Redacción El País
Luego de 25 años de negociación, el acuerdo comercial amplio entre el Mercosur y la Unión Europea comenzó a cerrarse ayer a nivel técnico en una reunión que mantuvieron en la tarde la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen con el presidente de la República Luis Lacalle Pou (Uruguay ostenta la presidencia pro témpore del bloque). "Von der Leyen vino a Uruguay a dar un cierre al acuerdo técnico", dijo a El País una fuente del gobierno.

De hecho, la presidenta de la Comisión Europea se reunirá este viernes con los presidente del Mercosur en el marco de la cumbre de mandatarios para dar el toque final y previsiblemente, hacer el anuncio, indicaron fuentes del gobierno.

De la reunión entre Lacalle Pou y Von der Leyen también participaron: el ministro de Relaciones Exteriores, Omar Paganini, la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, y el embajador de Uruguay ante la UE, Pablo Sader, mientras que del lado europeo estuvo el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, el embajador de la UE en Uruguay, Paolo Berizzi, el jefe de gabinete, Björn Seibert, y el encargado de Comercio, Tomas Baert.

En 2019, la UE y el Mercosur ya habían anunciado la conclusión del pacto, pero el proceso se estancó sin que fuera ratificado, y las tratativas volvieron a abrirse en medio de tensiones por cuestiones sensibles como la protección del ambiente o las compras gubernamentales.

Foto: Ludovic Marin/AFP.

Según las fuentes consultadas, en la reunión con Lacalle Pou, Von der Leyen agradeció al gobierno uruguayo el impulso que le dio al acuerdo Mercosur-UE durante sus presidencias pro témpore del bloque. De hecho, marcaron que es un logro político de Lacalle Pou y del presidente brasileño, Luiz Inacio Lula Da Silva quien también impulsó el documento en la reciente reunión del G20 en Brasil.

El canciller Paganini dijo tras la reunión entre Von der Leyen y Lacalle Pou que fue "muy positiva", que restan "detalles mínimos" y que se está "en las etapas finales finales" para un texto de consenso técnico que permita lograr el acuerdo amplio de comercio.

"La presencia en el Uruguay de Ursula van der Leyen muestra el éxito de un proceso de negociación y el apoyo en la etapa final de cierre", afirmó el canciller.

Se espera para este viernes dar el puntillazo "final" y "poder dar una buena noticia”, dijo Paganini. "Se han pronunciado todos los países (del Mercosur) a favor del texto para el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la UE, que mañana (por este viernes) se terminará de confirmar con la presencia de los líderes", declaró.

Ignacio Sanchez/Archivo El Pais

Esto, para dejar en claro que no había reticencias de Argentina. El ministro de Economía argentino Luis Caputo había dejado entrever que el gobierno de Javier Milei quería que el Mercosur se manifestara en favor de la flexibilización para que cada país pudiera negociar acuerdos comerciales por su cuenta, a cambio de dar el visto bueno al cierre de la negociación con la UE. Sin embargo, en la reunión de cancilleres esto no fue reafirmado por el canciller argentino Gerardo Werthein, por lo que la posición favorable a cerrar el acuerdo técnico era del Mercosur en pleno, señalaron las fuentes consultadas.

Según Paganini, "el valor que tiene (el acuerdo), no solo del punto de vista económico para los países de ambos lados, sino también el valor político en un momento en el que el mundo se está fragmentando", añadió.

En una línea similar, Von der Leyen escribió en su cuenta de X (antes Twitter): "Aterrizamos en América Latina. La meta del acuerdo UE-Mercosur ya está a la vista. Trabajemos, crucemos la meta. Tenemos la oportunidad de crear un mercado de 700 millones de personas".

"Me alegro de poner un pie en Montevideo, 30 años después de mi predecesor, Jacques Delors. A lo largo de este tiempo, Uruguay siempre ha sido un país amigo, de confianza y con ideas afines", complementó.

Previo a esto, Paganini se había reunido con el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic.

"Con el comisario Sefcovic hicimos un repaso de la situación de la negociación en la Unión Europea y se ha arribado a un texto de común acuerdo", insistió.

Foto: Estefanía Leal

El acuerdo entre el Mercosur y la UE crea un mega mercado de más de 700 millones de consumidores y un Producto Interno Bruto combinado de US$ 21,3 billones. Sería la mayor zona de libre comercio del mundo.

Con este acuerdo “lo primero que tiene Uruguay y todo el Mercosur es que logra eliminar los aranceles en el 70% de los productos exportables”, destacó Paganini.

Entre estos están los aceites para uso industrial (soja, girasol, maíz), algunos tipos de pescados y mariscos, frutas como manzanas, peras, duraznos, cerezas, ciruelas y uvas; legumbres e infusiones (café, mate y té).

En tanto, otros bienes verán esa eliminación de aranceles en un período de cuatro a 10 años después que entre en vigor el pacto. Allí entran langostinos, conservas de pescado, hortalizas, plantas y tubérculos alimenticios, cítricos, harina de maíz y biodiesel.

"Además se disminuyen los aranceles que hoy se pagan -por ejemplo- por la cuota Hilton de la carne y aparece una cuota adicional muy importante, de 99.000 toneladas a repartir entre los países Mercosur", afirmó Paganini.

Asimismo, remarcó que existe la oportunidad de que se radiquen inversiones en los países para producir para la Unión Europea. "Lo más importante en el mundo de hoy, las cadenas de valor que no son nacionales, que son globales, que puedan ir pensando en instalar eslabones productivos en estos países", enfatizó.

Por otro lado, expresó su satisfacción por lograr una de las metas que el gobierno quería para este período: “Abrir el país al mundo. Esto puede dinamizar otros acuerdos que están pendientes, es un logro de la política comercial y exterior del Uruguay".

Europa espera exportar más autos, maquinaria y medicinas al bloque sudamericano, inserto en una región bajo fuerte influencia de China, en tanto el Mercosur espera colocar más alimentos como soja, carne o miel en Europa.

El sector agropecuario europeo rechaza al unísono un acuerdo con el Mercosur por considerar que competirían en inferioridad de condiciones, algo que los gobiernos de Francia e Italia han tomado como bandera.

España, Alemania y la mayoría de los países europeos presionan para cerrar el acuerdo con el Mercosur, a pocos meses de que asuma el republicano Donald Trump en Estados Unidos y disponga, según prometió, un aumento generalizado de aranceles aduaneros.

Pero, Francia sigue tajante en contra del acuerdo. "El proyecto de un acuerdo entre la UE y Mercosur es inaceptable en su estado actual", le dijo el presidente francés Emmanuel Macron a Von der Leyen.

"Continuaremos defendiendo sin descanso nuestra soberanía agrícola", añadió la presidencia francesa en un mensaje publicado en su cuenta de X.

Foto: BENOIT TESSIER/AFP fotos.

Una fuente diplomática francesa subrayó que la jefa de la Comisión Europea "asume una responsabilidad y un riesgo" si concluye en Montevideo las negociaciones.

"El contenido final del acuerdo negociado aún no fue presentado a ningún Estado miembro" de la Unión Europea, agregó esta fuente.

A su vez, el gobierno de Italia entiende que "no se dan las condiciones" para firmar un acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur.

"El gobierno italiano considera que no se dan las condiciones para apoyar el texto actual", afirmaron estas fuentes gubernamentales en Roma, que exigieron una "protección adecuada para el sector agrícola".

De darse por cerrada la etapa negociadora, el texto base para un acuerdo debe pasar por pasos posteriores antes de concretarlo, incluyendo "traducciones" y "aprobación parlamentaria", recordó Paganini.

Precisamente, según informó la agencia AFP, una vez cerrado el texto con el Mercosur, deberá obtener la ratificación de al menos 15 de los 27 países de la UE que representen 65% de la población, y una mayoría en el Parlamento europeo.

Eso está aún lejos en esta etapa. Al rechazo de Francia e Italia, se suma la reticencia de Polonia, Austria y Países Bajos.

En el caso del Mercosur, el proceso es más sencillo ya que el Poder Legislativo de cada país lo aprueba por separado.

(Con información de AFP y EFE)