Redacción El País
A medida que la transaccionalidad bancaria aumenta, también lo hace el delito hacia lo digital. Así lo señaló Mariela Espino, gerente general del Banco República (BROU) en entrevista con El País. Espino dijo que los fraudes más frecuentes tienen que ver con el engaño a los clientes, que va cambiando de forma.
Según informó, el BROU registró 800 denuncias en 2023, y habían sido 1.400 el año anterior; es decir, bajaron prácticamente a la mitad.
Espino aclara que las 800 denuncias no equivalen a 800 fraudes, ya que en el 60% de los casos el equipo de expertos del banco bloquea las operaciones, lo que significa que se revierte, total o parcialmente, y el dinero regresa a la cuenta del cliente. El 40% restante de los casos, en los que se pierde el margen de maniobra, es porque los delincuentes actuaron muy rápido o el cliente demoró en darse cuenta de la irregularidad o en hacer la denuncia.
Consultada sobre el impacto monetario que tuvieron las 800 denuncias del año pasado, la gerente general del BROU respondió que “son variadas las operaciones, pero entre todo, (son) alrededor de US$ 1 millón”. Agregó que las denuncias no están relacionadas con vulnerabilidades de los sistemas del banco, errores operativos o errores humanos (del personal). “Absolutamente cero”, dijo. Espino atribuye el descenso interanual de las denuncias -de 1.400 a 800- fundamentalmente a las campañas de prevención y educación a la población que lleva a cabo todo el sistema, desde el Banco Central (BCU), los bancos, incluyendo el BROU, y la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento (Agesic).
“Siempre que tenemos oportunidad -como en esta entrevista-, recalcamos las recomendaciones para que la gente se mantenga alerta”, afirmó. Al respecto, explicó que las formas de engaño han “evolucionado” en el mercado. Hace unos dos años, los robos de identidad ocurrían porque a las personas les llegaba un email diciendo que “su cuenta estaba a punto de ser bloqueada” y se les pedía, link mediante, datos personales (claves, contraseñas, etcétera), para supuestamente evitar el bloqueo.
Luego se pusieron “de moda” promociones falsas o la opción de realizar depósitos a plazo fijo, con una tasa mucho más alta que la del mercado, lo que terminaba siendo un engaño. El año pasado estuvo en auge el envío de emails con adjuntos que, al cliente descargarlos, hacían entrar un virus en la computadora que permitía tomar información. Actualmente, la forma más frecuente -afirmó- de engaño se da a partir de operaciones en sitios de marketplace.
“Es común que se le diga a la persona que tiene que actuar ya. El sentido de inmediatez siempre está asociado a los fraudes”, agregó Espino.
Los engañados no son necesariamente personas de edades avanzadas, como muchas veces se cree, sino también jóvenes y gente de buen nivel de educación. “El sentido de urgencia es lo que define, en el apuro la gente responde; eso es algo bastante transversal a todas las edades”, concluyó.