P. ANTÚNEZ / A. OYHENARD
La vegetación natural en el suelo está desapareciendo en casi todo el país y los modelos climáticos prevén que el nivel de lluvias esté por debajo de lo normal hasta mayo. En tanto, UTE asegura que el nivel de los embalses es bueno pero las lluvias de otoño serán menores a lo normal.
Las perspectivas para que el déficit hídrico en los suelos se revierta en el corto plazo se disipa. Según el último informe de perspectivas climáticas para el trimestre enero-marzo que publicó el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), las probabilidades de que las lluvias estén por debajo del promedio histórico se extenderían hasta mayo.
Esto surge del trabajo en tendencias climáticas que elaboran mensualmente la Dirección Nacional de Meteorología y la Universidad de la República. Según este informe, el déficit de precipitaciones ya presentó desvíos negativos en el trimestre octubre-diciembre sobre prácticamente todo el país. Los departamentos más afectados fueron los del centro y noreste (Rivera, Tacuarembó y Durazno) donde se registraron déficit de lluvias de hasta un 40%. El resto del país tuvo desvíos negativos en torno al 20%. En tanto, Artigas fue el único departamento donde las precipitaciones estuvieron por encima de la normal. Además, en dicho trimestre, las temperaturas medias se incrementaron 0,2ºC en todo el país.
"La mayoría de los modelos predicen que el presente evento de La Niña débil a moderado, continuará durante la temporada de verano e incluso hasta el otoño antes que se disipe durante el período de marzo a mayo", advierte el informe que divulgó el INIA. La probabilidad mayor (40%) es que las lluvias estén por debajo de lo normal durante el trimestre enero-marzo. Mientras hay un 30% de probabilidad para el tercil central (igual al promedio) y otro 30% por encima de la media. Respecto a la temperatura, hay un 50% de posibilidades de que la misma se comporte por encima de lo normal, 30% en el promedio y 20% por debajo.
Por otro lado, la ausencia de humedad en las capas del suelo se traduce en una menor disponibilidad de vegetación. Precisamente ayer el INIA publicó el Monitoreo Mensual de la Vegetación -más conocido como el Índice Verde- donde se evidenció una notorio deterioro entre diciembre y los primeros 20 días de enero (ver gráfico).
Impacto. Hasta ahora, el mayor perjuicio por el déficit de lluvias lo sufre la agricultura. Las lluvias del fin de semana fueron desparejas pese al alivio que causaron en zonas donde se registraron precipitaciones por encima de los 10 milímetros. Aunque esto tampoco fue suficiente para que las represas de UTE aumenten su caudal de reserva. Por tanto, los costos de generación para el ente seguirán en niveles elevados.
Según Meteorología, el máximo registro de lluvias se alcanzó en Mataojo (Maldonado) con 50 milímetros y en La Calera (Lavalleja) con 42 milímetros. Sin embargo, en departamentos como Tacuarembó, Soriano y Salto el promedio no superó el milímetro.
El director de Agronegocios del Plata (ADP) -unas de las firmas agrícolas más importantes del país-, Marcos Guigou, señaló ayer a El País que a esta altura es claro que existe un daño en los cultivos de verano (soja y maíz) que "será difícil" de revertir en lo que resta del período de crecimiento de los mismos.
"Hay zonas como Caraguatá (Tacuarembó) donde realmente impresiona el estado de los campos. El panorama es complicado. Los cultivos están aguantando y sufriendo un déficit de lluvias muy fuerte. Habrá pérdidas de rendimientos importantes porque ahora cualquier insecto por hectárea hace un daño notorio que no se puede compensar", explicó.
Por su parte, el vicepresidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA), Hernán Zorrilla, dijo a El País que "en muchas zonas no llovió nada. Si bien la lluvia le pudo haber llegado a algún productor, no fueron un alivio general. El clima, hasta ahora, fue muy favorable para los cultivos. Estos últimos días fueron excepcionales en temperatura y luminosidad. Lo que hay es una demanda de agua muy alta, lo que en cierta medida está haciendo colapsar a algunos sistemas", advirtió.
Según Guigou, pese a las consecuencias negativas que trae aparejado un déficit hídrico, "se confirma que los modelos climáticos -que anticipan el comportamiento del clima- son cada vez más confiables" porque ya se había anticipado un fenómeno de La Niña para este verano. El diario argentino El Cronista informó ayer que la consultora Econviews esti-mó que la sequía en Argenti- na podría provocar una merma de las exportaciones agrícolas de entre US$ 5.000 millones y US$ 6.000 millones.
ENERGÍA. El presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla, dijo ayer a El Espectador que el embalse de las represas sobre el río Negro (las reservas estratégicas del ente) tienen un "buen nivel de agua. Lo que hay en todo caso es alguna previsión de que va a haber un pequeño sesgo de sequía, pero está dentro de las previsiones y dentro de lo que nos pasa año a año, siempre estamos pendientes del tema de la hidraulicidad, de la lluvia".
Agregó que las últimas lluvias "se las tomó toda el campo; a las represas no llegó nada". De todas formas, el embalse de la represa de Rincón del Bonete está a un 60% de su capacidad. Aunque UTE trata de utilizar lo menos posible esta represa, ya que Casaravilla reconoció que el otoño se puede presentar con un nivel de lluvias por debajo de lo normal. A esto hay que añadirle que cada año el pico de consumo de verano se acerca un 5% a la máxima demanda de invierno, como consecuencia de un uso cada vez más masivo de aires acondicionados.