En 2024 los bancos en Uruguay cerraron con una rentabilidad excepcional por segundo año consecutivo, al tiempo que desarrollaron una reestructuración voluntaria para deudores que llevó a que 204.326 personas refinanciaran o cancelaran su endeudamiento. Para este año deberán enfrentar un plebiscito sobre deudas impulsado por Cabildo Abierto. Sobre estos y otros aspectos como la situación de la Caja Bancaria, el conflicto con AEBU, la economía uruguaya, el nuevo gobierno de Yamandú Orsi, la nueva realidad del sector y más, habló en entrevista con El País el gerente general de Banco Santander y presidente de la Asociación de Bancos Privados (ABPU), Gustavo Trelles.
Trelles, de 52 años de edad, es el country head del grupo español Santander (que además del banco tiene en Uruguay a las firmas Creditel, Crédito de la Casa y Getnet, entre otras) desde 2019. Lleva más de 30 años en el banco al que ingresó como cajero. El ejecutivo está casado, tiene tres hijos y es hincha de Danubio.
-¿Cómo evalúa la reestructuración voluntaria de deudas que lanzaron bancos y administradoras de crédito y que algunos incluso pedían que se extendiera?
-Creo que tuvo mucho más éxito de lo que al principio nos habíamos imaginado. Después que entrás en la rosca, como que querés que haya más gente, buscas que sea mucho más exitoso, pero originalmente de verdad no pensábamos que íbamos a llegar a más de 200.000 personas beneficiadas con una reestructura o una cancelación de deuda. Así que estábamos súper contentos con los resultados. Era el momento para hacerlo, post-covid, empezando a darle una señal al mercado de que el sistema financiero general, no solo los bancos, porque estaban las administradoras de crédito también, estábamos todos alineados en que la gente que tuvo una situación particular por el covid-19 y que lo puede haber complicado, como mucha gente que tuvo problemas en sus ingresos, tuviera también una oportunidad para ponerse al día con condiciones que fueron excepcionales, sólo considerando el capital, considerando los pagos que se habían hecho 100% a capital y nada de los pagos a intereses, y con esa excepcionalidad que es única. Habría que estudiar un poquito más los últimos 30 o 40 años, pero para mí es el primer plan de reestructura voluntario que hubo, donde la iniciativa la tuvo el sistema financiero, los acreedores, y no fue una iniciativa parlamentaria, o del regulador. Fue algo positivo, único, histórico, que quizás hoy no lo dimensionemos, pero que con el correr del tiempo, quienes estuvimos en la generación de todo este plan, estamos súper contentos y orgullosos de que haya salido y que haya habido más de 200.000 uruguayos que se beneficiaran del plan.
-¿Creen que eso puede calmar un poco las aguas de cara a lo que es el plebiscito que está planteado por parte de Cabildo Abierto y que se prevé en mayo?
-No se hizo con esa finalidad. De hecho, las condiciones del plan de reestructura eran mucho mejores condiciones que las que se hablaban en el marco del plebiscito. Que saldrá o no saldrá, y si sale será una regulación más a cumplir. Pero que en definitiva no fue el espíritu. El espíritu era que veníamos de saliendo de una pandemia mundial única y que de alguna forma era el hecho justificador de un plan de reestructuras como el que se presentó. Pero, en definitiva, si el plebiscito sale será otra circunstancia. Nosotros creemos que mucha de la gente a la que se hace referencia con el plebiscito ya tuvo este plan y pudo haberse acogido, entre otras cosas porque la propuesta hacia los deudores era mucho más beneficiosa que lo que se está planificando con el plebiscito.
-El plebiscito también prevé cambios en la regulación de los topes de usura, ¿cómo lo ven en cuanto al impacto que puede tener en el crédito?
-Esto ya lo hemos hablado con el regulador, con algunos legisladores, les decimos que se interesaran en saber cómo se calculan las tasas, por ejemplo, las máximas. No quiero entrar en una discusión si sí o si no. Los bancos hemos cumplido el 100% de las normas que el país ha definido, regulatorias, legales, y así va a ser en el futuro. Y será la regla de juegos con la que nos toque jugar, y eso tendrá las consecuencias que tenga, porque en definitiva a los bancos nadie nos puede obligar a prestar o no prestar, sí nos obligan a una tasa máxima, pero en definitiva seremos nosotros los que definamos con esa tasa a quien le podemos prestar y a quien no le podemos prestar. Pero no quiero entrar en una discusión de tasas porque si no sería hacer como una defensa de la normativa actual, la norma actual tampoco la pusimos los bancos y la que venga se verá y se trabajará con esa norma. Sí consideramos que cambian de alguna forma las reglas del juego y los bancos tendremos que adaptarnos, pero sin dramatizar a lo que sea que se resuelva tanto a nivel legislativo como en el marco del plebiscito respecto a la tasa máxima. Y esas serán las condiciones y con esas condiciones trabajaremos.
-El 2024 fue otro buen año para los bancos. ¿Es algo que ya es la nueva normalidad o justo el 2023 y el 2024 fueron años muy excepcionales?
-Los bancos vamos a tener dos excelentes años, pero están muy vinculados a las circunstancias de las tasas internacionales. La banca uruguaya, y esto lo he explicado muchas veces, tiene una altísima liquidez. Es uno de los sistemas más solventes y más líquidos del mundo. Y justamente el contexto de tasas internacionales tan altas como los que hemos tenido los últimos dos o tres años hace que esa liquidez tenga un retorno mucho más atractivo del que tenía, por ejemplo, hace cuatro o cinco años. Eso es lo que ha generado un salto en los ingresos y en la rentabilidad de los bancos, que en la medida que esas tasas internacionales se mantengan a estos niveles, va a hacer que los bancos tengan retornos o rentabilidades como los que estamos viendo. Si esas tasas internacionales, como se dice hoy, empiezan a tener un proceso de bajada, la rentabilidad de los bancos va a ir bajando porque este salto en los números se produjo por el retorno de liquidez y si mañana las tasas van bajando, irá bajando ese rendimiento de las colocaciones de bancos que tenemos. Tan natural como la subida será la bajada y eso, como juega en mi favor o en mi contra, son sólo datos de la realidad del devengamiento de esta gran liquidez que tiene el sistema financiero uruguayo.
-Pese a esa gran liquidez del sistema financiero uruguayo, el crédito no termina de despegar, o es bajo en relación a lo que es el tamaño de la economía uruguaya. ¿Qué falta para que se de ese despegue?
-Nosotros consideramos que hoy la propuesta de crédito, la accesibilidad a un crédito, la demanda de información para acceder a un crédito en Uruguay es similar a la del primer mundo. Hoy acceder a un crédito en Uruguay es muy sencillo, muy fácil, muy inmediato, pero lo que falta es una avidez del mercado en esa demanda de crédito. Seguimos con el crédito sobre el Producto Interno Bruto (PIB) es de un 25% o 26%, es uno de los más bajos de Latinoamérica y del mundo. Entonces hay una gran liquidez, o sea que dinero para prestar hay. Hay una gran avidez de los bancos por prestar plata y por crecer. Lo que nos falta es una demanda, que parte será por menor inversión de las empresas, por menor aversión al crédito o al riesgo de las personas, que en Uruguay siempre hablamos que son muy cuidadosas, la idiosincrasia esa uruguaya de no endeudarse. Pero, hay un proceso que es lento, cuando vos mirás el crecimiento de crédito en 2024 es bastante bajo, en definitiva, ya sin el salto de crecimiento que hubo en los años 2021, 2022, 2023. Esa es la realidad de Uruguay, un sistema muy líquido, que los créditos sobre los depósitos rondan el 55%, 50%, 60%, que es lo que a su vez hace que tengamos un sistema líquido.
-¿Hay una apuesta de créditos a proyectos de más largo plazo, innovadores? En el caso de Santander se vio con el proyecto Kahirós de hidrógeno verde.
-Hay una apuesta porque el mundo va hacia una dinámica de ese estilo, sostenibilidad, green finance. Hay un mundo que todavía a Uruguay creo que le falta un poco para que se instale acá, pero que en definitiva Santander por lo menos quiere estar ahí, quiere aprender. Este proyecto de hidrogeno verde, tan particular en el que nosotros estamos, nos demandó tres años porque el mundo no sabe de hidrógeno verde. Nosotros pensamos que Europa tenía un avance mucho mayor y cuando fuimos a Europa empezaron a aprender con nosotros y a entender y obviamente que hay especialistas, el banco ha incorporado especialistas a la plantilla para hablar un idioma al que no estamos acostumbrados, pero también es cierto que es incipiente, que es lento. Este proyecto de hidrógeno verde que nosotros lanzamos en Uruguay es uno de los primeros proyectos de hidrógeno verde de Santander en el mundo. Y Santander está en Estados Unidos, en México, en Inglaterra, propiamente en España, o sea, en países que uno dice, esto ya tiene que tener un track record mucho mejor y sin embargo es en el mundo que esto es incipiente. Creo que fue mucho más trascendente el proyecto que nosotros lanzamos que lo que pensamos hoy, porque cuando fuimos al mundo desarrollado que se supone que tiene que saber todo esto, ese mundo está estudiando, entendiendo, haciendo pilotos y experiencia en un tema en el que en Uruguay nosotros ya pudimos lanzar nuestro primer proyecto que es una realidad, porque ya se están importando todos los insumos para poder empezar a armar esa planta de hidrógeno verde. Es una apuesta que Uruguay debería hacer de cara al futuro por esto que mencionaba. Este gobierno, creo que fue un gran respaldo. Claramente esto es un proyecto que al inicio tienen que tener algún tipo de subsidio porque si no, no son viables acá en Uruguay y en el mundo también.
Hay una anécdota, estamos trayendo a Uruguay ocho camiones que van a funcionar a hidrógeno verde. ocho camiones, o sea, tampoco es que estemos pidiendo 80 o 100 camiones, ocho. Poder asignar desde la fábrica esos ocho camiones, fuimos a la marca más avanzada en camiones de carga que funcionan a hidrógeno verde y obviamente se comprometieron y ahí están, pero no es que hay un mundo de “tranquilo que conseguimos 80 camiones y el año que viene están acá en Uruguay”. No, no es así. Y eso fue lo importante, conjugamos todo eso y pudimos armarlo. Con apoyo de todo el contexto regulatorio, legal, fiscal, con apoyo de la parte de proveeduría, estuvimos trabajando tres años. ¿Sabés lo que es tres años? Es como decir: “¿No estás perdiendo el tiempo?” No, es que no logro que todo se conjugue. Creo que va a ser un gran orgullo que sea el primer proyecto de generación de hidrógeno verde y tener ocho camiones de carga de transporte forestal que van a estar transitando la ruta del Uruguay con un marco de energía sostenible y de primer nivel mundial.
-¿Fue el gran hito en 2024 para el banco?
-Creo que es uno de los grandes hitos, por lo menos de Santander, en los últimos 20 años. Porque hasta que nos metimos en esto, todo el mundo hablaba de proyectos de miles de millones de dólares y está de moda leerlo. Ahora, cuando querés concretarlo te das cuenta qué difícil es esto. Cuánto hay que desarrollar, cuánto hay que investigar, cuánto falta para que esto realmente sea un tema mucho más generalizado. Vas aprendiendo de todo este tema con muchas consultas y preguntas que no sabés que te las van a hacer y que vos tenés que darte vuelta y contestarlas conjuntamente con la gente del proyecto, fue un trabajo muy importante que creo que va a quedar para la historia, es el primero en Uruguay que se va a concretar, que ya está en ejecución. Es como cuando hablamos del barco de Buquebus eléctrico, para nosotros es una financiación más, que obviamente estamos súper satisfechos porque es un barco eléctrico, pero es el catamarán más grande del mundo de transporte de pasajeros eléctrico que va a haber. Nosotros somos chicos en el mundo, y tener el barco más grande de transporte de pasajeros eléctrico del mundo que va a estar en Uruguay en octubre de 2025. Estas son las cosas que te dan un orgullo impresionante, porque el que va a ser el primero del mundo no nos lo quita nadie. Si Santander quiere estar en este segmento de proyectos sostenibles, amigables con el medio ambiente, de descarbonización de toda la parte de transporte, esto es la realidad. El barco de Buquebus cuesta US$ 167 millones y eso es plata en Japón, en Turquía y en Alemania.
-En 2024 tuvieron un conflicto bastante importante con AEBU, que finalmente se solucionó. ¿Cómo quedó la relación con el sindicato?
-Es importante entender qué es lo que define cada parte y aceptarlo y respetarlo. Podemos no estar de acuerdo, pero, tengo que ser respetuoso de lo que tú opinas y yo opino lo mío y vos tenés que respetar lo mío y confluir a justamente acordar que es lo que a veces es más fácil y a veces tiene un proceso un poco más largo, más conflictivo. Hace seis años y medio que estoy (como gerente general y) nunca habíamos tenido un conflicto Santander-AEBU, este fue el primero. Ojalá no lo hubiéramos tenido, pero, en definitiva, hubo que pasar por ese conflicto para poder llegar a un acuerdo, que ambas partes avalamos, ni vencidos ni vencedores. Creo que ese proceso desgasta, duele, muchas veces se personifica y de alguna forma lo sufrimos porque somos personas, porque tenemos familia, tenemos amigos, pero bueno, creo que son las reglas. Nosotros estamos contentos de que hicimos lo que teníamos que hacer en el momento y que estamos pensando en el futuro y ellos también te argumentarán a favor de lo que ellos hicieron y defienden. Pero, a veces, todo el mundo habla de hacer las cosas que corresponden y a veces es difícil hacer las cosas que corresponden. Muchas veces es mucho más fácil decir: “esto lo arregla el próximo”. Porque fíjate, si estamos hablando que vamos a tener un año espectacular, venimos de dos años espectaculares, esos dos años espectaculares fueron con condiciones que ya estaban acordadas en relaciones laborales. Yo podría haber dicho: “que lo arregle el próximo dentro de tres años”. Pero, había cosas que había que arreglar, que modernizar, que había que adecuar, muchos temas que traen 30, 40, años que no son de la banca de hoy y que entendimos que era el momento con el equipo de decir “tenemos que encararlo”. Lo lindo de esto, la paz interior personal y profesional es que no lo hicimos en un contexto de crisis o negativo. Lo hicimos porque había razón y eso es lo que nos convenció y estábamos dispuestos a defender nuestra convicción argumentando, que no quiere decir que yo te argumento y vos lo aceptes, pero sí nosotros argumentando y siendo lo más profesional posible en un contexto positivo. Nosotros estamos contentos y ellos estarán contentos también y creo que esto es normal, pero son procesos duros.
-¿Sentía un poco la responsabilidad por ejercer la presidencia de la ABPU, como de liderar ese camino?
-Sí, sí porque creo que esto que te estoy diciendo es un es una opinión de todos los gerentes de los bancos privados, de que había llegado el momento de adecuar y modernizar las relaciones laborales del sistema financiero. No es para entrar en el fondo del tema, pero hay un 50% menos de funcionarios de la banca privada en los últimos 25 años en el país. Uno tiene que entender que eso ni lo inventaste vos, ni lo hice yo, hay un contexto que es otra realidad. Hay un mundo financiero que se digitaliza, se automatiza. Entonces, los hábitos de consumo, los canales de atención han variado enormemente y tenés que ir adaptándote en todo esto que estamos hablando, pero también en el marco y el contexto de las relaciones laborales y eso tienes que hacerlo convenciéndote de que la cosa cambió y que es normal. Vos trabajas en El País, ¿se venden los mismos diarios físicos hoy que hace 20 años? ¿Es culpa tuya? No, es del mercado, los lectores ya lo ven en el celular. ¿Eso pasa en el mundo o solo pasa en Uruguay? Pasa en el mundo, esto pasa en el sistema financiero en el mundo donde los clientes ya van mucho menos a sucursales, te exigen mucho más tener sencillez, digitalización, automatización, entonces uno va cambiando y adaptándose al mundo y a las circunstancias actuales de tu negocio. Y eso es lo que queríamos, vamos a sentarnos y actualizar un poco esto. La contraparte también tiene que cuidar los intereses que entiende que son defendibles por ellos y que nadie tiene más razón que el otro. Tampoco tenés más razón porque grites o porque hagas un paro o pongas bombos en la puerta de una empresa. Tenés tus argumentos, ¿son válidos? Tan válidos como los de cualquiera. Entonces a nivel de bancos entendimos que era el momento, los bancos tenemos una misma línea capaz que, no pasaba esto entre los bancos hace 10 años. Ahora los bancos nos hablamos, compartimos las cosas, acordamos y actuamos mucho más en acuerdo y en bloque de lo que actuábamos hace 10 años como una ABPU, tan natural como AEBU, no pasa nada. Ahí fuimos y nosotros acordamos y atrás nuestro ya salió el acuerdo del BBVA y hay un par de bancos más que están próximos a acordar o ya acordaron. Desde la presidencia de ABPU lo que intenté es que hubiera argumentos, racionalidad, darle naturalidad a esta negociación, que no tiene nada más que eso, que cada uno defiende sus intereses y que hay un día después. Eso es lo importante, nosotros siempre decimos “ojo con lo que se dice, ojo con las acciones”, porque hay un día después y vamos a acordar un día, y al día siguiente nos vamos a ver la cara. Nos preocupa mucho lo interno, que no haya rispideces, que esto sea natural. Vos tenés un apartamento para alquilar y yo lo voy a alquilar, vos que querés, ¿alquilarlo caro o barato? Caro, yo lo quiero alquilar más barato. Ahora, ¿está mal? Vamos a negociar, capaz que nos ponemos de acuerdo, capaz que no, pero yo no tengo por qué cambiar tu interés, que sos el dueño de un apartamento, que querés que te paguen más, y yo que quiero alquilar, quiero pagar menos. En ese humilde ejemplo es natural, no pasa nada, ¿lo odio a Fabián? No, mañana nos vamos a poner de acuerdo y nos pusimos a acuerdo y para adelante y tratando de entender la contraparte. Estamos convencidos que esto no es personal y hay un mañana donde todos los compañeros estamos justos y tenemos que tirar para adelante y por suerte creo que eso la gente en el Santander lo tiene claro.
-En la Caja Bancaria, ¿les preocupa la situación después de la reforma?
-Sí, Caja Bancaria nos preocupa, sí. Gracias a Dios, pudimos encontrar una solución al problema que tenía la Caja, que no tenía plata para pagar las jubilaciones. Y encontramos una alternativa, y las nuevas proyecciones son que con esta alternativa tradicional que estamos pagando la banca privada, con el aporte del gobierno y la garantía para la creación de deuda se va a solucionar por unos años. Nosotros consideramos que este sistema la tiene complicada en términos de que hay más pasivos que activos y que en el mundo en el que vamos, por lo mismo que hablamos de la digitalización, parece raro que esa ecuación de más pasivos que activos cambie. Creo que también es un proceso natural, tan natural como si yo te digo ¿vos querés pagar más impuestos? No, no querés pagar más impuestos. Vas a tratar de pagar menos impuestos, ¿no? En ese contexto, hubo negociaciones y lo bueno es que todos nos pusimos de acuerdo y todos aportamos. Obviamente, algunos queremos aportar menos, pero, fue la solución que se encontró, por los próximos siete, ocho años. Habrá que ver dentro de cuatro, cinco años si esos números que se proyectaron se terminan dando. Pero, es parte de toda esta discusión que en el mundo se está dando del tema previsional, en donde hay cosas que son tan indiscutibles como que los diarios no se venden físicamente como se vendían antes. Ahora la gente tiene una expectativa de vida mucho más larga, ese es el mundo, por eso no podemos discutir eso. ¿Vas a discutir si los diarios se venden físicamente o se leen en un celular? Esto es lo mismo. la gente vive más y hay una mejor calidad de vida. Esa dinámica que las cosas van cambiando, personalmente considero absolutamente natural que cada tanto se revise porque el mundo va cambiando. No hay ningún drama, no es contra nadie, es adecuarse a la realidad que estamos viviendo y tomar esta realidad para ver si estás bien posicionado o no respecto a ella. En el tema de la Caja veremos dentro de cinco o seis años si lo que se proyectó -que muchas veces antes lo que se proyectó no se cumplió- ojalá esta vez se cumpla. Creemos que partimos de un partido difícil cuando hay 19.000 pasivos y 17.000 activos. Es complicado, pero, hay argumentación y hay proyecciones que tienen sus fundamentos, por lo cual dentro de esta línea la caja estaría equilibrada y todos tenemos esa expectativa, que más queremos que la caja se equilibre. Así que los bancos vamos a estar apoyando, como apoyamos antes. Cuando la plata se acababa para pagar, nosotros hacíamos los aportes antes, y apoyamos muchas veces para que la Caja pudiera cumplir con sus obligaciones, mientras buscábamos una solución con un aporte fiscal adicional durante ocho o nueve años. Lo que pasa es que los bancos no tenemos lobby, no salimos a decir: “Che, nadie nos agradece porque somos parte fundamental de esta solución”. Ni tampoco lo pretendemos, pero en definitiva sí es bueno que se sepa que los bancos hemos sido parte fundamental de la solución de la Caja.
-¿Y qué planes tiene el banco hacia adelante? Ya han hecho, por ejemplo, una inversión bastante grande en tecnología.
-Creo que el 2025 es nuestro año bisagra en materia de cosechar todo lo que hemos sembrado en tecnología en los últimos tres o cuatro años. Teníamos una gran deuda técnica, que había que modernizar nuestros sistemas, la arquitectura y lo hemos hecho todo, hemos invertido mucho dinero en eso. El problema es que, de cara al mercado, de nuestros clientes, eso no se ve, es el back, pero estamos muy satisfechos y tranquilos con que hemos hecho mucho en eso y hemos mejorado muchísimo. Entendemos que lo que hemos sembrado durante estos últimos años en el 2025 deberíamos empezar a recibirlo y nuestros clientes deberían empezar a ver en los hechos que el banco tiene canales modernos de última generación, con muy buena plataforma, buenos tiempos y ese es uno de los principales focos. Tenemos los elementos para que en 2025 podamos dar al mercado y a nuestros clientes que tanto nos han apoyado y tanto nos han bancado, algunas propuestas de software de primer nivel mundial. Estamos haciendo desarrollos con los equipos corporativos de España, tratando de no inventar la rueda, sino de adaptar la rueda, pero ya con sistemas que están operando en el primer mundo y que queremos traer al país para presentárselos a nuestros clientes y a la sociedad en general. El 2025 es el año en donde empezaremos a cosechar todo lo que hemos invertido y también todo lo que hemos sufrido en estos últimos tres años de inestabilidad y todo eso. Santander logró modernizarse y tiene herramientas tecnológicas de primer mundo y de última generación. Eso lo vamos a lograr porque está en piloto, o sea es una realidad. No es que voy a plantar, no, ya está la planta tan grande y viene todo muy bien y estoy pensando ya más en cosechar que en que siga creciendo.
El segundo tema es que nos desvivimos porque la gente entienda que en Uruguay es fácil sacar un crédito, es fácil bancarizarse, es accesible, que los bancos queremos a clientes grandes, medianos y chicos, por lo menos Santander que es un banco universal, que queremos llegar a todos lados, que es fácil vincularte a un banco hoy en lugares donde el banco no está. No existe más eso de tengo que estar en una sucursal en tal lugar para tener clientes. ¿Cuántas veces vas a una sucursal del banco durante el año? ¿Vas todos los días, vas todas las semanas, vas todos los meses? No vas todos los meses. Entonces, vos perfectamente podés estar en una localidad X en el interior del país y operar con un banco. No hay misterio de eso. Con transferencias instantáneas, automáticas, pagos con QR, línea de crédito. Capaz que un día, una vez, lo negociás y después ya durante todo el año no pisas más el banco. Ya hay una operativa que uno no necesita una sucursal del banco. Pero, “yo deposito dinero en efectivo todo el día”. Bueno, tu operativa puntual puede ser, puede ser que quieras ir con la plata y todos los días depositarlo. Pero, para otras muchas cosas, cada vez más, no necesitas tener un banco físico. No sólo el banco es accesible o puede ser operado como un banco a distancia hoy en Uruguay, sino también que el banco está abierto, al cliente grande, chico, mediano, con comercio, pyme, con un kiosco, con operativa personal y ese es un gran foco que tenemos que seguir promoviendo: la inclusión, tratando de ir a los lugares donde realmente necesitan inclusión. Somos el único banco que, creo, abrió sucursales en los últimos años. ¿Dónde abrimos tres sucursales nosotros? Paso de los Toros, donde nunca habíamos estado, Dolores, donde nunca habíamos estado y Young, donde nunca habíamos estado. Ahora, son sucursales modernas, con poca gente, con el 100% de la operativa, por más que sean chicas. Son agencias móviles, no como la de antes enorme, con 10 personas. Vas a Young y podés hacer depósitos, pedir cheques, pedir línea de crédito, pedir un préstamo hipotecario, pedir crédito en autos a tasa cero, como si estuvieras en cualquier lado. Ahora, si para ir a Young tenía que tener una sucursal como la de antes, nunca hubiera ido, no podía ir porque no tenía la flexibilidad adecuada. Nosotros estamos tratando de ir a esos lugares y podemos ir porque acordamos con el gremio una estructura mucho más flexible, en condiciones económicas más accesibles, porque pudimos con el Banco Central obtener las habilitaciones correspondientes, porque pudimos obtener con el Ministerio de Interior habilitaciones, con un modelo de sucursal muy distinto al de hace 10 o 15 años. Ahora si no hubiera sido posible eso, nosotros no estábamos en Paso de los Toros, ni en Dolores, ni en Young. Y capaz que mañana estamos en otra localidad. Esos son modelos que están en otras partes del mundo, que también fue uno de los argumentos más sólidos. El camión (sucursal) que trajimos primero, lo trajimos de Brasil. ¿Es más inseguro Uruguay o Brasil? Cuando fuimos le dijimos “esto anda en Brasil ¿cómo no va a andar en Uruguay?” Y se resolvió. Entonces, tener sucursales móviles, que en definitiva son modernas, flexibles, son las que te permiten llegar a lugares donde no llegaste antes. Nosotros llegamos con una sucursal pequeña, pero preciosa y accesible con el 100% de operativa.
-Mencionó el tema de los pagos con QR. Se lanzó Toke, ¿se tiene una expectativa de que sea tan disruptivo como lo es Pix en Brasil?
-No, no, de a poco, de a poco. Hacia eso va al mundo y Uruguay a veces está un poco más atrasado, nosotros vamos a tener que adaptarnos y los clientes van a ir adaptando estas modalidades nuevas. Porque uno va a países más desarrollados y estas cosas ya son naturales y nosotros iremos hacia eso, para eso necesitas también una normativa que te acompañe, una sociedad que demande ese tipo de servicios mucho más automatizados, sencillos, digitales. En definitiva, ese es un camino que todos vamos a transitar y que creo que no tiene vuelta atrás.
-¿Cómo está viendo la economía uruguaya y qué puede pasar con un nuevo gobierno?
-A ver, creo que la economía en 2024 va a tener un rebote producto de la sequía (N. de la R: los datos se conocerán recién en marzo), o sea que iba a ser un año de crecimiento y después Uruguay, está con los deberes de siempre, pero también con un posicionamiento internacional excepcional. Viajás a cualquier parte del mundo y es “Uruguay, qué buen país”, “Uruguay, qué bien que hacen las cosas”. Eso es importante porque la solvencia te da mucha tranquilidad respecto de cualquier situación. La economía la vemos con crecimientos un poco más magros en los próximos años, 2%, 2,5% que los economistas dicen que es necesario aumentar. Pero, con una economía saneada, un buen nivel de empleo, un déficit fiscal que ojalá fuera menor, pero en definitiva está estabilizado, con poco margen fiscal -también es cierto-, con una inflación súper baja en relación a lo que nosotros teníamos hace 10 años. En Uruguay era normal una inflación del 8%, 8,5%, hoy ya es una inflación del 5%. algo que ojalá se sostenga en el tiempo. Y respecto del nuevo gobierno, tranquilos. Sinceramente, el grupo tiene una enorme tranquilidad con los cambios de gobierno, sea del partido que sea de Uruguay, por la solvencia institucional, por la solvencia política y social, que ha sido más que demostrada, es su distintivo respecto al resto de América Latina, con mucha más estabilidad, apego a las reglas de juego. El enorme activo intangible que tiene un banco como Santander Uruguay con 44 años en el país, donde ha aprendido que Uruguay es un país estable, con apego a las normas, respetuoso de las reglas de juego, eso lo tiene incorporado, ya no es un tema. Estamos acostumbrados a eso, pero no es lo normal. No es normal eso. Santander, también te lo digo, con 45 años o 47 años en América Latina, tiene ese intangible de que ya conoce lo que es América Latina. Y entonces, tal vez América Latina pasa por periodos estables, por momentos un poco más inestables. Pero después de 45 años aprendés, has pasado por muchas circunstancias complejas. Y eso es un gran activo del grupo, que no se pone nervioso porque conoce lo que es América Latina. Así que, para nosotros es un gobierno más, a quien deseamos la mayor suerte del mundo, por el país y por todos los uruguayos, y no nos representa ningún tipo de alerta o de llamada atención de nada. Ni a nosotros, ni al Grupo Santander, ni al jefe de la región. Uruguay es para todos, un país modelo, un país espectacular, y cuando te hablan de Uruguay te hablan con un cariño, un aprecio, un reconocimiento que es impresionante, que percibís inmediatamente lo bien posicionado que estamos, y eso es importantísimo, eso es importantísimo.
-¿Y cómo ven la designación de Guillermo Tolosa como presidente del Banco Central?
-De vuelta, no tenemos nada que opinar. Es una persona con un currículum espectacular, pero Tolosa o el que sea, en el marco de un gobierno de Uruguay ya te da tranquilidad y después discutiremos las cosas, nos pondremos de acuerdo en algunas cosas, otras nos gustarán más u otras menos. Pero, uno tiene que leer el contexto general como país que es esto que acabo decir: hay un cambio de gobierno en Uruguay y por lo menos el grupo Santander está absolutamente tranquilo que quien sea que vaya a gobernar el país, hay una historia atrás que avala la estabilidad del país, política, social y en definitiva eso tiene mucho más valor que cualquier nombre puntual que se ponga en la designación. Y esto no es ser políticamente correcto, es así, es así, no genera nada. No hay una pregunta. Yo despaché el 10 de diciembre con el Comité de Dirección General del grupo en el mundo, y no hubo ninguna pregunta de este tema político. Y en la presentación estaba: se acaba de terminar un proceso eleccionario de un nuevo gobierno, de centro izquierda, y todo lo que se pueda describir de que hay un cambio de perfil de gobierno. Ni una pregunta. Ni quién va a ser el ministro de Economía, ni cómo vemos no sé qué, ni si hay algún riesgo adicional. ¿Hay alguna calificadora de riesgo, que haya salido a decir “ojo con esto”? No. No hay en el mundo inversor en general algo de “che, estoy preocupado que capaz que gana aquel o no, o estoy preocupado por quién es el ministro o el presidente de la banca central”. Nadie. Eso es Uruguay y es un valor que no nos damos cuenta porque estamos acostumbrados, pero que no es un valor generalizado ni una moneda común en muchos otros países.
-
Trabajo zafral: un fenómeno en crecimiento durante la temporada y que presenta mayores tasas de informalidad
La alianza que selló uno de los jugadores grandes del mercado de valores uruguayo y que pauta la concentración
La suba de precios se ubicó por segundo año dentro de la meta oficial, ¿qué puede esperarse en 2025?