En base a La Nación / GDA
Para José, empleado de un negocio de indumentaria de hombre ubicado en la emblemática calle Florida, la situación económica del país es “preocupante”. Desde que asumió el gobierno de Javier Milei, las compras de turistas extranjeros cayeron un 60% en su comercio. “La gente que viene de otros países nos dice que estamos mucho más caros que en Brasil, Chile o Paraguay”, cuenta a La Nación. En el caso de Uruguay, la Argentina también se encareció respecto al año pasado.
Por este motivo, sus productos “siempre están en oferta”, aunque admite que esta estrategia no es suficiente para repuntar las ventas. “Nos salva que mi jefe sea el dueño del local y que no tenga que pagar un alquiler. Si no fuera por eso, ya estaríamos en la calle”, añade, apenado.
José es uno de los tantos comerciantes de la calle Florida que, tras la caída del turismo extranjero, atraviesan una situación crítica. Específicamente, en julio (cuando hay "zafra" por las vacaciones de invierno) ingresaron al país 959.000 visitantes, lo que representa una baja del 21,2% interanual, según el Indec.
A su vez, las estadías en hoteles disminuyeron un 17,7% en comparación con julio de 2023. La mayoría de los turistas provenían de Brasil (34%), Uruguay (22,2%) y Chile (10%).
En lo que respecta a la ciudad de Buenos Aires (CABA), en junio el turismo extranjero cayó un 15% interanual, con la llegada de 170.000 visitantes, de acuerdo a los últimos datos del Observatorio Turístico de la ciudad. Entre ellos, se destacaron aquellos de Brasil (38%), Uruguay (13%), Estados Unidos (10%), Chile (10%), Perú (6%) y Colombia (4%).
Especialistas consultados por La Nación indican que este fenómeno se debe a las alteraciones en la brecha cambiaria. “El año pasado, la brecha cambiaria era del 150%, por lo que venir a la Argentina era muy barato. Esa diferencia se redujo y hoy es del 35%, de manera que los precios con otros países del mundo están más equiparados”, señala el economista Alejandro Giacoia.
Bajo esta línea, el economista Martín Kalos sostiene que, actualmente, “la Argentina tiene inflación en dólares”. “Después de la suba del tipo de cambio del 119% en diciembre, el país entró en una apreciación cambiaria mes a mes muy importante. Hay que tener en cuenta que el tipo de cambio oficial sube 2% nominal cada mes, mientras los precios suben mucho más que eso. Al mismo tiempo, los dólares paralelos, que le daban ventaja a los extranjeros, también se han apreciado mucho”, detalla.
Dado este escenario, el expresidente de la Asociación Amigos de la Calle Florida, Héctor López Moreno, asegura que las ventas en los comercios de la zona cayeron cerca de un 40% en lo que va del año, siendo los negocios de ropa y de productos de cuero los más afectados. “Para lo que queda del año no tenemos ninguna expectativa. Si seguimos así, nos destruyen completamente”, sentencia.
Restricción del consumo
Gustavo Taborda, comerciante de la calle Florida desde hace 15 años, afirma que, en el último tiempo, les resulta difícil alcanzar el nivel de ventas que solían tener. “En un día normal, vendemos entre 10 y 12 prendas de cuero que cuestan 200.000 pesos argentinos. El sábado pasado, solo nos compraron dos o tres productos”, comenta a este medio. “Con la llegada de la temporada de cruceros, esperamos que el turismo y las ventas repunten”, agrega.
A unas pocas cuadras, la dueña de un local de indumentaria de mujer describe una situación similar: “Noto que los turistas vienen con un menor poder adquisitivo y compran mucho menos que antes”. Por este motivo, hace varios meses tiene a disposición ofertas y promociones.
Por su parte, Melany Katz, dueña de un negocio de marroquinería, trata de “no sobreaumentar los precios”, ya que antes tenía un mayor margen de ventas. Allí, las carteras van desde 100.000 hasta 150.000 pesos argentinos, mientras que las camperas de cuero cuestan 230.000 pesos argentinos. “Un día te puede ir bien, y al otro no”, asegura.
La caída del consumo de turistas extranjeros también se hace sentir en los locales gastronómicos de la zona. Emanuel, encargado de un café, expresa que desde Semana Santa nota “muy poco movimiento” y, mayormente, hay visitantes de Brasil y Uruguay. “Ahora los turistas piden cosas para compartir, algo que antes no pasaba”, detalla.
Sandra Molina, quien atiende en una confitería y chocolatería, destaca que tuvo que bajar los precios de los chocolates para subir las ventas. “Hay gente de países limítrofes, pero ya no tanto de Estados Unidos o Europa”, añade.
El hospedaje también
Es la segunda vez que Valentina Tejada y Sebastián Ramírez, de Lima, Perú, visitan Buenos Aires. A diferencia de su primer viaje al país, esta vez decidieron alquilar un departamento a través de una aplicación para “abaratar costos”. “Vinimos con un presupuesto mucho más chico. Para evitar comer en restaurantes, estamos cocinando en el departamento”, comenta Tejada a La Nación. Y agrega que, por día, gastaron US$ 80.
Diego, de Brasil, también optó por alquilar un departamento por medio de una aplicación. “Con una colega dividimos los gastos y, en total, el hospedaje nos sale 215.000 pesos argentinos″, señala.
En el segundo trimestre de 2024, un 34,8% de los turistas extranjeros que llegaron a Buenos Aires eligieron hospedajes por fuera de la categoría de hoteles, lo que representa una suba del 26% interanual, según datos del Observatorio Turístico de la ciudad. Luego, un 31,12% eligió hoteles de 4 o 5 estrellas, un 20,3% se hospedó en casas de familiares o amigos y el restante 13,8% optó por hoteles de 1,2 o 3 estrellas.
Al respecto, Fernando Desbots, presidente de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (Fehgra) subraya la importancia de simplificar el sistema impositivo para mejorar la competitividad de las empresas hoteleras. A su vez, sostiene que es crucial “continuar generando políticas que desestacionalicen los destinos turísticos y asegurar condiciones equitativas para toda la oferta, incluyendo los hoteles”.
Bajo esta línea, Aldo Elías, vicepresidente de la Cámara de Turismo, indica que otro factor fundamental para reactivar el turismo es profundizar la conectividad y la política de cielos abiertos. “Cuanto mayor sea la oferta de vuelos dentro del país y para llegar a la Argentina, más barato será el costo de los tickets y, así, podremos competir con destinos que hoy cuestan la mitad de precio de lo que sale un pasaje a nuestro país”, concluye.
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