EMPRESARIOS PROTAGONISTAS
Farmashop. Pagnifique y SiSi son algunas del conjunto de empresas que gestiona este empresario uruguayo referente, que alcanza una facturación total por US$ 350 millones anuales y genera 3000 empleos.
Estamos ante un emprendedor de raza desde la pasión. Fundó y dirigió la compañía de crédito al consumo Pronto! entre 1997 y 2010. Fue Country Head de Scotiabank Uruguay. Integra el dirctorio de la compañía Linzor Capital en Uruguay.
Se declara un autodidacta de acuerdo a las necesidades y exigencias de cada caso. “Soy un graduado de la universidad de Google, para mí es un mérito pero no sé si lo recomiendo. En todo lo que yo hago, estoy formado y lo estudio muy a fondo”, afirma Guerra, que está casado y tiene cuatro hijos: Delfina (27), Fiona (12), Lola (11) y Santino (9).
A continuación la entrevista con El País
—¿Qué lo seduce más: el sueño de una idea de negocios, el dinero atrás de un proyecto o la satisfacción de “sí se puede” de una realización?
—Soñar con un proyecto ambicioso, muy motivante, tiene que tener un sentido económico aunque el premio es más por la concreción... Es imaginar algo medio imposible de realizar y ver que se va armando el proyecto y el sueño pasa a ser una realidad. En el mundo empresarial parte del éxito viene de la mano del resultado económico. Es cierto que las empresas ocupan un lugar en la sociedad y el enfoque sobre el triple impacto. Yo suscribo ese compromiso y lo aplico de siempre, pero se necesita también el éxito económico como un factor determinante para poder ocupar realmente un lugar en la sociedad y poder hacer tu contribución con el planeta, etc. Al final del día, se necesitan los recursos.
—¿Qué elige entre ser “cola de león” o “cabeza de ratón” en los negocios?
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—(Piensa). Todo depende según los años y también las geografías. Acá en Uruguay, me gustaría ser siempre “cabeza de león”. Hoy puedo aspirar a eso, por las empresas que estamos gestionando. En Latinoamérica, elegiría “cabeza de ratón”.
—¿Cómo se presenta InCapital?
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—Como una empresa que gestiona inversiones en capital privado de compañías. Actualmente el portfolio está integrado por Rinque Pharma, Farmashop. Pagnifique, SiSi, entre otras, así como Handy y Paigo, que son dos fintech nuevas que nosotros hemos fundado.
—¿Siguió la expansión de Farmashop con adquisiciones y apertura de nuevos locales tras el fallo del Poder Judicial?
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—El Poder Judicial falló finalmente, basado en principios de libertad, a favor de la empresa, de modo que cayeron los decretos del Poder Ejecutivo que nos habían afectado. Así hemos pasado de 90 sucursales a un total de 100 farmacias.
—¿Cuál es la facturación de ese conjunto de empresas vinculadas a InCapital?
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—Estamos en unos US$ 350 millones anuales, con la generación de unos 3.000 empleos. Todas las empresas están con proyectos de inversión ambiciosos y de crecimiento, con la creación de 300 nuevos empleos como mínimo. En los próximos tres años podemos estimar una inversión entre 50 y 100 millones de dólares sólo en el caso de Uruguay, ya que Pagnifique, por ejemplo, tiene presencia en México y Estados Unidos. Y también estamos mirando otras empresas... En el caso de una adquisición, siempre se tiene una mirada a largo plazo.
—¿Hay mayores oportunidades de negocios en Argentina y en Brasil en la actual coyuntura económica o Uruguay exhibe sus fortalezas?
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—La zona de confort, de ser “cabeza de león” te lleva a analizar condiciones y oportunidades en nuestro país, además del conocimiento del mercado y de toda la dinámica. En Argentina, si bien hay oportunidades muy interesantes, no ofrece condiciones como para invertir por más que Paigo opera en el mercado argentino, de una manera muy tímida. Más allá de los gobiernos, en algún momento Argentina va a tener un escenario de estabilidad; hoy no presenta ninguna certeza a mediano plazo. Brasil empresarialmente es un país muy difícil; es un continente, tiene una cultura muy diferente a la nuestra. En el sector fintech, nosotros estamos mirando en Latinoamérica hacia Argentina, Perú, Paraguay, Colombia, Chile.
—¿Las perspectivas económicas y el clima de negocios es bueno en Uruguay si están decididos a invertir y crear empleos?
—Nosotros vemos un buen clima de negocios, que está en un momento muy alto. Los problemas de Uruguay son otros... Nosotros vemos que los mejores años de este ciclo (económico) van a estar en 2023 y 2024. Uruguay está con una economía estancada desde el año 2014; a partir de allí la economía uruguaya se comenzó a complicar. Entre 2014 y 2020 se perdieron unos 70.000 empleos. Hubo crecimientos económicos en sectores puntuales, como telecomunicaciones o logística. Ahora se están comenzando a ver los primeros brotes verdes; creo que estamos en los mismos niveles de febrero de 2020. De acá hacía adelante, la expectativa es que mejore la situación porque hay un mejor clima de inversiones, con su impacto en el crecimiento y la generación de empleos. Hay muy buena confianza del empresariado en la gestión de esta administración. Uruguay descubrió que tiene una oportunidad de oro en atraer inmigrantes. ¡Ojalá que se convierta en una política de Estado! Con la radicación de empresarios argentinos, brasileños, chilenos y peruanos, se está descubriendo un país muy bueno para vivir. Esta corriente debe continuar y madurar... Nuestro país debe lograr ser el mejor país de Latinoamérica para vivir y trabajar, no necesariamente para Uruguay. Esa es la propuesta de valor que necesitamos perseguir. Hoy la geografía está bastante divorciada del lugar de trabajo. La dimensión del mercado interno, para un montón de situaciones, es un talón de Aquiles, pero Uruguay es un país que tiene atributos muy valorados.
“Tengo el fuego emprendedor encendido”
”Tengo el fuego emprendedor encendido como cuando tenía 15 años; me atrae mucho más involucrarme en proyectos en estados iniciales hasta que maduren, que en empresas muchos más consolidadas, donde allí soy más empresario que emprendedor”, aseguró Guerra.
Destacó que los jóvenes eligen quedarse en Uruguay. “Trabajar para el mundo y vivir en Uruguay, es una ecuación difícil de superar”, indicó.
—¿La estabilidad política también pesa a la hora de invertir?
—Allí tenemos un capital tremendo. En Uruguay no hay una “grieta” como existe en otros países. Hay recambio de los partidos políticos en el poder, fortaleza institucional. Todos tenemos que hacer un esfuerzo para que eso se mantenga; este es un activo potente que tiene Uruguay.
—¿Cómo observa la aparición en el escenario político de Cabildo Abierto que, en su primera elección nacional, logró representación parlamentaria y hasta forma parte del gobierno de coalición?
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—Para la coalición de gobierno es importante tener un partido político nuevo como el que lidera (Guido) Manini Ríos, porque amplía su caudal electoral. Sin embargo, a veces lo veo como un fabricante de titulares al estilo (José) Mujica, sobre todo, en temas relacionados con inversiones o económicos. Por ejemplo, cuando Manini cuestionó, un poco, las inversiones anunciadas por (Francisco) de Narváez en Uruguay, uno lo primero que mira es cómo se puede subestimar al pequeño empresario y segundo es no estar fundamentado económicamente. Del 2013 al 2018, Uruguay pasó de tener 2800 almacenes y tiendas minoristas a 5800, y en el mismo período los supermercados perdieron un 10% de las ventas en términos reales. También están las modificaciones planteadas a la ley forestal por parte de Cabildo Abierto. Una referencia de ese tipo no es buena para captar inversiones.
—Pensando a futuro, ¿el país agroindustrial exportador seguirá siendo la locomotora de la economía uruguaya bajo el impulso de la producción de carne vacuna, granos y celulosa?
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—Si tuviera que definir una estrategia de Uruguay a futuro, yo profundizaría aún más esa cadena de valor. Ese es uno de los grandes activos que tiene el Uruguay. Trataría de hacer crecer mucho más ese sector productivo. Uruguay tiene importantes diferenciales en ese campo frente a otros países del mundo y lo debería desarrollar aún mucho más.
—¿El sector de las finteh también se prepara para dar un crecimiento exponencial en el sector financiero?
—El vertical banca - medios de pagos está en un proceso de transformaciones. Creo que los bancos van a seguir teniendo un rol protagónico, pero con servicios (financieros) más acotados. Siempre van a ser los captadores del ahorro público, la sede de las grandes finanzas estructuradas. En toda la parte de distribución y relacionamiento con el cliente, la vinculación de las finanzas con el retail hay un mundo nuevo que se viene y se va a realizar todo a través de las fintech.
—¿Cómo generar empleo a la misma velocidad que avanza la ola innovadora digital y la automatización de los procesos? ¿Cuál es su visión?
—Es un desafío difícil transformar gente que trabajaba con la idea de la vieja economía a la nueva economía. La oportunidad laboral de las personas excede a lo que es el país en sí. Las personas hoy pueden trabajar realmente como nunca antes desde Uruguay al mundo. El esfuerzo que está haciendo el Estado por capacitar es muy bienvenida, pero las empresas hoy también estamos ofreciendo a las personas micro capacitaciones específicas y cortas con foco en los temas a resolver. También nos encontramos con una ley de Teletrabajo que no contribuye a la realidad. Y la superación de la educación, todavía es un gran debe, pero que es requerido resolver y mejorar para soñar en el país que queremos.
—¿No pocos uruguayos sueñan con la estabilidad del empleo público?
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—Uruguay, en el tiempo, ha pasado por crisis (económicas) muy grandes, que han dejado marcas en la memoria colectiva. Se vivieron situaciones muy difíciles e injustas y otras transformaciones en la industria del Uruguay, donde se han perdido un montón de puestos de trabajo. Todo eso deja una marca.
—¿Apoya un TLC entre Uruguay y China?
—Sí, soy partidario de abrir toda la economía. Ahí hay una gran necesidad para el país. Es preciso competir mejor y tener nuevos mercados. Al haber más oportunidades, habrá más prosperidad. Y el mercado se va a adaptar a esa situación.