Redacción El País
En la más reciente reunión del Mercosur, Sergio Abreu, secretario general de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), realizó planteos concretos a los embajadores de los cuatro países miembros del Grupo Mercado Común (GMC), con una visión pragmática ante un bloque cuestionado en su eficacia. La reunión tuvo lugar en Asunción.
En su intervención, Abreu propuso una discusión en torno a tres conceptos: geografía, estrategia y asimetría, destacando que la voluntad política debía prevalecer.
Abreu afirmó que la globalización y el cambio de época, con una gran fragmentación geopolítica, reclaman una “respuesta estratégica” por parte del Mercosur. Puso foco, en primer lugar, en que hay que revisar el arancel externo común, que “actualmente es el doble del promedio global, perforado y cobrado dos y tres veces por los países miembros”, afirmó.
En segundo lugar, expuso sobre el “precario sistema” de facilitación de comercio, “carente de ventanillas únicas de comercios exterior, pasos de frontera unificados y de certificados de origen digitales comunes”, detalló.
En tercer lugar, se refirió a la infraestructura y conectividad física, mencionando la demora con la situación de la hidrovía Puerto Cáceres-Nueva Palmira, firmada hace 30 años y aún pendiente de concreción.
Asimismo instó al debate sobre la credibilidad del proceso mismo de integración. “La discusión mostró una estrategia fragmentada en el Mercosur, debido a las asimetrías existentes”, afirmó Abreu a El País en Montevideo, a su regreso de la reunión en Paraguay.
“Con las asimetrías económicas existentes, se llega a una profundización de la brecha productiva, de la brecha digital y, en definitiva, de la brecha social”, dijo en Paraguay.
Abreu, que además de exponer, fue moderador de un debate sobre este tema con los cuatro embajadores, planteó separar la estrategia comercial de las ideologías de los gobiernos y afirmó que el futuro del Mercosur depende ahora sobre todo de la velocidad en concretar el libre comercio interno.