AUDIOVISUAL
En el evento realizado por CPA Ferrere y Reducto, se analizó las oportunidades de financiamiento e inversión de la industria audiovisual, la cual está en “ebullición” según Alfonso Capurro.
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La industria audiovisual está en camino de ponerse los “pantalones largos”, aseguró el ministro de Industria, Omar Paganini, en un evento organizado por la consultora CPA Ferrere y el centro de producción audiovisual Reducto, que trató sobre las oportunidades de financiamiento e inversión en el sector.
En el inicio del evento, el ministro afirmó que Uruguay tiene una oportunidad grande en “los servicios y los intangibles”, por lo que concebirlos como industria brinda la oportunidad de escalar y de crecer.
“Para el ministerio, son estratégicas las industrias de alto valor agregado, porque además tenemos un país bastante bien posicionado para eso, más allá de que siempre lloramos por la escala. Tenemos una industria de software que ha demostrado que tiene pantalones largos. Tenemos una industria creativa, en general, que está queriendo llegar en el mismo camino. Para nosotros es estratégico apoyarla en ese desarrollo”.
Asimismo, señaló que en el desarrollo de esta industria se encuentra el desafío del “talento”, lo cual ahora se está “sufriendo mucho” en la industria del software, “con la diferencia que este sector (audiovisual) abarca una diferencia mayor de actividades y, por lo tanto, puede servir para reconvertir gente de otras áreas”, siendo tal vez “un valor a agregar en esta industria”.
A su vez, remarcó que el desafío de conseguir financiamiento “es clave”, yendo en este sentido los programas del gobierno como el Programa Uruguay Audiovisual (PUA), que busca atraer producciones internacionales al país (en el último tiempo han habido filmaciones de Amazon Prime, HBO y Netflix), a través del cash rebate (devolución de una parte de lo que se gaste en Uruguay), y el apoyo al financiamiento de producciones nacionales, en donde se les adelanta dinero.
“Los estudios que se hicieron demuestran que el derrame es positivo. Lo que se recauda al final es más de lo que se puso”, afirmó el ministro.
En tanto, agregó que dentro de los desafíos que se encuentran en el desarrollo de esta industria, está el de lograr un ecosistema de financiamiento privado “más potente y más profundo”, junto al apoyo del Estado “que es necesario”.
Inversión y riesgos.
En tanto, el socio de CPA Ferrere, Alfonso Capurro, expuso sobre la cadena de valor de la industria audiovisual, los riesgos de invertir en la actividad y lo que se necesita para que este sector siga creciendo.
Capurro expuso que en 2019, la industria global registró un valor de US$ 42.200 millones, mientras que en 2020 hubo un “desplome” por la pandemia, ya que los cines dejaron de operar, registrando un valor de US$ 12.000 millones. Sin embargo, señaló que Netflix facturó en 2020 US$ 25.000 millones y es- te año podría acercarse a los US$ 30.000 millones.
Del mismo modo, destacó que, si bien las producciones más exitosas a nivel comercial, “multiplicaron por 10” lo invertido en sus presupuestos, hay casos que “no son tan lindos”, en donde se vieron pérdidas de hasta US$ 170 millones, por lo que es un negocio riesgoso.
En tanto, Capurro afirmó que Uruguay “ha crecido mucho en servicios de producción, entonces está en el medio de la cadena de valor (idea, ejecución y distribución). Si logramos desarrollar contenidos propios, si logramos mantener una parte de la propiedad intelectual, vamos a ir capturando más parte del negocio y para el país es más valor agregado”.
Sin embargo, destacó que “invertir en desarrollo de contenidos, no es un negocio de bajo riesgo”, si bien hay posibilidad de poner capital en algunos tramos con menor riesgo, sería bueno invertir en un pool de proyectos o de productoras, para diversificar el riesgo relativo a la fase inicial -la idea que puede ser buena o mala- y el riesgo en la ejecución, en donde la productora puede no haber proyectado bien el presupuesto o los tiempos de finalización.
Para esto último, expresó que en el mundo existe la figura de Completion Guarantee, que funciona como una fianza o seguro de completitud del proyecto.
A su vez, destacó el riesgo de la mala comercialización, en donde una vez finalizada la producción, se venda “bien o mal”.
En este sentido, señaló que la selección del riesgo del inversor, depende del tipo de producción en la que invierta.
La inversión con mayor riesgo, según Capurro, es la producción independiente porque le falta la certeza en la distribución. Mientras tanto, un riesgo medio puede encontrarse en las coproducciones y un menor riesgo aún, en los servicios de producción.
Por último, señaló los tipos de fondeo que se pueden llevar a cabo. En primer lugar, destacó la deuda, con la participación de bancos e inversores privados. En segundo plano, el capital de riesgo (equity), con productoras independientes, estudios y distribuidores. En tercer lugar, fondos no reembolsables del sector público o donaciones de privados.
Lo que falta para seguir creciendo
Según Capurro, hay pasos que faltan para que la industria siga creciendo los cuales se pueden considerar tanto desde el sector privado como el público. Desde los privados, hay una oportunidad de colaborar entre los productores, por ejemplo al momento de obtener el financiamiento. Se podría cerrar la estructuración conjunta de financiamiento de distintos proyectos, con distintos géneros, públicos objetivos y distintas productoras, para brindar diversificación al inversor (y por ende menor costo a las productoras). En tanto, para el Estado, sería relevante considerar un sistema de garantías y “repensar” cómo combinar los fondos no reembolsables con el capital de riesgo, en donde se reciba un retorno para que los fondos se puedan reinvertir.
El gerente de Promoción de Exportaciones del Instituto Uruguay XXI, Pablo Pereira, sostuvo que el sector audiovisual es uno de los priorizados en esta agencia que se encarga de promover exportaciones e inversiones. ¿Por qué? Porque se le considera “transversal”, ya que se lo ve con potencial para promover exportaciones, así como para captar inversiones, explicó Pereira.
Luego del evento, en conversación con El País, afirmó que en 2020 las exportaciones audiovisuales superaron los US$ 28 millones, teniendo por principal destino Estados Unidos, seguido por Argentina, México y España.
“Este año todavía está en curso pero venimos muy bien; aumentó significativamente la cantidad de semanas de rodaje, la industria pasó de reportar 24 semanas de rodaje en 2019 a 148 semanas entre enero y setiembre de 2021”, agregó.
A su vez, el exdirector ejecutivo de Uruguay XXI, Jaime Miller, que estaba en el evento, aseguró a El País que se prevé que la industria audiovisual duplique su valor en este año y que su priorización es una “política de Estado”.
Del mismo modo, señaló que faltan más estudios audiovisuales como Reducto en Latinoamérica, por lo que si se crearan más en el país, habría un mejor posicionamiento internacional. Además dijo que otro sector que se debería priorizar es el de la música.
Propiedad intelectual y dinero
Según Luis Ara, director de Trailer Film, “está pasando algo interesante” en donde se financian las obras, pero “se quedan con la propiedad intelectual. Comparto que es muy bueno para la industria y los creativos mantener la propiedad intelectual, pero al final del día hay algo que está relacionado con los números y es, si te ofrecen $ 10 por un negocio, que vas a recuperar la propiedad a los cinco años y esperás que en la larga vida que tenga el proyecto, recuperar $ 15 más, o vienen y te dicen en el día cero que te dan esos $ 15, ese dinero a futuro lo traes al presente, es una decisión financiera a la que nos exponemos todo el tiempo. Porque, al final, estás hipotecando algo que en un caso es incierto y en otro es cierto”.
“No sabemos el alcance que tendrá”.
Según el fundador de la productora Cimarrón, Santiago López, se debe invertir en esta industria, “porque hoy está explotando. No sabemos el alcance que puede tener. El riesgo hoy puede ser una oportunidad gigantesca. Es ‘buscólico’ lo que está pasando, hay oportunidades todo el tiempo y hay distintos modelos de entrar en la inversión acá. Estamos en un momento de mucha incertidumbre positiva, no como cuando arrancó Netflix, que era un solo jugador. Hay muchos jugadores, muchas oportunidades y está cambiando todo el tiempo. Latinoamérica es un territorio que está cambiando cada día, la inversión, los jugadores y la oportunidad de negocio”.
En Uruguay
Según estimaciones de Reducto para Uruguay, el presupuesto a ejecutar en 2021 supera los US$ 40 millones. A su vez, López explicó los rangos de presupuesto de las producciones en el país, donde una serie parte de US$ 1 millón por capítulo, una película entre US$ 600.000 y US$ 1 millón y un documental de US$ 200.000 a US$ 400.000.
Luz, cámara e inversión.
“En el mundo de la Revolución Industrial, esto era dentro de un enorme edificio con una chimenea y estaba la idea que entraba la materia prima y salía el producto final. En el mundo moderno, son cadenas de valor, con clústers alrededor que aportan valor”.
“Cuando uno quiere invertir en ideas, diversificar y tener más de una idea en un pool de proyectos, puede ser muy bueno. Hay producciones que multiplican por 10 y hay aquellas que quedan por debajo del agua y no logran recuperar lo invertido”.
“Es un sector al que le dedicamos muchas horas y energía. Intentamos estar cerca de lo que es la industria, para poder ser ese brazo articulador, poder aportar en esa pata de la comercialización. Uruguay es un destino estratégico y accesible”.