El odontólogo y presidente en ejercicio de la Caja de Profesionales Universitarios anuncia que se están previendo nuevos cambios en la ley orgánica de la Caja para aumentar su viabilidad a 20 años.
Considera que el gobierno debería aumentar la edad jubilatoria a los 65 años y sostiene que la morosidad es apenas 1% y los problemas se basan en el tamaño de los aportes que se reciben en comparación con las jubilaciones que se pagan.
—¿Cómo cerró el balance de la Caja de Profesionales Universitarios el 2016?
—Es un dato que no tenemos porque el gremio entró en conflicto desde fines del año pasado e implica trabajo a reglamento y un paro continuo en el área contable, lo que nos impidió terminar el balance. Informamos a las autoridades que va a ser imposible entregárselo para la fecha prevista por ley a fin de marzo, con los perjuicios que implica además que estamos haciendo pagos a cuenta en BPS, DGI.
— A noviembre se planteaba que el déficit era millonario.
—Sí, al 31 de noviembre el déficit operativo superaba los $ 600 millones, lo que es mucho más de lo previsto.
—¿Por qué se llega a ese volumen?
—Porque la Caja está pagando jubilaciones de décima categoría (*) y debido a la situación del mercado laboral tenemos una enorme cantidad de profesionales que se detienen en la segunda o tercera categoría de aportación, entonces se da el hecho de que más allá de que tenemos una relación activo/pasivo buena, de cuatro a uno, tenemos casi el 50% de profesionales aportando en categorías bajas, entonces pagamos jubilaciones en promedio $ 55.000 con ingresos que rondan entre $ 7.000 y $ 8.000.
—En junio resolvieron suprimir una serie de compensaciones que recibían unos 15.000 pasivos. ¿Tuvo efecto?
—En el balance de 2016 no porque la mayoría se empiezan a aplicar en 2017. Las proyecciones dan que ayudarían a revertir y tener resultado positivo. Lo que la Caja logró es aumentar su viabilidad de diez a 15 años. Ahora se tomarán nuevas medidas, se va a reformar la ley orgánica, para llevar esa viabilidad a 20 años, que es lo que entendemos deberíamos tener.
—¿Qué otras medidas se estudian?
—Cambiar el tema de la detención en segunda categoría. La Caja antiguamente permitía la detención de los profesionales en cuarta categoría de la carrera, pero en 2004 atendiendo a la crisis cambió y permitió detener la carrera de aportes en segunda categoría y eso está causando un perjuicio enorme a la Caja porque debió de ser acotada en el tiempo. Eso implica que los profesionales van a tener que hacer la carrera hasta por lo menos la cuarta categoría de aportes. Igualmente vamos a dar beneficios en primera y en segunda categoría donde el primer año se pagará menos. Y pensamos dar más flexibilidad para que en determinadas ocasiones, cuando el profesional vea que su circunstancia cambió, pueda bajar de categoría durante un tiempo y volver si así lo desea a la categoría anterior sin perder los derechos. Para esto se requiere un cambio de la ley. En abril vamos a tener un preproyecto y vamos a enviarlo al Ejecutivo. También estamos estudiando cómo se calcula el sueldo básico jubilatorio, pero lo que sí no estamos estudiando es proponer aumentar la edad para jubilación.
—La crisis de la Caja se da en un contexto general de crisis en la seguridad social. ¿Dónde está el punto clave?
—Yo creo que hay un problema demográfico. La expectativa de vida de las personas hace diez años era 70 años y hoy es casi 80, y a veces tenemos mercados laborales restringidos que no permiten que las personas puedan tener un trabajo continuo. En Europa se precisa tener casi 70 años para jubilarse porque no han encontrado otra solución. Si la Caja aumentara la edad de jubilación a 65 años solucionaría sus problemas, pero es una medida muy resistida que en algún momento el gobierno va a tener que tomar. Se estudió la posibilidad y se entendió que en estas circunstancias no era acertado.
—¿Era políticamente impopular?
—Sí. Hoy la Caja está siendo muy resistida. Esta es una reforma importante y quizás tiene contras de profesionales, gobierno y Parlamento y por tanto se pensó que se necesita una pequeña reforma que sea apoyada por la inmensa mayoría.
—Se supo que hay 778 morosos que adeudan una cifra cercana a los US$ 700 millones. ¿Se logró recuperar algo?
—Son deudas que se vienen arrastrando hace 30 años. En el momento que se tuvo que hacer la gestión de cobro no se hizo y es como un monstruo que ha recibido este Directorio. Estos profesionales tienen todos juicios iniciados y embargos que se van renovando cada cinco años y se les ha intentado localizar. 14 fallecieron, otro tanto vive en el exterior, se encontraron 100 a los que se les pudo encontrar el domicilio y se intentó entrar en contacto con ellos, pero hay más de 500 que no tenemos ningún dato de su existencia. De los $ 21.000 millones de deuda casi $ 20.000 millones son de multas y recargos. Si esa gente hubiera aportado, la situación de la Caja no hubiera cambiado, solo tendríamos 700 profesionales más que aportarían. Se dice que la Caja tiene una mala gestión como la responsable de la situación, cuando se debe al mercado.
—¿En qué sentido?
—El ámbito profesional ha cambiado muchísimo. Hay una tendencia de los profesionales a la declaración de no ejercicio y los trabajos en dependencia se han ido acentuando en los últimos 15 años. También hoy hay muchas más mujeres que hombres como profesionales y, por las estadísticas que tenemos, las mujeres se jubilan antes y tienden a tener un empleo en relación de dependencia. Hoy de los afiliados que aportan solo el 20% haría exclusivamente ejercicio liberal. El resto hace una combinación de ejercicio liberal y relación de dependencia, y cerca del 40% de los profesionales que aportan lo hacen de forma voluntaria.
—¿La evasión no pesa?
—Sin duda que hay evasión, pero hay quienes sostienen que es enorme y tenemos datos de que ronda el 1%. Firmamos un acuerdo de cruzamiento de datos con la Suprema Corte de Justicia y estamos en proceso con BPS. Cruzamos más de 60.000 datos y se encontraron que podía haber 1.800 en evasión. Se estudiaron los expedientes, se depuraron y estaríamos alrededor de 800 profesionales que estarían en declaración jurada de no ejercicio que se presume están evadiendo.
—La fiscalización de la Caja motivó una serie de críticas sobre que un profesional que esté buscando un trabajo tenga que aportar de todos modos y se planteó que desalienta la titulación. ¿Cómo lo ve?
—Ahora hay muchas licenciaturas que de repente no necesitan el título para ejercer, pero el 95% de los profesionales de la Caja necesitan tener el título. También hay mucha gente que no se recibe para no pagar el Fondo de Solidaridad y creo que pasa más por ese lado de evitar el pago del Fondo que el de la Caja. El que no se quiere recibir que no se reciba.
—También surgió la polémica por tener que aportar por fictos y no el salario real. ¿Está en los planes reverlo?
—En el corto y mediano plazo no. Se estudió pero es una solución muy costosa y de resultados inciertos porque no existen métodos que permitan a la Caja controlar lo que efectivamente cada uno gana.
—En paralelo a la quita de beneficios para pasivos, el Directorio tuvo una criticada suba de sueldos. Semanas atrás dentro del Directorio se planteó votar una baja de 30% del salario en vista del déficit, pero se rechazó.
—El Directorio 90 días antes de las elecciones tiene que decidir cuál va a ser el salario de los próximos directores. La posición, por lo general, es de continuidad. El Directorio entendió que no se debería reducir el salario de los próximos directores porque no nos parecía castigar a los próximos por decisiones que había tomado este Directorio. Después hubo propuestas de que los directores nos elimináramos los aumentos legales, y ahí surgieron los argumentos legales.
—El salario más criticado ha sido el del gerente general. Según los datos de la web de mediados de 2015 era de $ 270.000 en la mano. ¿Cómo lo justifican?
—La Caja debe tomar todas las medidas que haya para tener una persona que pueda responder a las necesidades. En el mercado laboral eso cuesta cuando no tenemos muchas personas con capacidades como para dirigir instituciones como esta, cuando no están en el ámbito privado donde los salarios son muchísimo mayores. Pero fundamentalmente la pirámide salarial de la Caja es muy alta. El funcionario que ingresa lo hace ganando más de $ 70.000 nominales en el escalafón más bajo. En lo personal no me es grato que los gremios cuestionen lo que ganan otros trabajadores cuando lo que deben hacer es defender el salario.
—Según las actas de Directorio usted planteó incluso que "los salarios son bajos para la responsabilidad y dedicación del Directorio".
—Están en unos $ 100.000 nominales y no se acompasan con dirigir un instituto. Hay gente que dice que nos reunimos dos veces por semana y no es así. Después, existe un montón de comisiones, reuniones con organismos. Y nosotros lo que hacemos es ejercicio liberal, entonces para estar en la Caja hay que disminuir eso. Tampoco se solucionan los problemas bajando salarios. Si nosotros apagamos la luz de la Caja y empezamos a pagar las jubilaciones online sin ningún funcionario, el déficit no se achica ni aumenta la viabilidad de la Caja porque los gastos administrativos son un 3%. El punto es que la Caja paga cerca de US$ 25 millones todos los meses de pasividades.
(*) Dentro de la Caja los Profesionales hay una carrera de 10 categorías, cada una asociada a un monto ficto. Cada tres años se va subiendo de categoría, lo que define un mayor aporte. El cobro de jubilación y subsidios se calcula en base al promedio de los fictos, por lo que a mayor categoría mayor es lo cobrado.
"PÉGUELE AL DIRECTORIO QUE ES FÁCIL Y DA RÉDITO"
El 14 de junio se harán las elecciones de la Caja de Profesionales. ¿Piensa presentarse?
—No, por ahora no está definido nada. Cuando esté el reglamento se empezará la conformación de las listas.
—¿Espera que las urnas reflejen las molestias planteadas por las reformas aplicadas ante el déficit?
—Apelo a la sensatez de los profesionales. Si hay alguna lista que dice que va a venir al Directorio y va a retirar las resoluciones del 22 de junio y va a volver a instaurar las prestaciones, que se olviden. Eso es imposible porque los números de la Caja no dan. El que diga eso es bien una propaganda electoralista, porque es imposible, después que uno está sentado acá y ve y analiza los números, que esas decisiones se puedan revertir. También se van a dar cuenta que la Caja no está mal gestionada sino que está muy bien gestionada, que ha iniciado muchos mecanismos de control y ha variado su sistema informático y otras cosas. Ha surgido un movimiento de péguele al directorio que es fácil y da rédito. Hay gente que habla de malversación de fondos y que iban a presentar una denuncia penal que nunca presentaron y ojalá la presenten si tienen pruebas, porque nosotros vamos a apoyarla. Hay quienes dicen que a partir de que ellos estén van a empezar a comunicar los balances reales de la Caja, como que los balances que están en la página web fueran ficticios. Los balances de la Caja están auditados internamente y externamente. Se dicen muchas cosas, pero ninguna va con la realidad. Esperemos entonces que los profesionales apelen a su sensatez y apuesten a una Caja que les garantice la jubilación durante toda su etapa pasiva.
LA ENTREVISTA DEL DOMINGO - ÁLVARO RODALUCÍA BALDOMIR