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Por Lucas Elmallián
El sector turístico viene saliendo del “peor momento de la historia en 100 años”, según la Cámara de Turismo (Camtur), pero sigue sin lograr estabilizarse. Según su presidenta, Marina Cantera, esperan para este año continuar en la “montaña rusa” que están transitando, pero, aún así, ven una oportunidad de crecimiento porque el gasto en el turismo “no ha disminuido”.
En conversación con El País, Cantera explicó los desafíos que esperan desde la cámara para 2023, sus expectativas en cuanto a las reformas que está llevando a cabo el gobierno y la flexibilidad laboral que necesitan las empresas de este rubro.
“Un desafío es que el sector se estabilice. Hasta ahora ha venido en una montaña rusa” con mucho trabajo y de repente con nada de actividad, lo que “hace que las empresas no puedan estabilizar su operativa, en el empleo y en un montón de cosas” más, afirmó la presidenta de la Camtur.
“Realmente, todavía falta para que esa reactivación se haga más contundente. Todavía hay algunos elementos como la guerra en Ucrania, el aumento de precios de los combustibles, la poca cantidad de vuelos que tienen las aerolíneas, que hace que esa recuperación todavía no sea completa para todo el sector”, agregó.
En este sentido, destacó que eso ha llevado a desafíos en el empleo y en cómo puede “repensarse toda la estructura del turismo”, consejo dado por la Organización Mundial de Turismo (OMT).
Si bien en esta temporada de verano, el turismo de cruceros trabajó de una forma “impresionante”, sostuvo que hay “engranajes” que están “rechinando”, como por ejemplo, las variaciones en los equipos de trabajo que se conformaron luego de la pandemia y la pérdida de talento y trabajadores calificados por su “migración” a otros sectores. A su vez, otro “engranaje “ que “rechina” es el de la no presencialidad, particularmente en el caso del turismo de negocios, que impacta en una gran parte de la operativa de las empresas del sector.
Otro de los desafíos que presenta el 2023, según Cantera, es el aumento del precio de los combustibles debido a la guerra en Ucrania.
“Cuando afectó la guerra, en febrero del año pasado, todos los combustibles subieron y las aerolíneas son un negocio que tiene un margen muy finito pero que tiene un gran volumen. Al acabarse el volumen por la pandemia y el margen recogerse muchísimo por el precio de los combustibles, realmente las aerolíneas tuvieron un año muy malo. No todas, obviamente, pero en términos generales, el negocio se complicó muchísimo”. Eso llevó a que subieran “muchísimo los precios de avión. Todo el año tuvimos precios récord”, destacó Cantera y afirmó que la gente “piensa dos veces antes de viajar”.
El turismo de cercanía es lo que ha crecido en este tiempo, es decir el turismo dentro del país y el regional, pero aún así señaló que los precios de los pasajes variaron significativamente. Por ejemplo, destacó que un pasaje a Chile podía costar entre US$ 100 y US$ 120, mientras que ahora podría alcanzar los US$ 350 o US$ 450.
“Durante el verano se vio muchísima gente vacacionando, saliendo, paseando por el día, pero la rentabilidad de los negocios está en este momento por los suelos”, sostuvo.
Debido a esto, la proyecciones para las empresas a la hora de invertir o tener un panorama previsible para los próximos años se hace difícil, indicó. “Es uno de los grandes desafíos que tenemos, porque el sector está sumamente volátil. Uno no sabe lo que pasa hasta que pasa”, detalló.
En relación a la expectativa de un aumento del turismo en estos días de Carnaval, señaló que previo a los primeros días de febrero “las reservas venían horribles, el primero de febrero veníamos en algunos destinos en 40% de reservas, o sea nada”.
Sin embargo, dijo que “muchas veces terminan recuperándose” y se llegan a cifras que no son malas. “Quizás en la semana baja más y en el fin de semana sube, pero eso no lo sabés hasta que efectivamente pasa. Eso al sector le implica un esfuerzo extra, porque es como que tenés que reaccionar muy rápido a lo que está pasando”, destacó.
Previo a la pandemia señaló que las empresas del sector contaban con proyecciones a uno, dos o tres años, mientras que ahora se encuentran en un “subibaja” que los obliga a tener que ser “flexibles” ante la situación en la que se puedan encontrar.
Sin embargo, a pesar de todos estos desafíos que esperan para este año, destacó que, “a las claras” hay una “gran oportunidad”. “Se ha visto que el gasto en el turismo no ha disminuido”, afirmó.
En este sentido, explicó que se ha visto un descenso en el volumen de transacciones, pero los montos han sido “más grandes. Daría para pensar que Uruguay estuvo recibiendo personas de poder adquisitivo más alto”.
Por otra parte, se ha visto que al retirarse las restricciones sanitarias, el interés de los turistas se ha hecho notar rápidamente, lo que demostraría que “el turismo sigue siendo un sector de crecimiento donde hay oportunidad de mantenerlo, para volver a lo que se tenía y quizá hasta mejorarlo”, afirmó.
Mercado laboral y las reformas en camino
Según Cantera, entre las pérdidas que la pandemia les ocasionó, una de las mayores fue la pérdida de talento en el sector. Las personas que trabajaban en el rubro cambiaron de sector y ese es uno de los principales desafíos, por la complejidad que representa la conformación de grupos de trabajo. Es “muy difícil mirar para adelante y pensar en el empleo”, dijo Cantera. En relación a la flexibilidad laboral planteada por el gobierno, la presidenta dijo que “es complejo cuando se encorseta demasiado el empleo y no se permite que cada empresa pueda tener su particularidad”. Y agregó que si no se tienen en cuenta esas diferencias, las empresas más pequeñas son las que sufrirán “mucho más” los costos laborales.