El Banco Central (BCU) hizo ayer una pausa en el ciclo de ajustes a la baja de la tasa de interés de referencia. Así, el “precio del dinero” dejaría de dar un -pequeño- impulso al valor del dólar, que ayer bajó.
Esta es la primera pausa tras cinco reuniones del Comité de Política Monetaria (Copom) en las que el Central redujo la tasa. Así pasó de 11,25% (nivel resuelto el 16 de mayo de 2023) a 9% (nivel al que bajó el pasado 29 de diciembre).
¿Qué evaluó el BCU y qué implica la medida que tomó ayer?
La decisión del directorio del BCU fue dejar sin cambios en 9% la Tasa de Política Monetaria (TPM). Esta es la tasa de interés de referencia para la economía uruguaya y marca el “precio del dinero”.
Es que la TPM señaliza lo que les cuesta a los bancos hacerse de liquidez (pesos uruguayos en este caso) mediante préstamos entre sí a un día y entre estos y el Central. Luego los bancos toman como referencia esa tasa para determinar la que cobran a empresas y personas por préstamos.
Una menor TPM, en teoría, abarata el crédito y por tanto hace más atractivo el consumo que el ahorro. Aunque en los hechos, esto es más complejo e inciden otros factores.
Para mantener la TPM, el directorio del BCU se basó en el análisis que realizó el Copom (que integran el directorio y técnicos del Central) en la tarde de ayer.
Allí, según el comunicado emitido tras la reunión, el Copom analizó que “el promedio de las tres mediciones de expectativas de inflación que monitorea el Banco Central continúa en descenso y se encuentra en mínimos históricos (6,41%), acercándose al techo del rango meta (3%-6%)”.
Los tres indicadores de expectativas que toma el BCU son: de analistas, de empresarios y del mercado (implícita en la curva de rendimientos de deuda del gobierno en pesos y en Unidades Indexadas a la inflación).
“En particular, la mediana de la encuesta de los analistas se mantuvo en 6%. Asimismo, las proyecciones de corto plazo sugieren que la inflación continuaría desacelerándose en los próximos meses”, añadió.
A su vez, el BCU tomó en cuenta que “en enero de 2024, la inflación interanual se ubicó en 5,09%, casi tres puntos porcentuales por debajo del mismo mes del año pasado y completó ocho meses consecutivos dentro del rango meta. En tanto, la inflación núcleo disminuyó de 4,31% a 4,28%”.
El otro factor que analizó el Copom fue la actividad económica, que “mostró un incremento en el último trimestre a partir del repunte de la agricultura luego de superar los efectos de la sequía”.
“Las proyecciones de corto plazo sugieren que la economía continuaría en crecimiento en los dos trimestres siguientes”, agregó.
El BCU había dicho en la reunión de noviembre (última hasta la de ayer) que “la TPM se encuentra en un nivel cercano a finalizar el ciclo de baja. Los futuros movimientos dependerán de la evolución de la inflación, de la continuidad en el proceso de alineación de sus expectativas y del monitoreo de la situación local e internacional”.
Lo resuelto ayer (mantener la tasa de interés), parece confirmar que finalizó el ciclo a la baja del BCU.
El Central consideró en su último Informe de Política Monetaria que la tasa real “neutra” (ni modera, ni apuntala la demanda) es 2,4%. Por tanto, una tasa de interés de referencia neutra debería ser de 8,8% (6,41% de inflación esperada a 24 meses más 2,4% de tasa real). Una tasa de 9% como la actual, es prácticamente neutra.
Si las expectativas siguen bajando, la TPM neutra podría bajar del 9%.
Aunque, se debe tener en cuenta lo que dijo el presidente del BCU, Diego Labat en entrevista con El País en octubre pasado. “La tasa es el instrumento que usamos para llegar al objetivo que es la inflación. Entonces, nuestro objetivo no es llegar a la tasa neutral. Podemos llegar a la tasa neutral, pero podemos llegar a la tasa neutral en la medida que las variables que tenemos como objetivo vayan convergiendo a donde queremos”.
En cuanto al efecto de la tasa sobre el dólar, mantener la TPM en 9%, mantiene el atractivo por posicionarse en dólares (donde la Reserva Federal mantiene su tasa en 5,25%-5,5%).
Eso, en teoría, propiciaría una mayor demanda de dólares impulsando su valor al alza.
Sin embargo, no es lo que está ocurriendo. Esto es porque a nivel global se espera que la Reserva Federal empiece a reducir su tasa de interés de referencia (el “precio del dinero”). Así, la expectativa es que no hay más espacio para el fortalecimiento del dólar y por ende, los inversores se anticipan a ello posicionándose en otras monedas, lo que conlleva a una caída de la divisa estadounidense a nivel global (y Uruguay no es ajeno).
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