Buenos Aires
Luego de un derrumbe interanual del 25,9% en el acumulado de los primeros siete meses del año, la tendencia a la baja de las importaciones en Argentina podría registrar un quiebre a partir de septiembre. La reducción en el próximo mes de la alícuota del impuesto PAIS -el que grava las importaciones- anunciada por el gobierno de Javier Milei, sumado a una gradual normalización del acceso a las divisas para los importadores y a un creciente atraso cambiario, prometen reimpulsar la demanda desde Argentina. Ese panorama abre expectativas, por ahora moderadas, para exportadores uruguayos.
“La caída de las importaciones es cada vez menos pronunciada mes a mes. Por un lado, se van normalizando los pagos que en el primer semestre estuvieron diferidos y, por el otro, hay algunos sectores de la economía argentina que empiezan a recuperarse, como la energía y el agro”, dijo a El País, Marcelo Elizondo, consultor especializado en comercio exterior y presidente del comité argentino de la International Chamber of Commerce (ICC), en Buenos Aires.
“El cambio de tendencia podría consolidarse con la reducción del Impuesto PAIS, aunque los resultados empezarían a verse recién a partir de octubre o noviembre para cuando se espera que las importaciones crezcan en alrededor de un 10% con respecto a los registros mensuales que se han venido dando durante el año”, apuntó.
Como parte del durísimo plan de ajuste fiscal lanzado al comienzo de la gestión, en diciembre pasado (a contramano de sus promesas electorales), el gobierno de Milei incrementó del 7,5% al 17,5% la alícuota del Impuesto PAIS, un tributo heredado de la administración anterior que se aplica sobre las importaciones y servicios de fletes internacionales.
Con el correr de los meses, ese impuesto se fue volviendo clave en la carrera por alcanzar el superávit fiscal: entre enero y julio su recaudación aportó el equivalente al 0,55% más del Producto Interno Bruto (PIB) que en el mismo período del año pasado. Esos recursos adicionales representaron más de la mitad de la mejora de los ingresos primarios registrada en los primeros siete meses del año, según la consultora Outlier.
No obstante, aún con esa creciente relevancia en el resultado de las cuentas públicas, la alícuota del Impuesto PAIS volverá al 7,5% desde septiembre. Decidido a priorizar la desaceleración de los precios por sobre otras variables, el ministro de Economía, Luis Caputo, apuesta a que un abaratamiento de los productos importados permita perforar el piso del 4% de inflación mensual a partir de septiembre.
Con la reducción de la alícuota, el tipo de cambio para las compras en el exterior pasará de 1.110 pesos argentinos a unos 1.015 pesos.
La caída del valor del dólar con el que se concretarán las importaciones, lo que profundizará el ya evidente atraso cambiario, no es el único factor que podría incrementar las compras desde Argentina en los próximos meses.
Otro de los impulsos podría provenir del acortamiento en los plazos de acceso al dólar oficial para cancelar importaciones. Desde agosto, más de la mitad de los ítems de importaciones de bienes que se venían pagando en cuatro cuotas mensuales del 25% cada una (a los 30, 60, 90 y 120 días desde el registro de ingreso aduanero) pasaron a saldarse en dos cuotas del 50% a los 30 y 60 días.
A eso se agrega la gradual reducción de la deuda comercial de los importadores con sus proveedores del exterior, que a fines del año pasado había trepado a más de US$ 40.000 millones debido a las restricciones en el acceso a las divisas.
Con el objetivo de regularizar esas deudas por importaciones realizadas pero no canceladas, el Banco Central lanzó a comienzos de año los Bonos para la Reconstrucción de una Argentina Libre (Bopreal), títulos emitidos en dólares que solo pudieron suscribir los importadores con operaciones pendientes registradas antes del 12 de diciembre del año pasado.
Más allá de la controversia por los impactos de una nueva emisión de deuda en dólares, los importadores han ido cancelando en los últimos meses parte de las obligaciones con sus proveedores ya sea mediante el flujo mensual de dólares garantizado por el Bopreal o por la venta de ese título en el mercado secundario.
¿Argentina va a comprar más?
La paulatina normalización de las condiciones de importación promete dar un impulso a la alicaída demanda desde Argentina. De hecho, en las últimas semanas empresas han estado demorando operaciones a la espera de concretarlas tras la reducción de la alícuota del Impuesto PAIS. La expectativa es que ese nuevo escenario también derive en una gradual recuperación de las exportaciones uruguayas hacia Argentina, el quinto mercado en importancia con una participación del 3,7% en lo que va de 2024.
En los primeros siete meses del año, las ventas al mercado argentino totalizaron US$ 273 millones, un 19% menos que en el mismo período de 2023, según el Instituto Uruguay XXI. Esa caída fue presionada en gran parte por el descenso de los envíos en los rubros “Pasta de madera; papel o cartón” (-36,2%), “Plástico, caucho y sus manufacturas” (-25,1%) y “Material de Transporte” (-36,2%), de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) en Argentina.
Con casi el 30% del total de los envíos hacia el mercado argentino concentrado entre autopartes y vehículos, la evolución del sector automotriz es clave para prever si habrá recuperación —o no— de las exportaciones uruguayas hacia ese destino.
“Si bien no habrá un impacto inmediato por la reducción de la alícuota del Impuesto PAIS, lo que hay que tener en cuenta es que Argentina está yendo a un proceso de normalización de su comercio exterior, sobre todo en el sector automotriz y autopartista que ha sido tan distorsionado en los últimos años por las restricciones a las importaciones y las dificultades para pagarlas”, dijo a El País Andrés Civetta, consultor especializado en el sector de movilidad de Abeceb, en Buenos Aires.
En medio de la severa recesión que sufre la economía argentina, la producción de vehículos de pasajeros y utilitarios registró en el período enero-julio una caída interanual del 24,3%, mientras que las ventas a concesionarios se contrajeron el 18%, según la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa). En ese marco, las exportaciones de autopartes desde Uruguay cayeron 11%.
“El descenso ha sido mayor en producción que en ventas, lo que en principio hizo que las importaciones de autopartes se vieran más afectadas que las de vehículos. Sin embargo, para 2025 ya esperamos una recuperación del mercado: estimamos un crecimiento del 6,6% en las ventas y del 12,2% en la producción”, dijo Civetta.
En todo caso, la evolución del consumo interno, una variable que continúa sin dar señales de mejora en Argentina ante la drástica caída del poder adquisitivo de los segmentos de ingresos medios y bajos, no solo será clave para los exportadores de vehículos y autopartes.
En julio, las ventas desde Uruguay hacia el mercado argentino también cayeron con fuerza en rubros como papel y cartón (-89% interanual) y celulosa (-71%).
“Lo que resta del año todavía será complicado para las importaciones desde Argentina, aún con la reducción de la alícuota del Impuesto PAIS. Además, dado que ese impuesto será directamente eliminado a partir de enero, queda el incentivo de esperar hasta el próximo año para que la alícuota sea cero. Por eso, más que en septiembre, la expectativa debe centrarse en 2025, cuando ya tendremos importaciones mucho más sostenidas en Argentina si la economía del país finalmente avanza hacia una normalización”, dijo Elizondo.