PASIVIDADES
La Comisión de Expertos en Seguridad Social ya tuvo 45 días de plazo adicional para presentar el documento y ahora tiene otros 45 días. El tiempo “es importante”, dijo Rodolfo Saldain.
El presidente de la Comisión de Expertos en Seguridad Social (CESS), Rodolfo Saldain, afirmó que si bien el proceso de elaboración del anteproyecto de recomendaciones finales sobre la reforma del sistema previsional “está muy avanzado”, actualmente se trabaja en “limar asperezas lo máximo que se pueda” entre los integrantes de la comisión. Para eso la CESS necesita más tiempo por lo que aprovechará la “dinámica parlamentaria” actual.
El pasado 4 de agosto la comisión -que tiene como cometido elevar recomendaciones al Poder Ejecutivo para la reforma del sistema previsional- aprobó por unanimidad solicitar una prórroga de 45 días para avanzar en el informe final. Este es el segundo aplazamiento que pide. Originalmente el plazo para la entrega de las recomendaciones era el 22 de junio pero se extendió 45 días hasta el 6 de agosto. Ahora el nuevo plazo vencerá el próximo 20 de septiembre.
De acuerdo con Saldain, para estudiar una reforma previsional de gran dimensión, el tiempo “es importante”. En este sentido, el especialista en seguridad social indicó que la comisión va a aprovechar la “chance que nos está dando la dinámica parlamentaria” actual -en relación al referéndum contra la Ley de Urgente Consideración- para contar con más tiempo.
“Los tiempos políticos importan, es cierto. Pero ¿podemos pensar que el Parlamento se va a abocar a estudiar la reforma previsional cuando tiene por delante un referéndum? Sería fantasía. Entonces aprovechamos para lograr un producto de mejor calidad y con mayor nivel de consenso”, explicó Saldain ayer en el marco de una jornada virtual organizada por el Rotary Club de Montevideo.
El presidente de la CESS señaló además que cuando fue consultado respecto a cuánto tiempo consideraba que llevaría el estudio previo de la reforma jubilatoria, estimó un plazo aproximado de dos años. “Si hay que hacerlo muy rápido lo puedo hacer solo y en un fin de semana, pero va a durar poco tiempo y no va a ser bueno. Si queremos que dure tenemos que hacerlo entre muchos, eso lleva tiempo y hay que hacerlo en base a evidencia empírica”, argumentó Saldain.
Asimismo, reflexionó sobre la dinámica de trabajo de la CESS durante la primera etapa de elaboración del diagnóstico y dijo que “no fue una buena experiencia” porque se trabajó sobre la base de borradores que pese a que no eran informes finales, fueron cuestionados públicamente desde diferentes órganos de conducción política.
Por eso dijo que en esta segunda etapa, la comisión presentará “documentos más acabados” que se vienen trabajando con la integración de todos los puntos de vista. “En diálogo con la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, el Ministerio de Trabajo y el Ministerio de Economía, vamos a ir con un documento base para abrir una nueva etapa de discusión. No soy partidario de hacer reformas de esta dimensión muy a las apuradas”, afirmó Saldain.
En relación a si el informe final podrá lograr un consenso entre todos los miembros de la comisión, el presidente manifestó que “tal vez no” y dijo que quizás “se repita la misma votación del diagnóstico”.
El diagnóstico presentado en marzo recibió 10 votos a favor (Partido Colorado, Nacional, Independiente, Cabildo Abierto, representantes del gobierno y la representante de los empresarios) y cinco en contra (Frente Amplio, el representante de los jubilados y pensionistas y el representante del Pit-Cnt por los trabajadores).
“Quienes no votaron el diagnóstico estoy seguro de que se reconocen en muchas partes del informe porque fue hecho en conjunto”, manifestó Saldain.
Las dos fuerzas.
El presidente de la CESS expuso sobre los principales desafíos que enfrenta el sistema jubilatorio en Uruguay y que forma parte de un fenómeno mundial. A su entender, “las dos fuerzas” que explican los cambios del mundo actual -que hacen necesaria una reforma previsional- son la masificación de la longevidad de las personas y la irrupción de “tecnologías radicales” que impactan en el empleo.
En términos demográficos, Saldain afirmó que en el país “los cambios vienen siendo muy fuertes” y señaló que la población de 80 y más años de edad “tiene un crecimiento explosivo en el país”. En ese sentido, se estima que próximamente Uruguay ingresará “en el club de los 30 países” del mundo cuya población no solo no crece sino que se reduce.
La caída de la tasa de fecundidad (cantidad de hijos que nacen por mujer en edad fértil) que pasó de 1,4 en 2019 y está en camino a ser 1,3 este año, sumado al aumento en la esperanza de vida (se incrementa un mes y medio por cada año que pasa) son los dos principales motivos que explican el envejecimiento de la población uruguaya.
En lo que refiere al cambio tecnológico, Saldain explicó que mientras que la primera revolución industrial se complementó “la fuerza del músculo” con la de las máquinas, en el contexto actual lo mismo ocurre “con el cerebro y la biología que se van a estar complementando con las nuevas tecnologías”. Si bien se espera una “gran explosión” de la productividad a partir del contexto tecnológico actual, Saldain afirmó que “también es posible que aparezcan nuevos desafíos en materia de longevidad”.
Por último, el presidente de la CESS manifestó que si bien las revoluciones industriales han tenido como consecuencia exitosa que “después la población vivió siempre mejor”, explicó que “hay un período de transición y que el proceso no es inmediato” por lo que “hay efectos que deben ser contemplados” para que no tengan impactos sociales negativos.
Subir la edad mínima de retiro “es inexorable”
Saldain afirmó que para reformar el sistema previsional “hay que tomar medidas duras”. Entre ellas, subir la edad de retiro de 60 a 65 años. “No hay ningún político al que le guste hacerlo pero no hay más remedio”, indicó. La edad de retiro a los 60 años fue fijada en la reforma de 1995, por lo que según Saldain “es inexorable” aumentarla. En relación a cuánto puede durar el sistema jubilatorio actual (que gasta 11% del Producto Interno Bruto), Saldain señaló que “puede durar infinitamente, la pregunta es ¿a qué costo?”.
La discusión sobre si la incorporación de tecnología por parte de las empresas debería ser gravada, es un debate extendido a nivel mundial en el último tiempo. Inclusive ha habido iniciativas legislativas por parte de algunos países de la Unión Europea que no prosperaron y fueron desestimadas.
Conocido popularmente como el “impuesto a los robots”, la idea se basa en que la incorporación de equipos tecnológicos (sean estrictamente robots o no) paguen impuestos con el objetivo de mitigar los efectos socioeconómicos negativos que se producen por la pérdida de empleo, que antes era realizado por trabajadores remunerados y sujetos a tributación.
Sobre este tema, el presidente de la CESS afirmó que en un país como Uruguay “que requiere mejorar la productividad del factor trabajo, podría ser muy cuestionable que hubiera un gravamen a la incorporación tecnológica”. Si bien a nivel interno la comisión no ha analizado el tema en detalle, Saldain señaló que su postura personal es “en contra de gravar la incorporación tecnológica”. Además, enfatizó en que “en general la teoría económica aconseja que los países que precisan aumentar fuertemente su productividad no graven el ingreso de tecnología”.
Por otra parte, Saldain indicó que el empleo “experimentará grandes cambios” en los próximos años aunque aún “no se sabe bien cuáles son ni con qué profundidad” se darán. No obstante, adelantó que “es esperable” que “se relativice” el empleo en relación de dependencia de larga duración. Ese cambio “ya lo estamos viendo. La cultura que veíamos de un empleo para toda la vida parecería que hoy ya tiene mucha menor incidencia que en el pasado”, comentó Saldain y señalo que “es previsible” que vidas laborales más extensas estén asociadas a una mayor rotación en cuanto a la dicotomía del vínculo en relación de dependencia y no dependencia. “Hay un mundo por delante con muchas incertidumbres”, afirmó.