POR RAÚL SOARES NETTO
En los últimos tres años, La Buonora y Asociados Desarrollos alcanzó ventas por US$ 100 millones. Para 2024, anunció el desembarcó en Argentina, en la Provincia de Buenos Aires, mientras que en el megaemprendimiento de Cala del Yacht comenzará la construcción de la segunda torre residencial, del centro comercial y del edificio corporativo, que estará a cargo de Berkes. Tambien impulsará importantes desarrollos inmobiliarios en sociedad con sus colegas de Kopel Sánchez, “una junta explosiva que promete mucho”.
Además, a Mauricio le queda energía para impulsar las exportaciones de su reciente emprendimiento personal, una marca de ropa de lana merino.
En la escuela compraba la bolsa de bandas elásticas y las vendía para la “guerra con gomitas”, a los 16 comenzó a trabajar en la carpintería de la familia y desde el año 2012 está al frente de una empresa que actualmente está posicionada como la principal desarrolladora inmobiliaria entre Carrasco y Camino de los Horneros (Canelones). De niño quería ser arquitecto, pero de joven tuvo claro que su futuro era ser emprendedor, asumiendo riesgos y realizando desafíos. Nació en Montevideo hace 42 años, está casado y tiene 4 hijos.
El siguiente es un resumen del diálogo del CEO de La Buonora y Asociados Desarrollos con El País.
—El 2023 obtuvo el reconocimiento de Empresario del Año. ¿Qué considera que ha valorado la comunidad empresarial y de negocios en su gestión?
—Fue un lindo reconocimiento, que corona estos diez años de gran esfuerzo emprendedor. Cada año, he dado un pequeño paso para ir cumpliendo las metas que me he fijado y, a la vez, buscando nuevos desafíos. En la distinción recibida, creo que incidió mi exposición por el fuerte posicionamiento y crecimiento que tiene nuestra empresa. Esto ha generado una buena imagen y reputación a La Buonora y Asociados Desarrollos. En todo este tiempo se hicieron las cosas bien y hemos alcanzado un crecimiento sólido y consolidado. Además, comenzamos a desarrollar proyectos de gran escala.
—¿Qué características tiene su liderazgo emprendedor?
—Comencé a trabajar hace más de 20 años, trabajando a los 16 años en la carpintería de mi familia, y hace 10 años que formo parte del sector de los bienes raíces. Siempre tuve espíritu emprendedor desde temprana edad y siempre tuve “ideas locas”... De acuerdo con los cuentos de mi madre, en el colegio compraba la bolsa de bandas elásticas y las vendía para la “guerra con gomitas” (risas). La formación de equipos es otra característica muy importante en el liderazgo que llevo adelante. Es un tema decisivo.
—¿Y cuánto pesa el equipo de colaboradores en la estructura de una empresa?
—El equipo es clave en el éxito o fracaso de cualquier emprendimiento. Si bien hay que tener ideas y una cabeza creativa, luego hay que poner en funcionamiento cada proyecto y cumplir los objetivos establecidos. Ahí es clave el equipo, donde cada uno de sus integrantes debe tener un espíritu colaborativo y no debe existir competencia entre ellos. Hay que gestionar los egos de las personas de forma positiva, para que el equipo pueda lograr cumplir las metas. Si tienes un gran ego, si te la crees, es el peor de los errores y es el más común. Hay que construir equipos y generar confianza. En lo personal, decidí salir de ciertos roles para estar asociado a empresas de reconocida y destacada trayectoria, como es el caso del Estudio Gómez Platero, los estudios Posadas y Bragard, Mr. Parquet y el Grupo Punto, encabezado por Pablo Marqués con quien pensamos el desarrollo y posicionamiento de Cala Del Yacht en el Real Estate de Uruguay. Proyectamos llegar con Huertas a Argentina, a la Provincia de Buenos Aires, y también a varios departamentos del país. Tanto Martín Gómez Platero como Pablo Marqués, son dos de mis principales mentores naturales, entre otros empresarios como Carlos Lecueder, Teo Campomar, que tomo como referentes.
—Nació en el año 1980, de modo que integra la primera generación de empresarios millennials del Uruguay. ¿Hay diferencias con las generaciones anteriores de empresarios?
—No. Por ejemplo, si miro a Carlos (Lecueder), (Juan Carlos) López Mena o Manuel Antelo, que son de una generación anterior, nos encontramos que siguen creando nuevos proyectos, asumiendo riesgos y apostando fuerte al futuro. Eso es lo que a nosotros nos reconforta y nos hace felices... Al final del día, uno tiene que hacer aquello que lo apasiona. Si se trabaja únicamente por plata, seguramente no te va a ir bien. En cambio, si se trabaja por pasión, seguramente, te va a ir mucho mejor y vas a hacer mucha más dinero. Y nosotros somos unos privilegiados, vivimos de aquello que nos apasiona hacer que, a veces, se presentan como proyectos imposibles de realizar y luego se terminan concretando.
—¿Qué se precisa para ser empresario, además de reunir recursos económicos para realizar los proyectos?
—Hay que tener mucho coraje, mucha paciencia y mucha tolerancia al fracaso. Son más veces las que se fracasan, que los casos de éxito. Es clave levantarse luego de un fracaso. Hay que recuperarse rápidamente. El fracaso, muchas veces, es el motor para crecer.
—El 2012 marca un antes y después con el desembarco en el sector inmobiliario. ¿Cómo fueron los inicios?
—Consigo un terreno casi financiado en los barrios privados de Camino de los Horneros. Sin conocimientos, me vuelco a la construcción de una casa con el apoyo del arquitecto Rubén Ellis, quien se hace cargo de la dirección de obra. Y a partir de ahí nunca más paré como desarrollador inmobiliario. Tras la sucesiva construcción de casas, en 2018 armé una cartera de tierras para desarrollar los barrios privados Los Olivos de los Horneros y luego Huertas. Me atrapan los nuevos proyectos.
—Y en marzo de 2020 se declara la emergencia sanitaria por la pandemia de COVID-19. ¿Cuál fue el impacto en la actividad?
—La ley de Murphy: cuando varias cosas pueden fallar, siempre lo hará la que cause un mayor perjuicio. Con la reciente compra de tierras, había hipotecado todo lo había generado hasta ese momento para tratar de conseguir el sueño de desarrollar los barrios privados. No hubo riesgo de quebrar, pero quedé “congelado” y no tenía marcha atrás, porque tenía todo hipotecado hasta mi propia casa... Logramos superar la pandemia, nos fue bien y se salió adelante. Los emprendedores vivimos del riesgo (risas).
—Con la pandemia también es cierto que llegó el boom de los barrios privados en la búsqueda de seguridad, servicios y un mayor encuentro con la naturaleza. ¿Cómo se encuentran las inversiones y las ventas?
—En Huertas 1 nos quedan sólo cinco casas a la venta. En este emprendimiento facturamos cerca de US$ 80 millones y US$ 15 millones en Los Olivos. Para 2024, comenzamos la comercialización de Huertas II y Olivos IV. En Huertas II nos hemos asociado con la empresa Kopel Sánchez, en una apuesta a seguir creciendo conjuntamente. Junto con Kopel Sánchez, vamos a desarrollar varios proyectos a futuro. Es una junta explosiva que promete mucho.
—¿Cuál es el potencial de crecimiento de los barrios privados en Uruguay, durante los próximos años?
—Es una tendencia que llegó para quedarse y seguir creciendo con mucha fuerza. Actualmente, estamos apenas entre un 5 y 10 por ciento del potencial de crecimiento de los barrios privados. En nuestro plan de expansión, está la posibilidad de llevar el concepto del barrio privado Huertas a Maldonado, Colonia, Soriano, Paysandú y Salto. En la cartera de tierra, tenemos varias hectáreas en carpeta pero la operación todavía no está cerrada. Estamos en la búsqueda de socios estratégicos locales que tengan cartera de tierra.
—¿Quiénes son los compradores de casas en los barrios privados?
—Hoy los compradores de todos nuestros proyectos son 99% uruguayos y el resto inversores extranjeros, sobre todo, argentinos. El potencial de crecimiento está en que nosotros, a través de nuestros proyectos, vendemos calidad de vida y un estilo de vida diferente. En Huertas no vendemos una casa, vendemos un barrio, una comunidad.
—¿Cuándo abrirá el colegio argentino St. Catherine’s Moorlands Schools, en la zona de Los Olivos?
—Es uno de los tres colegios privados más importantes de Argentina, con presencia en Buenos Aires y los barrios privados de allá. Es un colegio bilingüe y de mucha tradición, con cerca de 70 años de trayectoria. Acá va a ocupar 4 hectáreas, lindero con Los Olivos y en comunidad con toda la zona de Camino de los Horneros. Se destacará por su construcción en madera enfocada en la sostenibilidad. Va a ser un edificio totalmente disruptivo y, en sus inicios en marzo 2025, se dictarán clases en maternal, jardín y preescolares hasta segundo año de escuela. En esta primera etapa, se estima que asistirá un total de 80 alumnos. Con la llegada de los servicios y los colegios a la zona de los barrios privados, se evitan traslados y se comienzan a vivir en esta nueva centralidad de tiempo completo. De Carrasco a Camino de los Horneros, nosotros lo percibimos como un nuevo Pilar de la provincia de Buenos Aires; presenta las mismas características para seguir creciendo en su desarrollo.
—¿Cómo avanzan las obras del ambicioso proyecto Cala del Yacht, ubicado próximo al Aeropuerto Internacional de Carrasco, en la proa de Av. de las Américas y Racine?
—En el denominado Distrito Cala, estamos desarrollando un complejo de cinco torres residenciales, un edificio de oficinas y un strip mall, con un monto total de inversión de US$ 150 millones. Actualmente estamos con la construcción de la Torre I de vivienda, con una inversión cercana a los US$ 30 millones. En marzo comienzan las obras de la segunda torre de viviendas. Este proyecto de gran escala ha tenido una gran aceptación del público objetivo. Los apartamentos de la primera torre se van a entregar en 2025, sin embargo el nivel de ventas en el pozo superó todas nuestras expectativas. En la Torre I ya están vendidas el 80% de las 108 unidades, con ingresos generados por unos US$ 24 millones. En la Torre II abrimos una preventa que alcanza casi el 70%.
—Es alto el porcentaje de la venta de las unidades en el “pozo”. ¿Esto no incide en la rentabilidad de la empresa?
—Es nuestro primer desarrollo en altura; es un proyecto muy ambicioso desde el punto de vista del desafío. Nos importa que el proyecto se haga y se haga bien, por encima de sacarle el mayor rendimiento económico posible. Estamos dispuestos a sacrificar ganancia por el éxito de hacer todas las cosas bien. En Cala del Yacht, el próximo año también comenzará la construcción del edificio corporativo de 14 niveles que desarrollaremos junto a Berkes, una empresa uruguaya líder. Y en febrero 2024 vamos a iniciar las ventas, donde ya tenemos muchas empresas interesadas. El costo promedio del metro cuadrado será de US$ 4200. Además, se iniciarán las obras del centro comercial, que es administrador por el Estudio Luis E. Lecueder. El área comercial, en una primera etapa, tendrá 5000 metros cuadrados y está proyectada una ampliación para llegar a los 8000 metros cuadrados. Además, se va a contar con un parque infantil y está previsto iluminar esa zona del Parque Roosevelt en beneficio de toda la comunidad.
—Si pasamos raya, ¿cuál es el monto tanto de las inversiones como de las ventas de La Buonora y Asociados Desarrollos?
—Tenemos proyectos de inversión por US$ 600 millones, de los cuales tenemos en distintas etapas de ejecución unos US$ 300 millones y el resto está en vías de desarrollo entre 2024 y 2025. En los últimos tres años, hemos facturado US$ 100 millones con nuestros proyectos, lo cual habla de la confianza que genera nuestra empresa y el recibimiento del mercado. El Distrito Cala va a constituir una nueva centralidad entre los lagos de Carrasco y el Parque Roosevelt. Va a ser una zona de gran crecimiento y transformación durante los próximos años. En esa línea, también hay que considerar que se viene la construcción de la autopista que unirá el Aeropuerto de Carrasco con el este del país, lo que va a generar aún mayor movimiento de actividad entre Carrasco y la zona de Distrito Los Horneros.
—¿El nuevo desafío es comenzar a operar este año en Argentina?
—Sí, es algo que lo veníamos planificando hace varios años. El objetivo es llevar el concepto de Huertas a Argentina. Hoy están dadas las condiciones para desembarcar como desarrollador inmobiliario, aunque hay que esperar la estabilidad de la economía argentina durante los próximos meses para poner en marcha nuestros proyectos allá. En la zona norte de Provincia de Buenos Aires, en Pilar, hicimos una asociación estratégica con Urdapilleta Propiedades. En una primera etapa, a corto plazo, vamos a mostrar nuestros desarrollos de Uruguay para captar inversores argentinos. En el mediano plazo, el objetivo es promover nuestros proyectos de barrios privados en Argentina con la marca de Huertas como buque insignia. Además de llevar adelante desarrollos en altura en distintas zonas. En la hoja de ruta está Córdoba, Rosario, Santa Fe. Nosotros somos la empresa número uno del Pilar en Uruguay. Queremos hermanar a los dos países y estrechar aún más los lazos desde el Real Estate, de ahí nuestro nuevo proyecto Orillas. Los argentinos tienen mucha incidencia en la actividad productiva, comercial y del sector inmobiliario de Uruguay, con cientos de miles de propiedades adquiridas, que se puede profundizar aún más. También estamos pensando en llegar con Huertas a Chile, Paraguay y no descarto el sur de Brasil. No estamos en una carrera con plazos preestablecidos, lo importante es crecer de una forma sólida.
“A Uruguay le espera 15 años de bonanza económica”
—¿Cuál es la visión sobre la situación económica?
—Uruguay, después de la crisis del año 2002, encontró en el cultivo de la soja un extraordinario impulso para el crecimiento. Los productores argentinos llegaron a nuestro país y fomentaron la exportación de soja, lo cual mejoró las perspectivas económicas. En esa línea, los campos se han valorizado. Después de la pandemia, los precios de los commodities y la soja, en particular, retomaron la cotizaron al alza. La soja ha llegado a un extraordinario pico de US$ 600 la tonelada exportada. Ese fenómeno ha generado un fuerte ingreso genuino de divisas al país, que antes de 2004 no existían. Esta dinámica ocurrió con los uruguayos, así como los argentinos que producen y trabajan en Uruguay. El país comenzó a recorrer un proceso de crecimiento de la economía real y esos millones de dólares que ingresaron se volcaron en nuestro país, básicamente en la seguridad y estabilidad que ofrece las inversiones en Real Estate.
—¿La industria de la construcción también se presenta como uno de los motores de la economía?
—Sí, porque la industria de la construcción es el principal sector que distribuye la riqueza en la sociedad por su reconocido efecto multiplicador en el nivel de actividad y creación de empleos. Sólo de forma directa, están vinculadas 60.000 familias a la construcción, que está íntimamente relacionada con cien rubros de subcontratos. Todo eso promueve un círculo virtuoso, que distribuye la riqueza generada en la sociedad y permite luego al Estado recaudar impuestos. Hoy el PIB de Uruguay es el más alto de Latinoamérica, así como el ingreso per cápita medido en dólares. Uruguay hizo muy bien las cosas gracias a políticas de Estado en sectores estratégicos de la economía, inclusive con gobiernos de distintos signos políticos. Y todos estos logros, los debemos cuidar entre todos. A Uruguay le espera 15 años de bonanza económica.
—¿Qué reformas o temas estima que quedan por resolver y que se deberían encarar por las autoridades y los partidos políticos?
—No se justifica la cantidad de asentamientos que hay en el país. Si hacemos un esfuerzo colectivo, en poco tiempo es un tema que se puede resolver.
Otro debe enorme es la educación pública, es una alerta encendida. Una de las cosas más positivas de Uruguay es el Plan Ceibal y los avances de la conectividad de Internet con la evolución tecnológica permanente. Sin embargo, la escuela pública actualmente es de mala calidad. La gente hace un esfuerzo para enviar a sus hijos a los colegios privados. La educación es decisiva para crecer y el bienestar de la sociedad.
"Madiba" es el nuevo desafío personal de La Buonora. Se trata de una nueva marca de ropa a base de lana merino, desarrollada en Uruguay con un marcado perfil exportador.
Inspirado en la figura de Nelson Mandela, La Buonora ha comenzado a producir ruanas, ropa de abrigo y accesorios, que fusionan estilo, calidad y una identidad profundamente uruguaya en cada prenda. El plan de negocios incluye colecciones para mujeres y hombres.
Aunque el proyecto actualmente avanza desde la plataforma de ecommerce y con la posibilidad en el futuro de abrir tiendas físicas, La Buonora tiene la mirada puesta en la exportación, donde ya tiene presencia en Estados Unidos tras cerrar un reciente acuerdo de representación.
Desde el comercio online, que no tiene fronteras, proyecta tener una destacada presencia en la región y el mundo en la expansión de esta marca de productos naturales y sustentables. “Tenía varias ideas y las pude consolidar todas en este proyecto. Ya tenía el nombre, que viene del apodo tribal de Nelson Mandela, y después tenía en la mente desde hace años lanzar una tienda de ropa. Al mismo tiempo quería explorar la venta por ecommerce y, al final del día, uní todo en esta idea”, expresó.
Proyectos y sueños en la línea del tiempo
.1996
A los 16 años, Mauricio comenzó a trabajar en la empresa familiar, la carpintería de obra La Buonora, que actualmente cuenta con 70 años de trayectoria tras ser fundada por su abuelo como fábrica de palos de escoba.
·2000
Con el nombre de “Urugolf”, Mauricio abrió una empresa para sacar a jugar golf a extranjeros que se encontraban en el país. En paralelo organizaba torneos de golf temáticos, además de seguir trabajando en la empresa familiar.
·2007
Comienza a emprender por su cuenta, con la apertura de un gimnasio (Soma). Y seis meses después, ya estaba inaugurando una empresa de catering (Ble), que comenzó como una bizcochería boutique.
·2012
Decide, con su hermano gemelo, comenzar como desarrolladores inmobiliarios y también como empresa constructora. Con la compra de un terreno financiado en La Tahona y un crédito bancario, empezó el desafío de construir casas en los barrios privados.
·2020
En Camino de Los Horneros, nace Huertas de Los Horneros. Es el primer Housing, con casas independientes, diseñado por el Estudio Gómez Platero. Son 189 casas de 125 m2 en terrenos de 500 m2. Las ventas comenzaron en diciembre y un año después supera los US$ 35 millones de preventa.
·2021
En febrero comenzaron las obras de la primera y segunda etapa de Huertas de Los Horneros.
·2022
Al crecimiento de Huertas y de Los Olivos, se suma Cala del Yacht con sus cinco torres residenciales, un edificio de oficinas y un strip mall.
·2023
Inicia la comercialización online de ropa y accesorios de lana merino bajo la marca “Madiba” con un perfil exportador. Cierra un acuerdo estratégico para atender el mercado de los Estados Unidos.
·2024
Comenzará a operar en Pilar, provincia de Buenos Aires (Argentina). También iniciará obras en varios proyectos de Uruguay.