La embajadora británica Faye O´Connor, quien llegó a Uruguay en 2020, está a punto de culminar su misión en este país.

El próximo 28 de julio retornará a Reino Unido, donde asumirá un nuevo cargo en el Ministerio de Relaciones Exteriores en Londres.

O´Connor se unió al servicio diplomático británico en 2001 y ocupó varias posiciones en la Cancillería de Londres, México, Moscú y Nueva York.

En Uruguay, será sustituida por el diplomático Malcolm Green, con larga experiencia en asuntos multilaterales, a partir de agosto.

Aquí un extracto de lo conversado con O´Connor.

¿Con qué se va y qué deja?
Estamos haciendo un balance y la verdad es que estoy muy orgullosa de lo que hemos logrado en estos cuatro años. Con el covid-19, estuvo la mayor parte del primer año de mi gestión afectada. Así que el balance es de algo más de tres años. Hemos tenido logros en las áreas de cambio climático, colaboración internacional y comercio. Para mí, el comercio ha sido la más importante de las tres áreas y quizás la menos conocida. En 2021 lanzamos una Comisión mixta de Comercio y hemos tenido dos reuniones iniciales, una aquí en Uruguay y otra en Reino Unido, en las que hemos firmado acuerdos en salud, propiedad intelectual y audiovisuales. Todos ellos prometen ser muy fructíferos. Por ejemplo, las personas del sector audiovisual de Uruguay van a ir al London Film Festival en octubre. Trajimos unos productores de Reino Unido en el pasado enero y la idea es que hagamos coproducciones.

¿Qué acuerdo firmaron para las coproducciones audiovisuales?
Se firmó un acuerdo de entendimiento entre ACAU (Agencia de Cine y Audiovisual) y el British Film Institute (BFI), y es el primero de este estilo del BFI en el mundo. De esa manera estamos buscando ideas innovadores de aumentar la colaboración en muchos temas.

Foto: Archivo El País

¿Qué nos puede decir sobre el comercio bilateral?
En estos cuatro años de gestión, el comercio bilateral ha aumentado más del 80% y llegó a los US$ 500 millones. Hubo un incremento de las exportaciones de Uruguay a Reino Unido de colza y soja, pero es muy notorio el alza del comercio bilateral de servicios, que ahora es el 23% del total. Específicamente, las importaciones de servicios de Uruguay desde el Reino Unido han aumentado siete veces, en los más diversos rubros. Y el flujo de servicios de Uruguay a mi país se ha triplicado, sobre todo en IT (tecnologías de la información). Eso muestra hacia dónde iremos a futuro.

También hay empresas británicas que llegaron a Uruguay últimamente, ¿cuáles destacaría?
En el sector de la arquitectura tenemos a Foster and Partners, en proyectos en infraestructura Turner and Townsend, en asesoramiento en gestión de riesgos en el sector financiero está Rhisco, en asesoramiento en recursos humanos vino AON, en analítica de datos está Rhisco, en consultoría en marketing y experiencia de clientes está The Shopper Agency, y en consultoría en rendimiento empresarial, Amosca. Todas estas empresas británicas ahora tienen presencia en Uruguay. Y entre las empresas uruguayas que ya tienen presencia en Reino Unido están Dynamo (soluciones en software), RUA Group (inversiones de capital) y Biominds Lab (investigación en biotecnología y biomedicina). Se mantienen muy activas.

¿A qué se debe este movimiento empresarial?
Desde el año 2020, hemos tenido cuatro misiones comerciales de empresarios uruguayos a Reino Unido y seis de británicos para aquí. Parte de nuestra estrategia ha sido fomentar las relaciones de los dos lados. La plataforma de Expo Prado también ha sido muy importante para mostrar la oferta británica en agrotecnología.

¿Son atractivos para las empresas británicas los estímulos fiscales o económicos a la inversión extranjera que ha definido el gobierno uruguayo?
Sí, yo pienso que sí, aunque hay dos cosas que son aún más atractivas para las empresas británicas: el desarrollo sustentable y la posición de Uruguay en su liderazgo de la segunda transición energética. Tenemos dos fondos británicos, que son Cúbico y Atlántica Sustainable Investments, que han invertido y adquirido parques eólicos y solares en Uruguay. Cúbico se ha convertido en la segunda mayor productora de electricidad renovable, después de UTE, en este país. Y Atlántica Sustainable Investments es la primera empresa en el sector de la energía renovable que tiene un acuerdo de venta de energía a una empresa privada (a Coca-Cola). Eso se logró por la liberación del mercado aquí, que aumentó la competencia y ha sido muy bueno para todos. Esa es una atracción fundamental para nosotros y lo seguirá siendo con el hidrógeno verde. Tenemos una empresa británica, Johnson Matthey (JM), involucrada en el proyecto de la chilena HIF en Paysandú, que trabaja con su tecnología en la descarbonización de metano. JM ya es parte del consorcio de HIF, bajo su paraguas. Y otro aspecto que atrae mucho es la posición de Uruguay como país estable, confiable y democrático, con acceso a los mercados del Mercosur.

¿Qué empresas de origen británico están ingresando a los mercados del Mercosur desde Uruguay?
Sobre todo las farmacéuticas. En 2016, AstraZeneca anunció que iba a establecer un hub logístico en Uruguay, para traer sus productos y venderlos a los países del Mercosur. Lo hizo, ese hub sigue creciendo y en 2023 movió unos US$ 100 millones desde Uruguay a esos países. Gracias a ese éxito, decidimos ayudar a la compañía de biofarma GSK, que en 2022 también anunció que iban a desarrollar un hub logístico en Uruguay y ya está funcionando. Todo eso se movió durante el viaje del presidente Luis Lacalle Pou al Reino Unido, en mayo 2022. Durante su primer año, en 2023, GSK movió US$ 28 millones en el Mercosur. Tanto AstraZeneca como GSK quieren hacer más investigación en Uruguay. Y nuestra esperanza es que, con la adhesión de Uruguay al PCT (Tratado de Cooperación en materia de Patentes), se abran más las puertas a esas iniciativas.

Pero la adhesión de Uruguay al PCT este año ha sido con reserva del Capítulo II del Tratado. ¿Igual lo ponderan positivamente las empresas de investigación británicas con esa limitante?
Siguen esperando esa parte, pero Uruguay ha dado un muy buen paso y también se tiene en cuenta la voluntad de este país para completar todo el proceso y que va hacia eso.

¿Siente que es una asignatura pendiente el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Uruguay y Reino Unido, que no se ha podido firmar?
Debemos hacerlo. En mi país tenemos nuevo gobierno, fue un cambio muy grande, porque el gobierno anterior, conservador, lo hemos tenido por 14 años. Yo he trabajado en Cancillería por 23 años y, en esta carrera larga, solo es la segunda vez que hemos tenido una transición tan grande. El nuevo gobierno (laborista) ha dicho que quiere reenfocarse en su relación con Europa y con países en vías de desarrollo, y tomar más liderazgo en desarrollo sustentable y cambio climático. También ha dicho que tendrá un gran enfoque en la seguridad y en la prosperidad, lo que significa más comercio internacional. El interés por los proyectos sustentables y el desarrollo del comercio, que compartimos con Uruguay, no va a cambiar. Va a aumentar.

Reino Unido apoyó a Uruguay en algunas iniciativas vinculadas a la sustentabilidad, ¿en qué temas participaron más en este período?
Pudimos apoyar un poco a la ministra de Economía y Finanzas (Azucena Arbeleche), en la emisión del bono indexado a logros sustentables. Apoyamos con consejos antes de la emisión del bono, y también para emitirlo en la Bolsa de Valores de Londres. Para mí, esa herramienta está totalmente a la vanguardia en cuanto a los objetivos de cambio climático y como manera de premiar el cumplimiento de metas ambientales. Es muy exitoso. Arbeleche logró que Uruguay recibiera el primer préstamo por parte del Banco Mundial con condiciones vinculadas a las metas verdes y eso puede cambiar completamente el juego.

Durante su gestión, Reino Unido estuvo involucrado en algunos planes de UTE, ¿qué hicieron en concreto?
La colaboración con UTE ha sido muy fuerte en la electrificación del transporte. Estuvimos mano a mano con ellos, asesorando sobre el establecimiento de una red de cargadores eléctricos que funcione. También hemos promovido mucho los temas de hidrógeno verde, un sector que, al igual que servicios, puedo ver creciendo mucho.

¿Qué han hecho en Uruguay en materia de seguridad?
Uruguay es estable, pero hay mucho para hacer en prevención. En estos días llegó a este país nuestro nuevo Agregado de Defensa, que estará dedicado solamente a Uruguay. En el pasado, ese cargo estaba ubicado en Buenos Aires y cumplía funciones para Argentina, Paraguay y Uruguay. Ahora será solo para Uruguay. Hemos hecho con este país colaboraciones en materia de seguridad, en particular con un proyecto de "identificación de riesgos en ciberseguridad y cómo mitigarlos" que desarrollan actores uruguayos y les ofrecemos consultoría. Están involucradas las Fuerzas Armadas, el BCU, Aduanas y otros actores.

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¿El proyecto abarca riesgos vinculados al narcotráfico?
En marzo de este año estuvimos trabajando en un proyecto con las Fuerzas Aéreas, Policía, Ministerio de Defensa y el Ministerio del Interior sobre el manejo de la frontera norte de Uruguay, que involucra tecnología británica para mapeos e imágenes satelitales. La idea es crear un algoritmo que pueda, a partir de las imágenes, identificar debilidades de la frontera, incluyendo lugares de aterrizaje de aviones pequeños ilegales. Esto se podrá hacer no solo en las frontera terrestre sino en el mar. Será un algoritmo específico para Uruguay, que se va a culminar en el próximo octubre.

Reino Unido está impulsando la explotación de unos 500 millones de barriles de petróleo en aguas del Atlántico Sur, según anunció. ¿Cómo avanza en ese proyecto?
Las Falklands son un territorio de ultramar del Reino Unido, pero también tienen mucha autonomía. Tienen su propio parlamento y económicamente son cien por ciento independientes y toman sus propias decisiones.

Pero en este caso, Reino Unido ya habría recibido la aprobación de la isla para esa explotación. ¿Significa que se va a hacer?
La posición del gobierno anterior de Reino Unido (los conservadores) era tratar de evitar la explotación de este tipo de recursos, si no es absolutamente necesario. Veremos con el nuevo gobierno británico qué puede pasar, aunque -como acabo de decir- no tiene el derecho de decisión sobre los isleños. No obstante, el apoyo o no a esa iniciativa ahora puede variar. Lo que sé es que los isleños mismos están en conversaciones con empresas internacionales, no solo británicas, para ver si pueden hacer algo que funcione para ellos. Personalmente y considerando el cambio climático, mi preferencia es que todos sigamos más con los proyectos de parques eólicos y solares. Quisiera comentar, además, que en Reino Unido había algunas restricciones para la construcción de nuevos parques eólicos en terreno, y a los dos o tres días de asumir el nuevo gobierno, ya levantaron esa medida. Es una muestra muy clara de su intención de “ir corriendo” hacia las energías renovables.

¿Cuál han sido la asignatura pendiente de su misión, que está finalizando?
Siempre la hay. Tenemos éxitos en el comercio, pero todavía hay mucho más por hacer. Hay un nuevo acuerdo de movilidad de jóvenes uruguayos para que viajen, estudien o trabajen en Reino Unido, y también para que jóvenes británicos vengan a Uruguay. En lo que va del año, Reino Unido dio 57 visas a jóvenes uruguayos por este nuevo acuerdo. Esto va a seguir creciendo. Hay que seguir desarrollando las colaboraciones, especialmente las comerciales.