El impacto ESG (ambiental, social y de gobernanza , por sus siglas en inglés) fue el tema central del evento “Líderes del Triple Impacto” que organizó El País, despertando inquietudes y respuestas, en el Centro Comercial Vía Disegno en la mañana de este viernes. El evento constó de cuatro mesas de diálogo: Del mundo a Uruguay; reconfiguración de los roles internos de las empresas; las buenas prácticas en captación y retención de talentos y ESG en acción: la experiencia y buenas prácticas en el país.

Diego Ferreira, editor de El Empresario , fue el conductor del evento, y Antonio Larronda, periodista de dicho suplemento, fue moderador del mismo.

Los panelistas destacaron que el salario sigue siendo un factor importante, pero integrado a un “propósito”, es decir se valora que el trabajo tenga un sentido, que importe lo que se haga. En esa línea, el salario debe ser parte de un paquete integral para mejorar la vida del colaborador y su bienestar.

Esto actúa positivamente también en la marca empleadora, al desarrollarse propuestas de valor, que a la larga posicionan mejor y por ende, generan rentabilidad.

Aunque Uruguay está en ese camino, existen muchos desafíos sobre todo a la hora de hacer transparente toda la información por parte de algunas organizaciones, captar o retener el talento, contar con expertos en ESG, que escasean, o desarrollar nuevos roles internamente ante las exigencias en esta materia.

El tema de la brecha salarial de género estuvo sobre la mesa, con la afirmación de que las mujeres perciben 25% menos que los hombres en Uruguay, además de tener menos participación en las organizaciones y un “techo de cristal” que les impide avanzar, señaló Paola Rapetti, representante de Unicef. Si bien esto ha mejorado, no lo ha sido tanto como se esperaba.

Para Rossana Grosso, de PwC Uruguay, el país está en los primeros lugares del ranking en flexibilidad laboral, bienestar, paquetes de beneficios integrales, pero debe desarrollar más indicadores de impacto y habilidades en esta materia.

Laura Giachero, de Banco Itaú Uruguay, destacó que la institución viene trabajando en estos temas desde hace años, con el respaldo corporativo de la casa matriz y que “no hay que hacer un esfuerzo (por inculcarlos), ya que alcanza con ponerlos sobre la mesa y facilitarlos”, afirmó.

El País.

Victoria Perdomo de Hikko (primera tecnológica en Uruguay en ser empresa B) estuvo de acuerdo en que ya existe mayor conciencia en el mercado sobre la importancia de desarrollar prácticas amigables con el ambiente, sociales y de buena gobernanza, y que lo importante ahora es “contagiar y expandir”.

Sin embargo, Ximena Fernández, coordinadora académica de la Universidad ORT, trajo una matiz diferente al afirmar que existen organizaciones que manejan muy bien estos temas, pero que a muchas otras “les cuesta”.

“Invitamos a las empresas a la autoevaluación. Tenemos el impulso de las normativas y vemos que, por ejemplo, hay muchas mujeres trabajando, pero los números no se mueven”, alertó.

Otros ponentes fueron Rodrigo Lagomarsino, de Danone, quien opinó que “más que retener (al personal) hay que enamorarlo”. Florencia Iglesias (de These y la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información) hizo hincapié en las distintas formas de diversidad en las organizaciones y cómo muchos quedan relegados.

El País.

Por su parte, Ximena Arroyo, de Prosegur, destacó la relevancia del compromiso por sobre la estabilidad laboral dado que las empresas, según sus rubros, tienen rotación diferente.

Diego Pintos, del Centro Uruguayo de Imagenología Imagenología molecular (Cudim) hizo referencia al alcance de los servicios que ofrecen. Cecilia Amieva, de Écija Abogados, explicó las leyes que impactan en estos temas.

Los patrocinadores del evento fueron: Danone, Itaú, Pwc, Universidad ORT Uruguay, Cudim, Coca-Cola, Katoen Natie, Fábrica Italiana. Se contó con el apoyo de Pacto Global (Red Uruguay).