Sulaiman Syarif es embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República de Indonesia para Argentina, Uruguay y Paraguay, con sede en Buenos Aires. Ocupa esta posición desde noviembre de 2023.
Es diplomático de carrera, desde 1991. Previamente ejerció como jefe de misión adjunto de la Embajada de Indonesia en Bruselas, acreditado ante Bélgica, Luxemburgo y la Unión Europea (2020-2023). Sus asignaciones anteriores en el extranjero incluyen las embajadas de Indonesia en Bruselas (2011-2014), La Haya (2002-2006) y Atenas (1996-2000). Desde Buenos Aires, a través de videollamada, fue entrevistado por El País y aquí se publica un resumen.
El embajador de Indonesia para Argentina, Uruguay y Paraguay, Sulaiman Syarif, abordó con El País el tema de que las relaciones comerciales entre Uruguay e Indonesia tienen un potencial aún no explotado. De enero a noviembre de 2023, el comercio bilateral ascendió a apenas US$ 67,8 millones, una cifra ínfima considerando que Indonesia es una de las potencias emergentes con mayor proyección en el mundo y su interés por aumentar sus mercados. El embajador tiene dos metas claras: darle un espaldarazo a la “Asociación Económica Integral Indonesia-Mercosur” y a la certificación Halal, obligatoria en el país musulmán para importar algunos productos, entre ellos la carne uruguaya.
-¿Cómo ve la balanza comercial Indonesia-Uruguay?
-Basado en datos de la Oficina Comercial de Indonesia, entre enero a noviembre de 2023 nuestra exportación a Uruguay fue de US$ 51,1 millones, y nuestra importación de US$ 16,7 millones. Compramos de Uruguay productos derivados de la madera, crustáceos, cueros. Y le exportamos calzado, aceite de coco, aceites de palma, plásticos, vehículos, autopartes, aceite para vehículos y llantas. Es un intercambio muy bajo, pero se podría ampliar mucho. Podríamos comprar, por ejemplo, más productos de madera, celulosa y cuero, porque Uruguay tiene la mejor calidad en cuero.
-¿Cuáles son las barreras que impiden que el comercio entre estos países sea mayor?
-La distancia geográfica aumenta el costo del transporte y representa desafíos logísticos. Eso hace que los mercados sean menos competitivos en comparación con otros. Luego están las limitaciones de líneas de transporte directas y la ausencia de vuelos regulares de carga, que crean dependencia con terceros países, agregando más costos y a veces retrasos. Un tercer factor es la lengua, las brechas de comunicación y las diferencias culturales dificultan construir confianza en los negocios. Un cuarto factor es la falta de conciencia de los mercados: existe una comprensión limitada de las preferencias de los consumidores de cada país. Es posible que las empresas indonesias no sean conscientes de las oportunidades potenciales en Uruguay, y viceversa. Pero todo es superable.
-¿Qué tanto pesan los aranceles como limitante?
-Es un elemento importante; hay barreras arancelarias y no arancelarias, ya que los procedimientos aduaneros y las regulaciones sanitarias y fitosanitarias también frenan nuestros flujos comerciales.
-Uruguay no puede exportar carne a Indonesia, porque su país requiere la certificación Halal para ingresar determinados productos, según los dictámenes de la Sharia. ¿Hay avances sobre el proceso de esa certificación?
-Hay que profundizar la colaboración en torno a ese tema. Ahora estamos esperando la respuesta de nuestra autoridad en Indonesia y espero que el memorando de entendimiento sobre la “Cooperación del certificado Halal” pueda finalizarse pronto. Este es un elemento importante, porque Uruguay tiene un producto cárnico excelente, uno de los mejores del mundo.
-¿Cuándo estima que podrá estar lista esa certificación, alguna fecha o referencia?
-Esa es una de mis prioridades como embajador para esta zona. Uruguay ya ha enviado un borrador a Indonesia, y la embajada y el Ministerio de Relaciones Exteriores lo han remitido al cuerpo de instituciones Halal en Indonesia. También hicimos lo mismo con Argentina.
-Usted mencionó varias barreras comerciales y dice que se podrían superar, ¿cómo se podría lograr?
-Hay dos formas de superar estas barreras: con el establecimiento de un acuerdo comercial y con la promoción a través de consejeros de negocios o cámaras de comercio. Indonesia y Mercosur iniciaron la negociación de la “Asociación Económica Integral” (M-CEPA, por su sigla en inglés) en 2021. Indonesia está lista para iniciar la primera ronda de negociaciones de ese acuerdo y alentamos a las autoridades de los países del Mercosur a tener nuestra misma visión para impulsar esa negociación. Somos complementarios en el comercio, no competimos, eso es bueno. Necesitamos la Asociación Integral Indonesia-Mercosur para enfrentar las dificultades sobre las que hemos hablado: la distancia, el transporte, las barreras arancelarias, el certificado Halal. De hecho, esa negociación debió comenzar el año pasado, pero sabemos que hay una situación interna entre algunos miembros del Mercosur, así que lo entendemos. También notamos que el Mercosur y la Unión Europea casi sellan su acuerdo, por eso espero que ahora sea el momento en que Mercosur vea más a algunos países de Asia, especialmente a Indonesia.
-¿Qué expectativas tiene en relación a Uruguay y como miembro del Mercosur?
-Esperamos que, durante la próxima presidencia de Uruguay en el Mercosur, después de la actual de Paraguay, podamos empezar la primera ronda de negociaciones de la asociación económica integral con el Mercosur que le comentaba, pero para eso necesitamos el apoyo completo de Uruguay. Con Uruguay, establecimos relaciones en 1965 y lo valoramos en alto grado. También sabemos que Uruguay es muy bueno con la energía renovable y eso es interesante para Indonesia. Quisiera agregar que Indonesia llevará a cabo el “Foro Empresarial anual Indonesia-América Latina y el Caribe”, en noviembre. Otros años lo realizamos en Yakarta, pero para acercarnos más a América Latina, lo haremos en Lima, Perú.
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