Redacción El País
Durante el segundo trimestre del año, la economía uruguaya registró una contracción de 2,5% en comparación con igual período de 2022 y descendió 1,4% en términos desestacionalizados, es decir, en comparación con el trimestre anterior.
Si bien se esperaba una contracción de la actividad económica debido al impacto de la sequía, la caída del Producto Interno Bruto (PIB) fue mayor a las previsiones oficiales y de analistas privados.
Según el informe de Cuentas Nacionales publicado esta tarde por el BCU, desde el enfoque de la producción, se destacó la caída de las actividades “Agropecuario, Pesca y Minería” que tuvieron un descenso de 27,4% frente al mismo trimestre del año pasado; así como Energía eléctrica, Gas y Agua, que registró una contracción de 11,8% en comparación con igual periodo de 2022. Esto estuvo explicado, según el BCU, por “los impactos de la sequía”, aunque indicó que dichos descensos fueron “parcialmente contrarrestados por el desempeño positivo” de las actividades de Transporte y almacenamiento; Información y Comunicaciones; y Actividades profesionales y Arrendamiento” que crecieron 2,5% y 3,5%, respectivamente.
En tanto, desde el enfoque de la demanda, se registró una baja de la demanda externa “que no fue compensada por el aumento de la demanda interna”, indicó el informe del BCU.
En la perspectiva de la demanda, de acuerdo con el economista Aldo Lema, la crisis hídrica también impactó “en la contracción del volumen de exportaciones de bienes y servicios (-6,3% interanual), mientras que la inversión fija cayó 7,6% interanual por el fin de la obra de UPM II y el Ferrocarril Central”.
El consumo privado se reaceleró y registró un crecimiento de 4,8% en comparación con el segundo trimestre del año pasado.