Los desafíos económicos que enfrenta Uruguay y el “ancla” a mediano plazo que mejoraría la regla fiscal

Gabriel Oddone se refirió a los desafíos que tiene Uruguay en el marco de las elecciones nacionales. Afirmó que no es suficiente el crecimiento potencial para mejorar los niveles de desarrollo.

Compartir esta noticia
Conferencia Conversemos sobre el Uruguay de la FOEB
Economista Gabriel Oddone, asesor de Yamandú Orsi.
Foto: Estefanía Leal/El País.

Redacción El País
En pleno año electoral los debates sobre los desafíos que enfrenta Uruguay y qué debe hacer para enfrentarlos, abren el abanico de propuestas entre políticos y expertos. La estabilidad macroeconómica, el nivel de crecimiento del país para mantener la solidez de sus instituciones y el combate a la pobreza infantil, son puntos “cruciales” a trabajar, según el economista y presidente de Ágora, Gabriel Oddone.

En una mesa redonda organizada por The Dialogue en Washington, Oddone habló sobre las próximas elecciones de Uruguay y su panorama político- económico, entre otros temas.

La presidenta de The Dialogue, Rebecca Bill Chavez, enfatizó en que Uruguay tiene el mayor apoyo a la democracia en la región y resaltó la solidez de sus instituciones, por lo que la relación de Econ el país debería ser una “prioridad” para la administración de Joe Biden.

En esta línea, Oddone destacó que desde varios años atrás los han consensuado sobre cómo manejar sus consensos y disensos, siendo esto “un arte”, lo que promueve la confianza de las personas en que el “sistema funciona”.

En tanto, se refirió a que los principales desafíos del país son la promoción del crecimiento de su actividad, para mantener sus instituciones y el fortalecimiento de la cohesión social. En este sentido, señaló que es “crucial” consolidar la estabilidad macroeconómica.

La política fiscal es el “ancla” de la estabilidad macroeconómica, señaló y agregó que los desafíos fiscales persisten, a pesar de que la mejora de la calificación crediticia que ha tenido el país proporciona tiempo. En esta línea, sostuvo que se debe mejorar la regla fiscal incorporando un “ancla fiscal” a mediano plazo -en relación a ciertos niveles de deuda sobre el Producto Interno Bruto (PIB)- y objetivos intermedios de equilibrio estructural.

Del mismo modo, sostuvo que la desinflación plantea dilemas para la política económica, siendo que la inflación actual de Uruguay es la menor en 20 años -3,8% a 12 meses cerrados a marzo. No obstante, señaló que se prevé que se estabilice alrededor del 6,5% a mediano plazo.

Gabriel Oddone.
Gabriel Oddone.
Foto: Leonardo Mainé.

En tanto, señaló que el tipo de cambio real cuenta con un desvío de 15% de sus fundamentos, planteando el desafío de consolidar la caída de la inflación y mejorar la competitividad. A su vez, se refirió a la necesidad de aumentar la tasa de crecimiento de la actividad. En este sentido, explicó que Uruguay, luego de varios años de alta expansión debido al aumento de los precios internacionales de los commodities, un contexto externo menos favorable llevó a un ritmo más lento.

Aunque el crecimiento potencial de la producción se estima en niveles que rondan el 2,5%, señaló que el aumento promedio de los últimos diez años es de poco más del 1%. De este modo, afirmó que los niveles de crecimiento de Uruguay no son suficientes para alcanzar a los países desarrollados.

“El crecimiento potencial no parece muy alto y no es suficiente para alcanzar mejores niveles de desarrollo”, agregó.

En tanto, señaló que Uruguay mantiene bajos niveles de productividad. Si bien la Productividad Total de los Factores (PTF) del país está en líneas generales con la mediana mundial, destacó que es inferior a la de los países desarrollados e incluso más baja que a la de algunos países de América Latina.

A su vez, apuntó a que hay un valor atípico en la relación educación-ingresos, en donde hay un pequeño número de graduados de secundaria para el nivel de ingresos del país.

Por otra parte, afirmó que se debe revisar y ampliar la protección social, ya que a pesar de que Uruguay muestra los niveles más bajos de pobreza y desigualdad en América Latina, los desafíos se mantienen.

En este sentido, señaló que la pobreza estructural está ligeramente por debajo del 10% de la población y la desigualdad muestra tendencias ascendentes en los últimos años. “Reducir la pobreza infantil es una prioridad”, afirmó.

En tanto, para atender estos desafíos, señaló la necesidad de reformas que apunten al crecimiento, como la modernización de la inserción internacional a través de nuevos acuerdos, incentivos para innovar y adoptar tecnologías, un balance entre la protección y flexibilidad en la regulación laboral y reformas en el sector no transable, que permitan reducir ineficiencias que afectan la competitividad.

Asimismo, destacó que se deben hacer reformas para mejorar la protección social, en materia de políticas activas de empleo que incluyan la calificación de la fuerza laboral, aumentar y organizar la inversión en educación, así como también fortalecer y expandir las transferencias a hogares pobres con niños dependientes.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar