Redacción El País
El socio de la consultora CPA Ferrere, Alfonso Capurro salió al cruce del senador nacionalista Sergio Botana que cuestionó un estudio que realizó la firma para el Banco Hipotecario (BHU) sobre el proyecto de ley del Poder Ejecutivo de reestructuración de créditos de los deudores en Unidades Reajustables (UR).
Ese estudio, divulgado por El País el pasado 23 de setiembre, señala que la simulación realizada -ya que la Unidad Indexada (UI) fue creada en 2002- “permite concluir que en términos generales el costo de un crédito en UR habría sido en promedio 15% menor que la alternativa del crédito en UI para las 192 ventanas temporales evaluadas, salvo en algunas excepciones puntuales”.
Botana dijo el viernes al diario El Observador que son “cálculos que arriesgan el buen prestigio de CPA”. A su juicio, “no hay manera de que una moneda que crece más y a una tasa mayor para un mismo monto y tiempo (la UR), pueda resultar menor que una moneda que crece menos y tiene una deuda menor (la UI)” y cuestionó: “Parece que las matemáticas se pueden alterar por cercanías políticas o por el que paga los trabajos”.
Ante esto, Capurro salió al cruce de Botana en su cuenta de la red social X (antes Twitter) y planteó que “el análisis de la evolución de la UR versus UI (como hizo Botana) es solo una parte del problema, esa matemática está incompleta”.
“A largo plazo la UR crece más que la UI, pero en algunos ciclos pasa lo contrario. La UR no afectó a todos los deudores por igual, depende del momento de inicio del crédito y del ciclo del salario real durante la vida del crédito”, señaló Capurro.
“Una simulación con 192 ventanas móviles comenzando en 1985 muestra que en la mayoría de los casos la UR creció por encima de la UI, pero el efecto es heterogéneo. Los casos no son todos iguales”, agregó y ejemplificó que un crédito originado en diciembre de 1987 en UR apenas sería 0,1% mayor que si hubiera sido tomado en UI (estimada a ese año).
A esto se suma (algo que no tuvo en cuenta Botana) que “las tasas de interés de los créditos en UR son más bajas y ese efecto compensa parte del efecto UR versus UI”, dijo Capurro.
“Para completar las matemáticas agregamos el mecanismo de reajuste. Créditos en UR del BHU ajustan su cuota una vez por año (los créditos en UI cada mes): la inflación erosiona la cuota durante un año, favoreciendo a los deudores en UR versus deudores en UI, sobre todo en entornos de alta inflación (en los años 80 y 90)”, agregó.
“Hicimos simulaciones de 192 créditos en ventanas móviles desde enero de 1985. Con las matemáticas completas se concluye que los deudores en UR no fueron perjudicados. Si la UR no es el problema, no se justifica una solución única para todos los deudores en UR del BHU”, concluyó Capurro.
Por su parte, el socio de Exante, el economista Pablo Rosselli suscribió lo señalado por Capurro (él sostuvo lo mismo en un análisis en 2013) y afirmó que el proyecto de ley para deudores en UR “es muy costoso (US$ 590 millones), demagógico y regresivo. Premio a un lobby perseverante”.