La vuelta del turismo de compras en la Argentina y los problemas económicos que se le generan por ello

La situación cambiaria y de inflación en Argentina hizo que países vecinos como Chile se abarataran en gran forma para los argentinos, pero esto genera efectos negativos en su economía.

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Santiago de Chile. Foto: Flickr.
Santiago de Chile.
Foto: Flickr.

Buenos Aires
El encarecimiento en dólares que vienen registrando los precios desde fines del año pasado en Argentina está provocando, entre otros efectos, un brusco cambio de tendencia en la balanza turística. Mientras el flujo de viajantes que llegaron al país cayó 21,2% interanual en julio pasado, la salida al exterior de residentes argentinos creció 30,5%, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec). Ese salto del turismo emisivo está siendo impulsado en buena parte por la vuelta de los viajes de compras a países limítrofes, especialmente a Chile.

“Argentina volvió a estar cara en dólares y las devaluaciones de algunos de los países vecinos profundizan ese panorama. A los precios actuales que tiene la economía local tendremos un problema cada vez más preocupante en la balanza de la cuenta turismo", dijo a El País Pablo Repetto, jefe de Research de Aurum Valores, en Buenos Aires.

"Además de que volvieron los viajes de compras y de que seguramente el turismo emisivo se acelerará en el verano, se retrajo el flujo contrario dado que el turismo que venía de los países vecinos se frenó”, explicó.

Turismo de compras

El regreso de los viajes de compras de argentinos es una derivación de la alta inflación en dólares que el país viene registrando desde fines del año pasado. Mientras entre diciembre y agosto la inflación acumuló un 135%, en ese período el valor del dólar blue aumentó 28%.

La brecha con la inflación es aún mayor si la comparación se hace con el tipo de cambio oficial, que acumula una suba del 19% luego de la fuerte devaluación convalidada en los primeros días del gobierno de Javier Milei.

Javier Milei
Javier Milei, Presidente de Argentina
Foto: AFP

Con esa abrupta suba de los precios medidos en dólares, en los últimos meses destinos como Chile, en donde hay una baja carga impositiva y menores aranceles para las importaciones, volvieron a convertirse en un imán para argentinos con poder adquisitivo. Del otro lado de la Cordillera de Los Andes, zapatillas, jeans y camperas de marca pueden comprarse a precios hasta un tercio más bajos que en Argentina. En tanto, notebooks y celulares tienen valores hasta 50% más económicos, mientras los neumáticos cuestan un 20% menos.

Con esa diferencia de precios, la oleada de argentinos que cruzan la frontera se viene disparando desde abril. Solo en julio viajaron a Chile 119.200 residentes argentinos, un 145,6% más que en el mismo mes de 2023. Los que cruzaron la frontera por vía terrestre a través del Paso Cristo Redentor ascendieron a 35.500, el triple que un año atrás. Semejante éxodo llevó a que a fines de julio las autoridades de ese paso fronterizo decidieran cortes intermitentes de tránsito por el gran número de argentinos que querían cruzar hacia el país vecino desde la provincia de Mendoza.

Si bien la explosión que se registra en los viajes a Chile explica casi la mitad del salto del turismo emisivo registrado en Argentina en julio pasado, también hay un crecimiento del cruce a otros países limítrofes como Bolivia (+ 10% interanual) y Paraguay (+ 6%). Con 64.800 viajantes, el flujo de argentinos a Uruguay aumentó 7,8% en julio, aunque esa alza no está tan relacionada con oportunidades de compra sino con las tradicionales salidas turísticas. Algo similar ocurrió con el salto del 14,2% de los viajes a Brasil.

Efecto económico

La creciente salida de argentinos al exterior, que todo indica se profundizará en la temporada de verano, es un factor de alerta adicional sobre la evolución que puede tener en los próximos meses el stock de reservas del Banco Central, uno de los puntos más frágiles del plan económico.

Tras la fuerte devaluación del peso argentino de fines del año pasado que dejó un tipo de cambio más competitivo, sumado al pago en cuotas de las importaciones, el Banco Central logró adquirir en el mercado de cambios unos US$ 17.300 millones entre diciembre y mayo pasados.

Esa acumulación permitió que las reservas netas, aquellas que son propias del Banco Central, pasaran de un stock negativo en US$ 11.500 millones heredado del gobierno de Alberto Fernández a unos US$ 2.000 millones en mayo. No obstante, esa tendencia positiva se frenó en los últimos tres meses y las reservas netas negativas volvieron a crecer a unos US$ 5.500 millones.

Esa debilidad podría acentuarse en los próximos meses. Por un lado, con el objetivo de perforar el piso del 4% mensual que viene registrando la inflación, el gobierno argentino abarató desde el lunes pasado las importaciones mediante la reducción del 17,5% al 7,5% de la alícuota del Impuesto PAIS, el que grava las compras al exterior.

En un contexto de creciente atraso cambiario y de una incipiente recuperación de la actividad en algunos sectores, esa medida podría impulsar un 10% el volumen de importaciones en los próximos meses, según estimaciones de analistas especializados en comercio exterior.

A la proyectada mayor salida de divisas por importaciones se suman los efectos de la decisión del gobierno argentino dirigida a priorizar el uso de los escasos dólares disponibles para mantener bajo control la cotización de los tipos de cambio paralelos.

A mediados de julio, el ministro de Economía, Luis Caputo, decidió intervenir sobre los dólares financieros Contado con Liquidación y MEP mediante la venta en esos mercados de las divisas que el Banco Central les compra a los exportadores.

Luis Caputo dejó la presidencia del Banco Central argentino. Foto: La Nación.
Luis Caputo, ministro de Economía.

Aunque el objetivo declarado de esa medida es reabsorber los pesos que emite el Banco Central, la jugada también apunta a agregar mayor oferta en los dólares paralelos para ponerle techo a esas cotizaciones y, con eso, aplacar las expectativas devaluatorias. Entre julio y agosto, la pérdida de reservas por esas intervenciones superaron los U$S 600 millones, según distintas proyecciones.

A esos factores que anticipan dificultades para acumular reservas en los próximos meses se sumará la creciente salida de divisas por turismo. Solo en julio pasado, los egresos netos registrados en concepto de “Viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta” sumaron US$ 634 millones, según el balance cambiario del Banco Central. En ese marco, el consenso de las consultoras proyectan que las reservas netas terminarán el año en terreno negativo por unos US$ 8.000 millones.

“Hay una apreciación evidente del tipo de cambio y, en términos reales, estamos volviendo al punto de inicio que llevó a la devaluación en diciembre pasado. El gobierno está decidido a no devaluar y buscará compensar la apreciación del tipo de cambio con una reducción de impuestos", dijo a El País el economista Juan Truffa, director de la consultora Outlier, en Buenos Aires.

"Habrá que ver cómo sigue la dinámica y si la necesidad de acumular reservas obliga a actuar un poco antes. El mayor inconveniente es el abultado vencimiento de los servicios de deuda que hay en enero”, añadió.

Entre los múltiples efectos que se derivan de la vertiginosa reconfiguración de la economía argentina tras el cambio de gobierno, uno de los más notorios es el cambio de sentido en el flujo turístico. La Argentina "baratísima" en dólares del año pasado quedó atrás y ahora son los argentinos quienes cruzan la frontera en busca de precios más convenientes.

“El gobierno priorizó bajar la inflación de manera muy significativa y con ese objetivo decidió atrasar el tipo de cambio. Es una estrategia que implica riesgos porque empiezan a surgir algunos problemas en el sector externo que son preocupantes", indicó Repetto.

"Aunque esta vez hay aspectos que son distintos al de otras experiencias de atraso cambiario que terminaron mal dado que el superávit fiscal que se alcanzó en los últimos meses es un logro muy importante, sería arriesgado seguir profundizando este esquema debido a que Argentina necesita acumular reservas de manera imperiosa para cumplir con sus elevados compromisos del año próximo”, concluyó.

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