Redacción El País
Una anaconda amarilla de 3,20 metros de longitud y preñada de 60 crías, que había sido capturada en Nueva Palmira en noviembre, fue liberada en el entorno del río Uruguay a inicios de la semana.
“No vamos a decir dónde fue liberada porque se puede convertir en una presa de caza”, informó Carmen Leizagoyen, encargada del Área de Fauna del Ministerio de Ambiente, a El País, aunque explicó que fue “dentro de un ambiente propicio y del área de distribución descrita para la especie”, que en el país, donde es considerada autóctona, se ubica en el entorno del río Uruguay, particularmente en el norte del país, donde se registran las temperaturas más altas.
El ejemplar capturado fue analizado clínicamente en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de la República, donde se verificó que no tenía ninguna patología y se confirmó que estaba preñada. Es la sexta anaconda amarilla que es capturada en el último año y medio, y la de mayor tamaño; de ellas; una falleció y otras fueron liberadas.
En este caso, fue rescatada por la tripulación del remolcador TR2 de la empresa Gomistar en el puerto de Nueva Palmira. “Vienen en los barcos que llegan desde el Paraná, en ruedas, en gomas, y están ampliamente distribuidas en la provincia argentina de Entre Ríos y otras zonas aledañas”, agregó Leizagoyen, quien aclaró que no representa peligrosidad para los humanos, si no se la intenta agarrar. “No es como la película Anaconda. No ataca seres humanos, porque no son una presa. Si se encuentra con un humano, se va a escapar. Se alimenta de invertebrados, peces, apereás, pequeños roedores, huevos, comadrejas, ese tipo de animales. Puede medir cuatro metros de largo y si uno la va a agarrar, le va a tirar un tarascón, como un perro, si no lo conoce; el animal va a defenderse, pero no va a atacar”, insistió.