El escenario económico argentino de cara al balotaje y las estrategias de Sergio Massa

El actual ministro de Economía y candidato por el oficialismo, Sergio Massa deberá evitar turbulencias cambiarias adicionales previo al 19 de noviembre

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Sergio Massa y Javier Milei irán a balotaje
Sergio Massa y Javier Milei irán a balotaje
Foto: AFP

A tres semanas de un balotaje con resultado incierto, la principal estrategia de campaña del ministro de Economía y candidato por el oficialismo, Sergio Massa, pasa por evitar nuevas turbulencias cambiarias antes del 19 de noviembre.

Una devaluación del tipo de cambio oficial o un salto de los dólares paralelos profundizaría la incertidumbre económica e impulsaría una nueva ola de aumento de precios en los días previos a la elección, un escenario que podría ser muy riesgoso para Massa en medio de la reñida disputa con el candidato libertario Javier Milei.

“El resultado electoral del domingo pasado refuerza los incentivos que tiene el gobierno para impedir un nuevo salto discreto del tipo de cambio oficial y movimientos en los dólares paralelos con el objetivo de mantener la competitividad electoral. Para llegar al otro lado del río, Massa utilizará todas las herramientas posibles.

No obstante, si bien en el corto plazo habrá más tranquilidad, el esquema sigue siendo muy frágil y a medida que se acerque la fecha del balotaje podemos ver nuevamente mayor volatilidad”, dijo a El País el economista Santiago Manoukian, jefe de Research de la consultora Ecolatina, en Buenos Aires.

Los resultados de las elecciones generales ratificaron las expectativas de una segunda vuelta electoral entre Massa y Milei. Sin embargo, el mercado fue sorprendido por el orden en que los dos postulantes llegaron a esa instancia.

El inesperado triunfo del candidato oficialista con el 36,68% de los votos y el relegamiento al segundo lugar de Milei con el 29,98% descomprimió, al menos en el corto plazo, la tensión cambiaria.

“La pérdida de fuerza electoral de Milei, un candidato con propuestas disruptivas y menor percepción de gobernabilidad, relajó un poco las expectativas devaluatorias.

Se presume que Milei ahora se correrá hacia el centro y moderará sus planteos para captar más votos. Si, por ejemplo, quiere seguir avanzando en alianzas con algunos dirigentes de Juntos por el Cambio, probablemente tenga que ceder en propuestas como la dolarización, y el mercado está viendo eso”, dijo Manoukian.

En la semana posterior a los comicios, la cotización de los dólares financieros se derrumbó y el blue cayó por debajo de los 1.000 pesos.

Esas menores expectativas devaluatorias surgidas del nuevo escenario político fueron complementadas con el lanzamiento de medidas económicas de cortísimo plazo para intentar mantener controlados a los dólares paralelos. El lunes posterior a las elecciones, Massa anunció que por 30 días todas las exportaciones podrán liquidarse a un tipo de cambio mayor al oficial. Bajo el nuevo esquema, los exportadores podrán ingresar el 30% de las divisas ya no al valor del dólar oficial de 350 pesos sino al del Contado Con Liquidación, un dólar financiero cuya cotización implícita que surge de la compra y venta de bonos ronda los 860 pesos. Con eso, por un mes el tipo de cambio para las exportaciones rondará en torno a los 500 pesos, un 40% por encima del dólar oficial.

La medida persigue dos objetivos: por un lado, incentivar la liquidación de exportaciones en un contexto en que las reservas netas del Banco Central son negativas en unos U$S 7.000 millones; por el otro, contener la cotización del dólar Contado con Liquidación mediante una mayor oferta.

Analistas estiman que el ingreso de divisas por exportaciones ascenderá en los próximos 30 días a unos U$S 4.000 millones, con lo que unos U$S 1.200 millones se canalizarían a través del dólar financiero.

“Massa decidió jugar la carta de un dólar diferencial para las exportaciones que hasta ahora no quería jugar bajo el argumento que esa medida podía tener impacto sobre la inflación. Sin embargo, dado que la elevada inflación no parece haber incidido mucho en el resultado electoral, se decidió por esta medida que le dará aire para llegar con alguna calma hasta el acto electoral”, dijo a El País el economista Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía de la Universidad de Belgrano, en Buenos Aires.

En todo caso, para alcanzar el objetivo de llegar al 19 de noviembre sin fluctuaciones bruscas, Massa no solo contará con las divisas que ingresarán por los mayores incentivos a las exportaciones, sino también con los U$S 6.500 millones resultantes de la ampliación del swap (intercambio de monedas) acordado con el gobierno de China.

Esas divisas de libre disponibilidad podrán utilizarse para intervenir en el mercado de cambios. A eso se sumarán U$S 875 millones por la reciente adjudicación de tres licencias del espectro 5G. Las empresas ganadoras de la licitación tendrán 21 días de plazo para ingresar esos dólares también por el mercado del Contado con Liquidación.

EFECTOS ADVERSOS.

Con ese ingreso extraordinario de divisas concentrado en las próximas tres semanas, Massa buscará planchar la cotización de los dólares alternativos y, si es posible, abrir algo el grifo de las importaciones para morigerar el faltante que ya se percibe incluso en segmentos clave como medicamentos e insumos médicos. Cumplir con esos objetivos será determinante para la suerte electoral de Massa, quien se enfrenta a la dura tarea de romper el techo electoral del peronismo e ir en busca de sectores independientes para alcanzar más de la mitad de los votos afirmativos en el balotaje.

No obstante, en un escenario de manta corta, si bien las medidas anunciadas en los últimos días refuerzan la capacidad del gobierno para controlar el mercado cambiario, dejan al descubierto otros flancos. El nuevo dólar para las exportaciones implica, en la práctica, una devaluación de todos los bienes y servicios exportables. En ese marco, la suba del precio de las materias primas amenaza con impulsar alzas en un rubro clave como el de los alimentos.

A esos riesgos se suma que la prolongación –o no- de la calma en el mercado cambiario estará supeditada a la evolución de los posicionamientos políticos y a lo que vayan marcando las encuestas de cara a la segunda vuelta electoral. Un eventual fortalecimiento en los sondeos de Milei, quien en los últimos días recibió el apoyo del expresidente Mauricio Macri y de quien fuera candidata presidencial por Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, volvería a sacudir al mercado cambiario, sobre todo si mantiene en pie sus propuestas de dolarización y eliminación del Banco Central. En cualquier caso, más allá de esas especulaciones electorales, el abordaje de la larga serie de desequilibrios que arrastra la economía argentina deberá seguir esperando al menos tres semanas más. Con el traje puesto de candidato más que de ministro de Economía, Massa continuará postergando correcciones dolorosas mientras confía en que el temor de un vasto sector de la sociedad a las propuestas extremas de Milei lo terminen convirtiendo por descarte en el próximo presidente a partir del 10 de diciembre.

“El objetivo fundamental del gobierno es mantener al menos los actuales niveles de actividad económica y empleo. Con esa meta por delante, el atraso cambiario seguirá su curso, la inflación volverá a superar el 10% en octubre y la brecha cambiaria continuará altísima. El incentivo de Massa para seguir profundizando los desequilibrios se mantiene aún cuando probablemente sea él quien los heredará”, dijo Manoukian.

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