Cada vez el consumo consciente y el cuidado del medio ambiente cobra más presencia en la sociedad, lo que en muchos casos, además de los impactos positivos que puede tener para el planeta, cuenta con beneficios para nuestros bolsillos. Sin embargo, uno de los mayores retos que se encuentra para ahorrar energía es el consumo “fantasma”.
En este Finanzas de Bolsillo veremos cómo reducir este consumo de energía con estrategias que ayuden a bajar el valor de la factura de luz.
El consumo “fantasma” es el que se produce cuando los electrodomésticos gastan energía, incluso cuando se encuentran apagados. Esto es porque funciona como reserva para el aparato eléctrico, permitiendo que pueda continuar ejecutando alguna función, aunque este consumo sea menor.
Según un estudio, de 2022, del Lawrence Berkeley National Laboratory del Departamento de Energía (DOE, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, los artefactos eléctricos sin uso, pero enchufados, consumen alrededor de 1,6 kilovatios (kW) diarios. En un mes, esto equivale a entre el 5% y 10% del gasto de energía del hogar. El consumo fantasma, es también conocido como consumo en “espera” o en stand by.
Por otra parte, los edificios comerciales también están llenos de equipos, electrodomésticos y componentes que consumen energía de reserva. Este uso de energía de reserva es un problema global e incluso afecta el cambio climático, según el estudio. Los miles de millones de productos que consumen continuamente energía de reserva son responsables de aproximadamente el 1% de las emisiones globales de carbono.
Para entender cómo reducir el consumo “fantasma”, primero veremos algunos de los principales aparatos eléctricos que consumen energía en espera. Entre estos están los televisores, cargadores de celulares, microondas y equipos de audio.
Por esto, en caso de no requerir ninguna de sus funciones, una de las medidas más efectivas y simples es desenchufar los aparatos eléctricos de la corriente cuando no se están utilizando. Por ejemplo, se puede desconectar el cargador del celular cuando no se esté cargando el dispositivo, desenchufar el televisor cuando no se esté viendo o el microondas cuando esté en desuso.
Es cierto que no es muy común que se desconecte el televisor del tomacorriente cuando no está en uso, pero hacerlo puede tener un impacto significativo. Sólo un televisor de 34 pulgadas puede llegar a gastar aproximadamente 53 kWh al año en stand by, y uno LED de 37 pulgadas, 35 kWh.
Otro de los electrodomésticos que suelen estar enchufados continuamente a pesar de no estar utilizándolo para su principal función es el microondas. Este electrodoméstico puede llegar a tener un consumo “fantasma” de 35 kWh al año.
Otros de los artefactos eléctricos que se pueden desconectar mientras no se utilizan son los equipos de audio, cargadores, electrodomésticos de cocina que no se usan cotidianamente, cualquier dispositivo alimentado con un control remoto o una pantalla digital iluminada, entre otros.
Casi cualquier producto con una fuente de alimentación externa, batería interna, control remoto, pantalla continua (incluido un LED) o conexión de red constante consumirá energía continuamente.
Por otro lado, existen otras estrategias para bajar el consumo de luz y pagar menos de su factura, así como un consumo más eficiente y consciente de la energía.
En este sentido, desde Segurarse señalaron como posibles estrategias el uso de focos de bajo consumo o LED en lugar de lámparas tradicionales, ya que estas últimas son más eficientes y tienen una vida útil más larga.
A su vez, apagar las luces cuando no se necesitan, aprovechar la luz natural y utilizar de manera correcta los artefactos para reducir el consumo de energía, también pueden generar impactos en el ahorro eléctrico.
Asimismo, dentro de los “tips de eficiencia” de UTE, se encuentran que al adquirir un nuevo electrodoméstico, son preferibles los que sean Clase A, ya que estos consumen menos energía, por ende, ahorran más.
Del mismo modo, al lavar la ropa intentar lavar la máxima cantidad indicada por el fabricante del lavarropa, ya que el consumo del lavado es indiferente de la cantidad de prendas a lavar. Lo mismo sucede con el secarropas al momento de secar.
En tanto, salvo que la ropa esté muy sucia y se requiera emplear agua caliente, se debe procurar lavar con agua fría o a baja temperatura.
Otro de los tips del ente, es que, al planchar, se recomienda acumular la mayor cantidad de ropa hacerlo de una sola vez.
Saliendo del cuidado de la indumentaria, también se aconseja que al usar el lavavajillas, es recomendable hacerlo en los “programas económicos” o de baja temperatura.
Para la refrigeración del hogar o la oficina, al utilizar el aire acondicionado, durante el invierno conviene regularlo a 21°C y durante el verano a 24°C. Cada grado que se aumenta o disminuye, significa un incremento del consumo en un 5%. Además, se recomienda que se limpien sus filtros al comienzo de cada temporada -al menos dos veces al año-, ya que esto disminuye el consumo de energía del equipo y además evita que ingrese aire con polvo en la habitación.
No obstante, existen artefactos que pueden ayudar a pagar menos de luz, como los enchufes inteligentes o los interruptores de energía remoto.
No todos los electrodomésticos se pueden desenchufar, pero sí hay formas de reducir su consumo, por esto, veremos cales son los que más consumen y cómo ahorrar a pesar de esto.
El termotanque es el electrodoméstico que más consumo, con 40% del gasto total. Aquí hay opciones como utilizar timers para que no esté siempre prendido.
La heladera es el segundo electrodoméstico que más consume en una casa, representando un 20% de la electricidad que se consume en todo el mes. Este es uno de los que debe estar en funcionamiento en todo momento para mantener el frío de su interior.
Un consejo para reducir el consumo es dejar enfriar los alimentos antes de guardarlos, así el proceso de enfriamiento es más sencillo y no consume tanta electricidad, y controlar que la puerta cierre bien y que sus burletes estén en buen estado.
Por otra parte, el televisor representa el 12% del consumo energético de un hogar y el lavarropas consume un promedio del 11%.
Por otro lado, otro de los electrodomésticos que más energía consume, es el aire acondicionado. En promedio, puede gastar alrededor de 1.500 vatios por hora, mientras que un ventilador consume alrededor de 50 vatios por hora.
Seguros contra fallas: ¿cómo protegen?
El uso desmedido de energía tiene más consecuencias que un aumento en la factura de luz. Desde Segurarse explicaron que, en los últimos años, debido al consumo excesivo de energía eléctrica, aumentaron los daños a electrodomésticos, reflejándose en cortes de energía o fallas en la provisión de la misma, que requieren de la visita de un profesional.
Episodios como la bajada o subida de tensión, por ejemplo, pueden dañar los electrodomésticos del hogar y, en algunos casos, las consecuencias en el equipo son irreparables. Ante estos eventos, las aseguradoras brindan un servicio de asistencia de emergencia eléctrica, por fallas que se produzcan en la vivienda.
Desde Segurarse, Sancor Seguros y Seguros Sura, señalaron que el seguro de hogar salvaguarda, además del contenido general de la casa, a esos artefactos de alto valor, como los electrodomésticos, tanto por cobertura de incendio como de hurto.
Además de las subas y bajas de tensión, cuando los seguros hablan de “deficiencia energética” en las coberturas, también se refieren a cortocircuitos, caída de rayos y alteraciones en el voltaje de la corriente eléctrica.
En este sentido, señalaron que si los electrodomésticos dañados no admiten una reparación o su destrucción es total, las compañías de seguros en general optan por restituir el bien por uno nuevo de igual tipo y prestaciones. Asimismo, con la velocidad que cambia la tecnología, puede suceder que el bien repuesto sea una versión con mayores prestaciones a las que poseía el aparato adquirido originalmente por parte del cliente”.