción de energía sostenible, los productos básicos necesarios para las industrias verdes emergentes y su capital natural único ofrece una nueva fuente potencial de crecimiento, pero esto requerirá políticas para facilitar el acceso a los mercados globales, capital y tecnología.”

El economista jefe destacó que la región va a ser probablemente un exportador mayor de energía verde, sobre todo con respecto a la energía solar, eólica e hidrógeno verde. Mientras que también cuenta con las materias primas, por ejemplo el litio, y además posee capital natural disponible en sus bosques y selvas, las cuales agregan una ventaja a nivel del turismo.

“Estas tendencias entonces son grandes oportunidades, pero también indican que tenemos que estar bien integrados en la economía global para sacar ventaja de la escala y para usar las tecnologías que necesitamos”, agregó.

En tanto, el informe sugiere algunas políticas de integración que los países deberían considerar para aprovechar estas oportunidades, que incluyen políticas de largo plazo, como reducir los riesgos sistémicos, impulsar las inversiones en infraestructura tradicional -lo que considera un “gran obstáculo” debido al costo por kilómetro al transportar productos- y digital.

A su vez, destaca mejorar el capital humano, debido a que es la forma de generar valor agregado . “La calidad de la fuerza laboral es señalada como un factor secundario importante; 30% de todas las empresas de todos los países mencionan la falta de trabajadores calificados y la eterna escasez de capacidades técnicas de nivel medio y alto como obstáculos para el crecimiento”, agrega.

Asimismo, destaca opciones a corto plazo, como preservar la estabilidad macroeconómica, impulsar avances en la regulación aduanera y de transporte, y mejorar las agencias de promoción de exportaciones e inversiones.

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