Redacción El País
Como una especie de balance anticipado, de rendición de cuentas, de visión “de final del camino”, ayer, dos autoridades claves del gobierno -el subsecretario del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Alejandro Irastorza y el presidente del Banco Central (BCU), Diego Labat-, remarcaron los logros económicos de la actual administración, con un fuerte foco en la coyuntura global, regional y local que le tocó. Esto marcado principalmente por la pandemia del covid-19, la guerra entre Rusia y Ucrania, la compleja situación de Argentina y la histórica sequía uruguaya.
“No pido que lo hayan apreciado” pero “este gobierno ha tenido un desvelo por una palabra: cumplimiento”, señaló Labat al defender su gestión.
“Hicimos un plan absolutamente detallado para cumplir y para mostrar ese cumplimiento. Después siempre hay factores que pueden alterar los resultados, no siempre se llega, pero que hayamos llegado al 4,11% al final de camino no es casualidad”, remarcó el jerarca del BCU en alusión al último dato de inflación (en 12 meses cerrados a agosto) que se conoció este martes y que implicó el menor nivel en 18 años.
“¿Esto quiere decir que llegamos? No. No llegamos. Estamos donde esperábamos estar pero falta consolidarlo. Claramente este es un proceso que hay que terminar de consolidar, pero sí es importante entender que se construyó un plan detallado, se hicieron todos los deberes, fuimos absolutamente rigurosos y se cumplió”, enfatizó Labat.
Si bien se reconocieron algunos desafíos económicos aún pendientes, como la mejora en los indicadores de pobreza, la consolidación de la baja inflacionaria, la necesidad de incrementar el ritmo de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), la “preocupación compartida” con los sectores afectados por el desalineamiento cambiario, entre otros, tanto Labat como Irastorza manifestaron su conformidad por los avances alcanzados.
En ese sentido, el subsecretario del MEF destacó la mejora del mercado laboral, la recuperación salarial en curso, el “manejo responsable” de la política fiscal, las inversiones en infraestructura, la rebaja tributaria y la concreción de reformas estructurales “claves” como la de la seguridad social.
“La política económica que está llevando adelante esta administración ha implicado un cambio sustancial respecto del pasado”, defendió Irastorza ayer al participar del cierre del Seminario Regional Interamericano de Contabilidad, organizado por el Colegio de Contadores, Economistas y Administradores del Uruguay (Cceau).
Del encuentro participaron también los economistas Florencia Carriquiry (Exante), Ignacio Munyo (Ceres) y Alfonso Capurro (CPA Ferrere), quienes además de resaltar algunos de estos logros del gobierno, pusieron también el foco en el contexto global, regional y en los desafíos que tiene por delante el país.
En términos locales, Capurro destacó tres mejoras de la realidad económica uruguaya: el buen desempeño del mercado laboral y la recuperación salarial; la nueva institucionalidad fiscal; y la reducción de la inflación. Sobre esto último, el socio de CPA Ferrere admitió que la política monetaria desplegada por el BCU le pareció inicialmente “demasiado ambiciosa” y reconoció las dudas sobre su “factibilidad”.
Sin embargo, ayer destacó que pese a que la política monetaria “no estuvo exenta de polémicas”, terminó siendo “exitosa”. En este sentido, Capurro manifestó que si bien una de las explicaciones de que la inflación esté actualmente en 4,11% responde a “un rebote por los números altos del año pasado”, adelantó que “hay algo más, algún tipo de quiebre o cambio estructural que está sucediendo”. El socio de CPA Ferrere dijo que aún es pronto para afirmar si esa baja inflacionaria “es para siempre”, pero reconoció que los analistas económicos han “cometido errores de proyección grandes, sistemáticos y generalizados” en torno a la estimación de precios.
Esto le dio la pauta de que “hay algo de la dinámica en la formación de precios que tal vez está cambiando” y por eso adelantó que “es posible darle por lo menos, un voto de credibilidad a la hipótesis de que tal vez esta política monetaria está teniendo sus efectos en la manera en la que se forman los precios”.
Labat respondió al economista y dijo que desde el BCU están “confiados” en que lograrán “terminar convenciendo” a empresarios y agentes económicos “de que la baja de la inflación llegó para quedarse”.
Desafíos
Más allá de las “luces” y de los logros alcanzados por el gobierno en términos económicos, también se plantearon algunas “sombras” a las que se enfrenta el país, tanto a nivel local, internacional y mundial (ver aparte).
Para Capurro, hay tres desafíos importantes relacionados con una caída de los precios internacionales de las materias primas que Uruguay exporta, lo que sumado a la apreciación del peso uruguayo “amenaza el equilibrio externo”; una región “inestable”, marcada principalmente por la situación de desorden macroeconómico de Argentina, pero también por “un desvío de precios con la región que produce fuga de consumo” de uruguayos hacia los vecinos; y la necesidad de recomponer la consolidación fiscal trazada inicialmente.
“En 2023 hay un leve retroceso o enlentecimiento del plan de consolidación fiscal. El desafío es recomponer eso y el ciclo electoral será una prueba de madurez para la nueva institucionalidad fiscal”, advirtió.
“Nos gustaría que la tasa fuera más baja”
El presidente del Central admitió que le “gustaría que la tasa de política monetaria”, actualmente en 10%,” fuera más baja” pero indicó que se debe “entender cómo se está comportando el mercado”.
Si bien el BCU lleva adelante un proceso de recorte de su tasa de interés de referencia, los sectores agropecuarios, exportadores y algunos economistas han demandado que esta sea mayor. “No estamos contentos con esta tasa, queremos que siga bajando”, reconoció ayer el presidente del Central.
Dólar, región “bipolar”, tasas altas y commodities a la baja
Los economistas Carriquiry y Munyo centraron su exposición en ilustrar el contexto económico financiero global y regional, así como sus posibles implicancias en Uruguay.
En términos internacionales, la socia de Exante señaló que la actividad económica global “se está enfriando” menos de lo previsto y que hay buenas señales de mejora principalmente de Estados Unidos y Europa. “El shock inflacionario que se dio en 2021-2022 se está revirtiendo y el ciclo de suba de tasas estaría llegando a su fin”, indicó Carriquiry y agregó como un factor positivo que “todavía” los precios de las materias primas se mantienen “en niveles relativamente altos”.
Entre los aspectos que lucen más pesimistas, la economista explicó que las tasas en dólares “permanecerán en niveles relativamente altos por un tiempo probablemente largo”, lo que implica un encarecimiento en el costo de financiamiento para gobiernos y empresas de los mercados emergentes. También señaló que un desafío para Uruguay es que el dólar a nivel global “se mantiene fuerte”, lo que “exacerba aún más” las dificultades de competitividad que enfrenta el país; y por último, mencionó que el actual escenario de menor liquidez global, mal desempeño de China y el debilitamiento del yuan, “supone riesgos bajistas” para los precios de los commodities.
Por su parte, Munyo puso el foco en la situación económica “bipolar” de Brasil y Argentina. Sobre el primero, destacó que tras la asunción del presidente Luiz Inácio (Lula) da Silva, “Brasil volvió a reinsertarse en el mundo” mediante la concreción de múltiples reuniones del mandatario con los líderes mundiales y dijo que el país vecino “va hacia adelante”.
En tanto, sobre Argentina, el director eje-cutivo de Ceres manifestó que “todo lo que pasa” en el país vecino se explica fundamentalmente por la “crisis de confianza” en el sistema político y por ello señaló que será “clave” el ajuste fiscal que haga el próximo presidente para comenzar a ordenar los desequilibrios macroeconómicos.