BANCO CENTRAL
El Banco Central subió la tasa de interés por encima de lo previsto.
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En todo el gobierno y en el Banco Central (BCU) hay “una preocupación” sobre las “presiones muy fuertes” que ha habido en los últimos meses en algunos precios puntuales. Las medidas del Poder Ejecutivo de promover la exoneración de IVA en panificados, pastas, fideos y el asado de tira (además del congelamiento en el precio de cortes de carne con hueso y huevos) es “actuar” sobre algunos de ellos. Mientras, el BCU apunta con la política monetaria a encauzar la inflación (y las expectativas) en el mediano plazo.
Esa es la situación planteada, según explicó el presidente del BCU, Diego Labat ayer en conferencia de prensa luego de la reunión del Comité de Política Monetaria (Copom) del Central, que integran el directorio y técnicos de la entidad.
Tras el cónclave, el directorio del BCU por mayoría -el director por el Frente Amplio, Ignacio Berti votó en contra- decidió incrementar la tasa de política monetaria en 125 puntos básicos. Así, la tasa de interés de referencia en pesos para el mercado pasó de 7,25% a 8,5%.
El ajuste es más fuerte que el anticipado por el BCU en el Copom anterior en febrero (preveía 75 puntos básicos) y al que estimaba el mercado (entre 75 y 100 puntos básicos).
¿Qué implica esto? Labat explicó que “en un contexto de inflación de 9,4% (en los 12 meses cerrados a febrero), bastante por encima de lo previsto” y de “expectativas de inflación desalineadas” (ver aparte) de la meta del gobierno (de entre 3% y 7% actualmente y de entre 3% a 6% a partir de septiembre), llevaron a que haya un “refuerzo de la señal” de política monetaria “bastante por encima” de lo previsto en reuniones anteriores del Copom.
A su vez, el presidente del BCU dijo que en la reunión del Copom en mayo habrá una “nueva suba” de la tasa de interés y “seguramente en las siguientes reuniones pueda continuar esta senda de incrementos”
El comunicado que emitió el Copom señaló que “el conflicto Rusia-Ucrania ha profundizado las presiones inflacionarias con una significativa suba en el precio de los commodities, que constituyen un impacto adicional a la inflación mundial más alta de los últimos 40 años” y que “la incertidumbre respecto a la duración del shock externo es importante”.
Labat indicó que la decisión de ayer de subir la tasa de referencia no debe verse como una “iniciativa” aislada, sino como parte de “un proceso” que se inició en agosto de 2021 en “tres” fases.
La primera, dijo, fue en el segundo semestre de 2021, “donde teníamos una actividad económica que empezaba a salir de la pandemia, pero todavía con dificultades y empezamos a subir la tasa en forma muy cauta y con pequeñas subas”.
La segunda fase se dio sobre comienzos de este año cuando “entendimos que la actividad ya estaba consolidada, prácticamente el 100% de los indicadores eran buenos, con lo que aceleramos y empezamos con subas de 75 puntos básicos”, recordó. La primera en enero y la segunda en febrero.
Ahora, “por razones que asignamos principalmente al escenario internacional, se ha acelerado este proceso y nosotros aceleramos la suba de tasas”, agregó.
¿Cómo funciona?
La tasa de interés de referencia, que subió el BCU ayer, es el “precio del dinero”: señaliza el costo del crédito bancario en pesos. No es otra cosa que lo que le “cuesta” a los bancos obtener liquidez (pesos) a un día de plazo (de parte de otros bancos o del propio Central).
Por esa vía, se transmite al crédito a empresas y famiias en moneda nacional, encareciéndolo, es decir la tasa de interés de referencia se traslada a las tasas de interés que cobran bancos y financieras por préstamos. A la vez, hace más atractivo el ahorro que el consumo.
En la teoría, lo que se busca con esto, es frenar o moderar las presiones al alza de los precios a través de una menor demanda. Sin embargo, todavía no se está en esa situación de “frenar” la demanda. ¿Por qué? “Aún con esta suba de tasa la política monetaria sigue siendo expansiva”, dijo ayer el vicepresidente del BCU, Washington Ribeiro en la conferencia.
Es que si las expectativas de inflación para los próximos 24 meses están en 7% y la tasa real que el BCU considera como “neutra” (ni modera, ni apuntala la demanda) es 2%, la tasa de referencia neutra debería ser 9% (7% de inflación esperada más 2% de tasa real).
La visión en el Banco Central es que no se está frenando o moderando la demanda, sino que lo que se está haciendo es quitarle el “combustible” adicional que tuvo desde que en marzo de 2020 comenzó la pandemia de covid-19 en Uruguay.
“Vemos una actividad con buen desempeño” y si bien la suba de la tasa de interés de referencia se trasladará al crédito encareciéndolo, “no debería ser un efecto relevante como para que enlentezca la actividad de algún sector”, dijo Labat.
El otro efecto que puede generar la suba de la tasa de interés, es el de una caída del dólar, ya que con una tasa en pesos más alta se vuelve más atractivo invertir en la moneda local. Sin embargo, Labat dijo que no se puede hacer una lectura tan “rápida” (ver aparte).
¿Qué va a pasar con la infación? “En el 2022 vamos a tener precios seguramente por arriba del rango meta (de entre 3% y 6%)”, señaló Labat y agregó que “la mayor incertidumbre es hasta cuándo. En el anterior Copom (en febrero) preveíamos un segundo semestre donde ya empezaban a desacelerarse los precios. Hoy hay un cambio de visión: eso que nos parecía claro, ya no es tan sencillo”.
La suba de la tasa, ¿tirará hacia abajo al precio del dólar?
La suba de la tasa de interés en pesos, hace más atractiva la inversión en la moneda y eso puede inducir a un cambio de portafolio de los agentes (bancos, AFAP, aseguradoras) para pasarse de dólares al peso. Así, se generaría una presión a la baja en la moneda estadounidense. Eso es lo que indicaría la teoría.
Para el presidente del BCU, no es tan lineal. “La actuación de la política monetaria uno de los canales que influye es en el tipo de cambio”, pero también “otro montón de factores” influyen sobre este, dijo Labat.
Entonces, la suba de la tasa de interés “va a impactar” en el dólar, pero que este consolide una tendencia a la baja “va a depender de muchos otros factores, desde las monedas de la región, a lo que termine sucediendo con la Reserva Federal (Fed)”, agregó.
La Fed es el banco central estadounidense y está en un proceso gradual de suba de su tasa de interés de referencia, lo que en teoría presionaría al alza al dólar.
“Está bien mirar el comportamiento de la Reserva Federal y sus decisiones, también los países de la región y el proceso inflacionario generalizado en el mundo. Todos los países de la región están subiendo sus tasas de interés, con lo cual si miramos en términos relativos, la preocupación (de una caída del dólar en Uruguay) no debería ser tan elevada”, afirmó Ribeiro, vicepresidente del BCU.
Labat complementó que “Brasil lleva nueve aumentos de tasas de interés, Chile seis, Perú ocho, Colombia seis, Paraguay ocho”, con lo cual “no se pueden sacar conclusiones muy rápidas de movimientos del tipo de cambio a partir de la suba de la tasa de interés”.
Ribeiro afirmó que “los niveles de competitividad de la economía uruguaya hoy son razonables” y en ese sentido, Labat dijo que “el tipo de cambio real está hoy alineado a los fundamentos”.
¿Qué implican expectativas desalineadas de la meta?
Los bancos y economistas pronosticaban en marzo que la inflación en los siguientes 12 meses estaría en 7,55% (a febrero de 2023) y en los próximos 24 meses (a febrero de 2024) estaría en 6,95%. Ayer se conoció la encuesta del Instituto Nacional de Estadística a empresarios (realizada en marzo) que prevén inflación de 8% en 12 meses siguientes y 8% en 24 meses siguientes. La meta oficial es que la inflación se ubique entre 3% y 6% en ambos períodos y para ello el BCU sube la tasa, para llevar las expectativas a la meta.