UNIDAD DE DEUDA
La emisión de deuda del gobierno en el mercado doméstico fue récord.
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El 2021 será un año casi histórico para la Unidad de Gestión de Deuda del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) que dirige Herman Kamil e integra un destacado equipo compuesto por Gabriela Billeci, Victoria Buscio, Inés Cal, Jessica Gerpe, Antonio Juambeltz, Gonzalo Muñiz y Fernando Scelza.
¿Por qué resulta un año destacable para la UGD? Porque US$ 3 de cada US$ 4 que colocó de deuda en los mercados local y global estuvieran denominados en moneda nacional, en un año donde las emisiones de deuda en los mercados superaron los US$ 4.000 millones y además fue un año récord de emisiones a nivel del mercado local.
En 2017 el gobierno se había financiado enteramente en moneda nacional en los mercados local y global, ya que ese año las emisiones internacionales fueron de dos bonos en pesos nominales a cinco y 10 años. De todas maneras, en ese año, la emisión de deuda total fue algo menor: US$ 3.045 millones.
El gobierno tiene un déficit fiscal (en los 12 meses cerrados a octubre se ubicaba en 4,7% del Producto Interno Bruto, es decir US$ 2.644 millones) y para ello recurre a dos mecanismos principalmente: la emisión de deuda en el mercado local e internacional y préstamos de organismos multilaterales. Existe un tercer mecanismo que generalemente se utiliza para completar ese financiamiento (es márginal en el total) que es el uso de reservas.
En 2021 el gobierno totalizó emisiones de deuda por US$ 4.131 millones en los mercados de capitales según datos divulgados por la firma de servicios financieros Personal Sherpa. Esas emisiones fueron en pesos nominales, Unidades Indexadas (UI, ajustan según la inflación), Unidades Previsionales (UP, ajustan según el Índice Medio de Salarios Nominales), dólares y yenes.
La firma indicó que el pasado martes, el gobierno realizó las últimas dos licitaciones de Notas del Tesoro en 2021, “cerrando así la emisión doméstica del segundo semestre en algo más de US$ 1.020 millones equivalentes (1,9 veces por encima del monto base anunciado)”. Además, “durante el primer semestre emitió Notas del Tesoro por US$ 929 millones equivalentes”, añadió.
Las Notas del Tesoro son un título de deuda que emite el gobierno en pesos, UI o UP. En todo 2021 colocó el equivalente a US$ 1.949 millones en el mercado local. Esto es un máximo desde que en 2012 se implementó un calendario semestral en dicho mercado.
A eso se suma que, “de los US$ 2.182 millones emitidos a nivel global, US$ 1.166 millones correspondieron a un nuevo bono en pesos” nominales, señaló Personal Sherpa.
De esa forma, el 75% del financiamiento de mercado en 2021 fue en moneda nacional. Algo sin precedentes para la magnitud del endeudamiento contraido.
El socio de Personal Sherpa y exintegrante de la Unidad de Gestión de Deuda del MEF, Rodrigo Saráchaga analizó en su cuenta de LinkedIn que “se cierra un nuevo año con fondeo mayoritariamente en moneda nacional, con un mercado doméstico creciente y cada vez más firme” y que además “es capaz de ofrecer financiamiento casi completo para niveles ‘normales’ de déficit” fiscal.
Esto es una “muy buena noticia para la sostenibilidad de la deuda”, añadió.
Otros hitos.
Además de obtener el 75% del financiamiento en el año en moneda nacional (el segundo año de mayor porcentaje de financiamiento en moneda local), la UGD alcanzó otros hitos en este año.
El pasado 13 de mayo, el gobierno anunció la emisión de un bono global en pesos con vencimiento al 2031 y la reapertura de un bono global en dólares con vencimiento a ese mismo año. A su vez, se ofrecía recomprar a los inversores los bonos en pesos con vencimiento en 2022 y 2028 y los bonos en dólares con vencimientos en 2022 y 2024.
Tras una demanda total de US$ 3.950 millones (45% de ella por el título en pesos), el gobierno colocó el equivalente a US$ 1.166 millones por el bono en pesos y US$ 574 millones por el título en dólares. En el caso del título en pesos la emisión fue a la tasa de interés más baja en la comparación histórica: 8,25%.
El otro hito de este año, fue la vuelta al mercado japonés por primera vez en 10 años. El gobierno emitió bonos Samurái a 3, 5, 7 y 10 años, por 50.000 millones de yenes en total (US$ 422 millones). El bono a 3 años concentró la mayor parte del dinero (74% del total) y el de 15 años se llevó otra parte (23% del total), mientras el resto se distribuyó en los plazos intermedios. La tasa promedio ponderada por volumen fue de 0,71%, la más baja de la historia.
Grupo suizo Vontobel destacó a Uruguay
El grupo suizo de gestión de inversiones y banca privada Vontobel destacó a Uruguay en un artículo titulado “Uruguay - lo pequeño puede ser hermoso”.
En el mismo, el senior portfolio manager del equipo de bonos de mercados emergentes de Vontobel, Thierry Larose, escribió que “como inversores dedicados a los mercados emergentes, nos gusta Uruguay por sus sólidos fundamentos, la calidad de las personas al mando y su compromiso con el desarrollo sostenible (de hecho, a fines de octubre de 2021, Uruguay ocupó el primer lugar en la puntuación ESG de JPMorgan en 65 países emergentes)”.
Según Larose, al grupo suizo también le “gusta la actitud pro-empresarial y fiscalmente responsable del gobierno actual. El presidente Luis Lacalle Pou (del Partido Nacional) asumió el cargo hace dos años después de 15 años de gobierno del Frente Amplio (centro izquierda), y solo dos semanas antes del brote de COVID-19”.
“Hizo un trabajo sobresaliente en la gestión del país para salir de la crisis de COVID sin imponer un lockdown obligatorio y sin perder las riendas del lado fiscal”, agregó el ejecutivo.
“Si bien esta combinación virtuosa se refleja en valoraciones relativamente caras de la deuda en dólares, seguimos considerando que la deuda local es barata y nos gusta especialmente el extremo largo de la curva nominal, sin cobertura cambiaria”, analizó Larose.
Señaló que “parece que todo está bien, pero hay algunas grietas en las paredes que necesitan ser revocadas: un retorno de los déficits fiscales primarios, un aparato estatal costoso y un sistema de seguridad social costoso, una alta rigidez de los salarios reales y un alto nivel de dolarización que limita la eficiencia de la política monetaria”. De todas maneras, “esto no debería ser una fuente importante de preocupación para los inversores dada la sólida solvencia del balance y las cuentas externas del país, especialmente el alto nivel de reservas”, añadió.