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Las decenas de millones de dólares a las que puede acceder Uruguay, pero tiene que hacer “lobby” para cambiar estatus

Desde que Uruguay pasó a ser “país de renta medio-alta”, dejó de ser elegible para el financiamiento de AFD. Marie-Pierre Bourzai, su directora para AL opinó que debería seguir recibiendo ese beneficio.

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Marie Pierre Bourzai: directora de la AFD para América Latina
Marie Pierre Bourzai: directora de la AFD para América Latina
Foto: AFP

La Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) financia y acelera proyectos en gran parte de los países de América Latina, especialmente aquellos vinculados a transiciones sostenibles desde el punto de vista económico-social y ambiental. Sin embargo, desde que Uruguay pasó a ser considerado un país de renta medio-alta por organismos internacionales, la AFD lo excluyó de su lista de “elegibles” y ya no recibe ese financiamiento. El País conversó sobre este y otros temas con Marie-Pierre Bourzai, directora de la AFD para América Latina, luego de un evento para periodistas latinoamericanos organizado por la agencia que representa, en París.

-¿Cuál es su percepción de Uruguay y su relación con la AFD en este momento?

-En 2015, en el marco de la ampliación de las actividades de la AFD, hicimos un viaje de una misión de prospección para ver cómo llevábamos a cabo financiamientos en Uruguay. Lo que vimos es que en Uruguay la calidad de políticas públicas y sus actores son muy interesantes para nosotros, y teníamos una fuerte voluntad de desarrollar actividades en Uruguay. No obstante, solo tenemos autorización de intervenir en países que se beneficien de la ayuda para el desarrollo según los criterios de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). Y Uruguay salió de esa lista en 2017. Es esa la razón por la cual arrancamos actividades en Argentina, no en Uruguay.

-¿Qué les había resultado interesante de Uruguay en ese momento, específicamente?

-Nos reunimos con las autoridades gubernamentales y de la Intendencia de Montevideo; estuvimos viendo proyectos en el sector de la movilidad y desarrollo urbano. También en 2015 nos reunimos con bancos públicos de desarrollo para el financiamiento de pequeñas y medianas empresas, que era lo que se quería apoyar más. En ese momento, la AFD preveía financiamiento para inversiones para Uruguay por 100 millones de euros al año. Pero eso no prosperó, por el cambio de categoría del nivel de renta en Uruguay.

-La filial financiera Proparco, que es parte de AFD y de accionistas privados de los países desarrollados, ¿cuánto llegó a invertir en Uruguay?

-Proparco tenía actividades en Uruguay, en particular había financiado parques eólicos en el marco de los proyectos de las energías renovables. En 2017 invirtió 50 millones de euros en el país, pero también dejó de hacerlo al no ser Uruguay elegible para este tipo de financiamientos.

-La otra filial de AFD, Expertise France, dedicada a peritaje técnico internacional, sí pudo continuar sus actividades en Uruguay. ¿Qué tipo de trabajos está realizando?

-Sí, efectúa asistencia técnica en distintos temas y tiene un mandato general con fondos de la Unión Europea. En Uruguay, trabaja con dos programas: Euroclima, vinculado al cambio climático, y Eurosocial, en la problemática de la igualdad de género. Ambos programas continúan actualmente.

-¿Qué opina sobre el hecho de que Uruguay haya salido de la lista de países que pueden recibir financiamientos de la AFD por no tener renta baja, como tiempo atrás?

-Una de las cosas que a Uruguay lo diferencia de, por ejemplo, Argentina es la demografía. Tiene un Producto Interno Bruto (PIB) importante por habitante, al hacerse el promedio. Lo mismo le pasó a Chile en la misma época.

-El presidente Luis Lacalle Pou ha observado, en varias oportunidades, que Uruguay por “hacer las cosas bien” (dado que aumentó su nivel de renta por habitante), en vez de ser recompensado por ello, es “castigado” al retirársele oportunidades de financiamiento. ¿Usted qué respondería?

-Sí, esa es mi opinión personal también. Es así. En términos de cambio climático y desafíos sociales, Uruguay enfrenta los mismos retos que otros países de la región, más allá de su renta per cápita.

Agencia Francesa de Desarrollo,.
Agencia Francesa de Desarrollo,.
Foto: Alain Goulard AFD

-¿Qué se puede hacer para cambiar esa realidad, si eso es posible?

-La AFD no puede cambiar la política exterior de Francia, ni las calificaciones internacionales. Sin embargo, hubo una cumbre importante el año pasado sobre la arquitectura del financiamiento mundial, y podría haber un lobby por parte de los países que ya no se consideran elegibles para los fondos de ayuda para el desarrollo, para que lo sean. Uruguay podría ser parte de ese lobby.

-Existe un movimiento para que los organismos internacionales cambien, que tengan más representación de los países en desarrollo y que redefinan sus recursos y financiamientos en forma más eficiente. ¿Usted comparte esas demandas?

-Por supuesto. Estoy de acuerdo con el objetivo final, pero esas negociaciones les competen a los gobiernos. En nuestro caso, al gobierno de Francia.

-La AFD ha ido aumentando el financiamiento. ¿En qué países tienen más actividad y qué proyectos destacan en América Latina?

-Cada año ha habido un aumento de los financiamiento de la AFD. Somos la primera institución financiera bilateral en América Latina y el Caribe. El año pasado, financiamos 2.300 millones de euros de inversión para el desarrollo en esta región. La mayor parte fue a Colombia, Brasil y México. También estamos en Bolivia, Argentina, Perú, Ecuador, Costa Rica, Cuba, República Dominicana y Haití. Le damos prioridad a los proyectos en el sector energético, del transporte, agua y saneamiento, desarrollo urbano y todos aquellos que tiendan a reducir los efectos del cambio climático. Apoyamos también las políticas públicas de los Estados, como en el caso de Colombia, hacia una transición justa de las economías. Somos también una institución internacional que financia directamente a entidades territoriales.

-Entre los países que no mencionó están Venezuela y Nicaragua, ¿es por razones políticas que no desarrollan sus actividades allí?

-Sí, entra el factor político en el sentido que el mandato lo define el gobierno de Francia.

-¿Cómo se proyectan en Argentina, donde hubo un cambio de gobierno recientemente, muy diferente al anterior?

-El ministro de Relaciones Exteriores de Francia -Stéphane Séjourné-, estuvo en Argentina para la firma de un préstamo directo a la provincia de Santa Fe (el pasado 19 de febrero), destinado a la protección de la biodiversidad a lo largo del río Paraná.

-¿Qué harán en próximas fechas?

- Vamos a estar presentes en la COP16 en Cali, Colombia (del 21 octubre al 1° noviembre), vamos a mostrar la participación de la AFD para la reforma rural en el marco del proceso de paz en ese país. También estaremos en Brasil, en el G20 y la COP Belém en 2025. Queremos que se valoren las participaciones de la AFD en toda la región.

Juegos Olímpicos de París.
Juegos Olímpicos de París.
Foto: Christophe Simon/AFP.

Cómo funciona el crédito

La Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) interviene a título de créditos, cuyos intereses son más bajos que los del mercado financiero internacional. El sentido de la agencia es, precisamente, apoyar e impulsar el desarrollo sostenible y el combate a la pobreza en diversos países, según la política de desarrollo de Francia. La cooperación técnica, que acompaña los créditos que se otorgan, son fondos no reembolsables (subvenciones).

La AFD con su foco en el deporte

La agencia concibe al deporte como un medio hacia los x

La AFD tiene 83 años de fundada (es la institución de desarrollo más antigua del mundo) y desde hace unos 16 años financia para países de América Latina. Según la organización, financió proyectos por un total de 2.300 millones de euros en esta región en 2023.

La agencia tiene una presencia importante en África y ha ido incrementando la de América Latina (exceptuando en Uruguay y Chile, por las razones ya mencionadas).

Según sus altos representantes, en conversaciones con periodistas de esta región en París, incluyendo a El País, la AFD se enfoca, desde hace cinco años, en proyectos vinculados al deporte, considerando que “el deporte es una herramienta formidable para cumplir objetivos de desarrollo sostenible (ODS)”.

La agencia entiende que el deporte tiene la capacidad de movilizar a la juventud en todo el mundo y de fomentar la cohesión social, la igualdad de género y la paz, al tiempo que acompaña y se integra a las políticas de salud y educación.

Asimismo, es una vía óptima de entrada a las comunidades, desencadenando toda una red positiva hacia el bienestar, que se retroalimenta a distintos niveles.

El lema es “acceso al deporte para todos”, y así la AFD apoya financiamientos en infraestructuras deportivas de proximidad, en los colegios y barrios, además de promover el financiamiento privado para la formación y capacitación en esta materia, bajo la premisa de que el deporte es un medio para el fin de los ODS. Para ello, han establecido alianzas con la FIFA, la NBA, el Comité Olímpico Internacional (COI) y entidades de los Juegos Olímpicos 2024, entre otras organizaciones.

“El deporte ha sido mal gestionado, pero se puede movilizar a los actores en torno al deporte y la inversión adecuadamente, con impactos en educación, salud y en lo social”, agregó un alto representante de la AFD. Remarcó que esta agencia también intenta movilizar a otros bancos de desarrollo en la arquitectura financiera internacional.

Según la AFD, hoy -lamentablemente- no existe un diálogo eficiente de las políticas públicas en relación al deporte, ya que no se lo considera prioritario. “Si es Estado se endeuda, es por temas de salud, no por el deporte”, advirtió el representante de la agencia.

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