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Por Lautaro Brum
El mercado inmobiliario local se ha vuelto muy atractivo en el último tiempo. No solo las empresas locales han decidido -en gran parte- migrar sus oficinas a otros puntos de la ciudad, sino que las grandes multinacionales de diversos rubros también han puesto su mirada en Uruguay para plantar bandera y trabajar en América del Sur, para acercarse a otros mercados fronterizos.

Por ello, El País dialogó con expertos del sector inmobiliario uruguayo para saber qué tipo de empresas están instalándose en las oficinas “top”, las razones por las que lo hacen, qué tipo de prestaciones buscan y el precio de estos pisos de trabajo.

Matías Medina, gerente de Maccari Negocios Inmobiliarios y vicepresidente de la Cámara Inmobiliaria Uruguaya (CIU), sostuvo que el mercado se está ampliando, por lo que los nuevos edificios corporativos son utilizados por empresas del exterior (sobre todo por laboratorios, consultoras internacionales, financieras, farmacéuticas y tecnológicas), ya que “ven a Uruguay macroeconómicamente sólido, siendo una buena puerta de entrada en la región gracias a su cercanía con Brasil y Argentina, brindándoles acceso a mercados globales”, sumado a la “estabilidad política, democrática y social”.

Por su parte, Luis Silvera, director de Siab Inversiones, agregó que la razón por la que las empresas se instalan en el país es por ser un “polo regional importante al estar en el centro geopolítico del Mercosur. La seguridad que está representando Uruguay hace que muchas empresas internacionales decidan instalarse aquí, aunque haya países que tengan menos costos tributarios, como es el caso de Paraguay”. Además, destacó que muchas empresas chilenas están haciendo grandes inversiones en Uruguay, debido a que el proyecto de una posible reforma tributaria de su país, llevó a que prefirieran emigrar a este país, para gozar de los beneficios fiscales de las zonas francas.

En tanto, Beatriz Carámbula, presidenta de la CIU, agregó que otra de las razones por las que las empresas internacionales se instalan en el país es por “el gran capital humano calificado”.

En ese sentido, este tipo de empresas llegan en busca de las llamadas “oficinas premium” ubicadas en el World Trade Center (WTC), Aguada Park, Zonamérica, en grandes casas, en nuevos edificios en construcción o ya terminados, con la finalidad de albergar a este tipo de multinacionales.

Algunos de ellos, por ejemplo, son el Alma ET, edificio aún en construcción ubicado en Ciudadela y Soriano (contará con 11 pisos totalmente diseñados para oficinas); el Carrasco Valley (aún en construcción), ubicado en Rivera y Arocena; y el Montevideo Harbour, localizado sobre la rambla del barrio Bella Vista. Este último es de régimen mixto (apartamentos y oficinas) y aún está en construcción, pero contará con salas de reuniones, gimnasio y canchas deportivas.

Lo atractivo de las zonas francas y de los edificios premium, son las facilidades que le presentan a su público. Carámbula explicó que todas las empresas que están mirando a Uruguay para instalarse “quieren tener todo resuelto”, contando con servicios como seguridad, espacios iluminados, con instituciones bancarias cerca y espacios de esparcimiento para sus empleados.

Esos espacios, “tan valorados por las nuevas generaciones, hace que haya una sinergia entre sus empleados, ya que muchas veces valoran más tener estos espacios de ocio por encima de la carga salarial, por lo que este punto es clave a la hora de la elección de las multinacionales para ver dónde se instalan”, explicó Medina.

Generalmente, según Medina, este tipo de multinacionales piden plantas de 750 a 1.000 metros cuadrados (m2), detalle importante a la hora de su precio final ya que ahora se cotiza por metro cuadrado. En ese sentido, un alquiler en un edificio de “Clase A” puede valer entre US$ 17 a US$ 20 por m2, mientras que los de “Clase A+” están disponibles por entre US$ 27 a US$ 35. Sumado a ello, hay que sumar un promedio de gastos comunes de entre US$ 3 a US$ 5 por m2.

Una de las razones de estos altos costos, además de la zona, son los servicios de ocio.

Por otro lado, si las empresas desean instalarse en casas de gran tamaño, como las que hay en Carrasco, por ejemplo, Silvera manifestó a El País que su precio oscila en el orden de los US$ 5.000 o US$ 6.000 mensuales, variando de acuerdo al metraje de la propiedad y sus prestaciones.

Aunque las nuevas oficinas son ocupadas por gigantes internacionales, no es novedad que varias empresas uruguayas han identificado todos los beneficios que presentan las nuevas construcciones en diversos barrios.

En ese sentido, Silvera opinó que la Ciudad Vieja “no puede competir con Carrasco”. Medina, por su parte, agregó que dichas empresas ahora ubicadas en Carrasco o en el WTC “ya no se centralizan en Ciudad Vieja como unos años atrás, por lo que la zona se desvalorizó”. ¿Las razones?, muchos de los trámites que se hacían allí ahora pueden realizarse vía web, motivo por el cual “no es esencial estar ubicado” en ese barrio. “Ahora las empresas prefieren estar en una zona tranquila, con buena vista y con facilidades para estacionar”, explicó.